?El sexo se elige? Depende de a qui¨¦n pregunte
La propuesta de eliminar los requisitos m¨¦dicos y burocr¨¢ticos para reconocer los derechos de las personas transexuales ha generado un intenso debate en parte del feminismo, que ve una amenaza a la lucha por la igualdad
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Hace menos de un mes, el Gobierno lanz¨® una consulta p¨²blica en la que plantea eliminar cualquier requisito m¨¦dico o psicol¨®gico para que quien se considere hombre o mujer, lo sea tambi¨¦n a efectos legales. Para el colectivo transexual, es un gran avance: la sola voluntad de ser hombre o mujer bastar¨ªa para que el Estado as¨ª lo reconozca. Parte del feminismo lo apoya. Para otra parte, es una amenaza: consideran que el sexo no es algo que se elija, porque entonces todas las leyes que espec¨ªficamente evitan la discriminaci¨®n de las mujeres estar¨ªan en riesgo. En medio de acusaciones cruzadas de transfobia y de socavar la lucha feminista, late una pregunta sobre la identidad: ?qu¨¦ es lo que define a una mujer?
El debate, apasionado y a veces virulento, ya exist¨ªa pero se ha reavivado con la consulta p¨²blica abierta por el Ministerio de Igualdad para elaborar una ley sobre la ¡°igualdad plena y efectiva¡± de las personas trans, que figura como compromiso en el acuerdo del Gobierno de coalici¨®n. De momento, son apenas cuatro folios y medio que inician la tramitaci¨®n para eliminar los requisitos que debe cumplir una persona trans para cambiar el sexo y el nombre en el DNI. Es un cambio en el que el Congreso avanz¨® ya en la legislatura pasada desde que el Gobierno del socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero diera el primer paso en 2007 y que reclaman organizaciones como la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) para aumentar la protecci¨®n de un colectivo estigmatizado. Parte del movimiento feminista pide que se frene esa tramitaci¨®n reci¨¦n iniciada y se abra un debate ¡°amplio y veraz¡± sobre los t¨¦rminos de la ley, con el ojo puesto en nociones ¡°problem¨¢ticas¡± como la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero que, opinan, puede introducir ¡°conceptos ambiguos y jur¨ªdicamente inseguros¡± que modifican lo que se entiende por sexo, g¨¦nero, identidad o igualdad.
La normativa que se ha abierto a consulta p¨²blica ¡ªque a¨²n no tiene articulado porque ni siquiera est¨¢ en fase de borrador¡ª no es la primera destinada a las personas trans, que son entre el 0,3% y el 0,5% de la poblaci¨®n mundial, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Desde 2007, Espa?a permite cambiar nombre y sexo en el DNI sin necesidad de una operaci¨®n quir¨²rgica de los genitales. Lo que s¨ª se requiere es un informe m¨¦dico o psicol¨®gico que diagnostica la transexualidad como si fuera una patolog¨ªa y al menos dos a?os de tratamiento hormonal. La nueva propuesta prev¨¦ eliminar estos requisitos, que los menores de edad (no especifica de qu¨¦ a?os, pero en iniciativas previas de Espa?a se alude a que ser¨¢ a partir de los 12) puedan solicitar una rectificaci¨®n del sexo en los documentos oficiales ¡ªcomo ya ha fijado el Tribunal Constitucional¡ª y que se permita hacerlo a personas extranjeras en sus tarjetas de residencia y permisos de trabajo.
Un colectivo vapuleado
Organizaciones como la FELGTB lo aplauden porque creen que mejorar¨¢ las condiciones de vida de un colectivo vapuleado. Una encuesta de la federaci¨®n de 2019 recog¨ªa que cuatro de cada 10 personas trans son discriminadas en el trabajo y tambi¨¦n el 40% declararon haber sufrido maltrato psicol¨®gico. ¡°La ley de 2007 fue pionera pero se ha quedado obsoleta¡±, se?ala Uge Sangil, que preside esta federaci¨®n. Recuerda que la OMS retir¨® en 2018 la disforia de g¨¦nero [disconformidad entre el sexo asignado y aquel con el que la persona se siente identificada] de la lista de trastornos psiqui¨¢tricos. ¡°Ya no necesitamos que un certificado m¨¦dico asevere que soy lo que digo que soy¡±, a?ade. El sistema sanitario, pide, debe ¡°acompa?ar y ayudar, pero no tiene que certificar ni tutelar nada¡±.
La propuesta tambi¨¦n ha tensado a los socios de Gobierno. Bebe de una iniciativa presentada en 2017 por Unidas Podemos, el partido de la ministra de Igualdad, Irene Montero. En verano, un argumentario del PSOE, firmado entre otros por la vicepresidenta Carmen Calvo, alertaba de los mismos riesgos que subrayan ahora algunas feministas hist¨®ricas, aunque despu¨¦s la portavoz del Gobierno, la socialista Mar¨ªa Jes¨²s Montero, respald¨® p¨²blicamente como ¡°compatibles y necesarias¡± la lucha feminista y la ley trans. Pero la iniciativa que ha abierto un cisma se basa tambi¨¦n en una ponencia de la Comisi¨®n de Justicia publicada en marzo de 2019, impulsada por el propio PSOE y respaldada por unanimidad. Hace apenas a?o y medio, todos los grupos reclamaban la ¡°despatologizaci¨®n de las identidades trans¡± y que se eliminaran ¡°para siempre¡± las exigencias de informes o tratamientos m¨¦dicos. Hasta 12 comunidades aut¨®nomas han desarrollado desde 2015 leyes similares a la normativa que se presenta ahora y que ha provocado el debate.

