Al trans, trans
Pers¨ªganse los fraudes de ley y los delitos cuando se produzcan, pero no se criminalice por ello a todo un colectivo
Hay en las redes un fen¨®meno interesant¨ªsimo para quien levante la vista un palmo de su ombligo. Lo lidera una generaci¨®n de chicas y chicos que no sienten pertenecer al sexo que le asignaron en el paritorio a la vista de los genitales con los que vinieron al mundo, y que se reivindican como transexuales orgullosos de s¨ª mismos. Son fil¨®logos cl¨¢sicos, f¨ªsicas cu¨¢nticas, estudiantes, reponedores de s¨²per, parados, paradas. Guapas, feos, listas, tontos, brillantes, anodinos. Como cualquier hijo de vecino, vamos. Algunos son reservados con sus cosas, y mantienen un perfil bajo. Otros ilustran su proceso de transici¨®n al sexo sentido con un despliegue de pelos y se?ales que habla m¨¢s de su necesidad de autoafirmaci¨®n y cari?o que de ning¨²n af¨¢n de exhibicionismo. Se me dir¨¢ que nada de esto es nuevo, y ser¨¢ cierto. Desde 2007, la Ley de Identidad de G¨¦nero les permites a estas personas cambiar su nombre y su sexo legalmente sin acreditar cirug¨ªa. Y varias leyes auton¨®micas les permiten ser considerados por la Administraci¨®n local como personas del sexo que sienten sin que ning¨²n psiquiatra les diagnostique de ning¨²n trastorno, entre otras cosas, porque la transexualidad desapareci¨® en 2012 del cat¨¢logo de enfermedades mentales.
As¨ª estaban las cosas, fuera del radar del gran p¨²blico, hasta que el Gobierno anunci¨® una Ley Trans a¨²n no escrita en piedra ni sometida a debate parlamentario, en la que, te¨®ricamente, se instaura la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero. Desde entonces, algunas autodenominadas feministas radicales y algunas personas transexuales de ambos g¨¦neros se han enzarzado en una deplorable guerra tuitera a costa de qu¨¦ es ser mujer y qu¨¦ no es serlo que abochorna a otras mujeres tan feministas o m¨¢s que ellas, y hace las delicias de los machistas de toda la vida, encantados con las grescas mientras siguen disfrutando de sus privilegios. Arguyen las radicales que la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero ¡°borra¡± a las mujeres, al suprimir el sexo, y que podr¨ªa ocasionar que hombres con toda la barba se declaren mujeres arbitrariamente y con fines espurios. Parecen no saber que ya hay mujeres con pene duch¨¢ndose en vestuarios femeninos. Que ya hay hombres con vagina orinando de pie en servicios de chicos. Y que ya hay hombres y mujeres transexuales opositando a polic¨ªas y funcionario de prisiones, si es que no lo son hace lustros. Pers¨ªganse los fraudes de ley y los delitos cuando se produzcan, pero no se criminalice por ello a todo un colectivo. A m¨ª no me borran ni ellas ni ellos. A m¨ª lo que me da es gloria de verlas y verlos felices sin que nadie les diga c¨®mo tienen que sentirse, llamarse o hacer aguas menores ni mayores. Igual es porque haber nacido con ¨²tero, vagina, un remedo de mamas y el cariotipo XX no me define ni me deja de definir, y, antes que mujer, soy persona.
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