El sexo como realidad biol¨®gica
En las ¨²ltimas semanas se han presentado p¨²blicamente dos plataformas contra esta nueva ley integradas por feministas a las que se les denomina con un t¨¦rmino de uso internacional que ellas rechazan: TERF (Feminista Radical Trans-excluyente, en sus siglas en ingl¨¦s). La primera organizaci¨®n, Contra el Borrado de las Mujeres, est¨¢ formada por un centenar de asociaciones feministas. Enviaron una carta al presidente del Gobierno, firmada por algunas de las primeras que se?alaron el posible peligro antes incluso de que se hablara de esta ley. En julio de 2019, en una escuela de pensamiento feminista en Gij¨®n, las fil¨®sofas Amelia Valc¨¢rcel y Alicia Miyares y la exdiputada socialista ?ngeles ?lvarez, entre otras, alertaron de los riesgos que tra¨ªa la asimilaci¨®n de teor¨ªas que consideran que el sexo se puede elegir o que es fluido, las llamadas teor¨ªas queer que analizan y diversifican las identidades y orientaciones sexuales. Una de esas teor¨ªas cuestiona que existan solo dos sexos biol¨®gicos, el concepto binario de hombre y mujer. E impulsan la autodeterminaci¨®n de g¨¦nero, que ser el uno o la otra ¡°es una mera elecci¨®n¡±.
Contra el Borrado de las Mujeres replica: ¡°Creemos necesario preservar la distinci¨®n y no confusi¨®n de los conceptos de sexo y g¨¦nero: el sexo como realidad biol¨®gica constatable y el g¨¦nero como constructo cultural de estereotipos¡±.
La segunda organizaci¨®n es la Confluencia Movimiento Feminista, con 40 asociaciones. Se presentaron p¨²blicamente el 10 de noviembre. ¡°El borrado jur¨ªdico del sexo que operan las leyes de autodeterminaci¨®n de g¨¦nero imposibilita la aplicaci¨®n de cualquier acci¨®n positiva basada en dicha categor¨ªa, destinada a corregir la situaci¨®n de discriminaci¨®n que sufrimos las mujeres en el espacio p¨²blico por el mero hecho de ser mujeres y dinamita, por tanto, toda la legislaci¨®n en materia de igualdad¡±, se?alan en su documento pol¨ªtico.
Ambas organizaciones creen que, en lugar de una mejora para las personas trans, la norma que quiere lanzar el Gobierno es un aut¨¦ntico terremoto que pone en riesgo las leyes contra la violencia de g¨¦nero, las de paridad en cargos y premios o las que establecen categor¨ªas deportivas de mujeres, marcas f¨ªsicas distintas en oposiciones o las prisiones exclusivas de mujeres. Fuentes del Ministerio de Igualdad replican que no se pueden sostener esas afirmaciones sin conocer una ley que a¨²n no est¨¢ redactada y a?aden que el Gobierno ¡°tiene capacidad para garantizar la seguridad jur¨ªdica de las normas que propone¡±.
El ejemplo argentino de la ¡°vivencia interna del g¨¦nero¡±
Argentina aprob¨® en 2012 una ley de identidad de g¨¦nero de 15 art¨ªculos y cuatro p¨¢ginas. Fue el primero en dar luz verde a una normativa que tienen otros pa¨ªses como Noruega, Irlanda, Dinamarca o Malta. Define as¨ª la identidad de g¨¦nero: ¡°La vivencia interna e individual del g¨¦nero tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento¡±.
Cerca de 9.000 personas han cambiado su identidad y sexo en sus documentos desde entonces, unas 1.000 anuales. ¡°Es un concepto estructurante de la persona, no es el Estado el que decide qui¨¦n es qui¨¦n. El Estado ejerce una funci¨®n administrativa y son las personas quienes se convierten en su propio tribunal¡±, explica al tel¨¦fono desde Buenos Aires la subsecretaria de Pol¨ªticas de Diversidad del Ministerio de las Mujeres, G¨¦neros y Diversidad de Argentina, Alba Rueda, que es una mujer trans. El proceso, a?ade, tarda una media de tres meses. En el art¨ªculo 7 de la ley se incluye un mecanismo contra el posible fraude de ley. ¡°La rectificaci¨®n registral no alterar¨¢ la titularidad de los derechos y obligaciones jur¨ªdicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripci¨®n del cambio registral¡±, se?ala el texto legal.
¡°Las personas trans as¨ª como las lesbianas siempre fuimos parte de los feminismos. Sabemos que hay un movimiento TERF [feminista radical trans-excluyente, en sus siglas en ingl¨¦s]en Latinoam¨¦rica con otra perspectiva, pero somos parte de los feminismos y las luchas de las mujeres. Nuestros derechos no limitan los derechos de otras, sino que le dan valor, textura y diversidad¡±, a?ade la subsecretaria.
La clase, la raza y el sexo definen las grandes discriminaciones del mundo, sostiene la fil¨®sofa Alicia Miyares: ¡°En el siglo IV, Arist¨®teles en sinton¨ªa con el patriarcado, defin¨ªa a las mujeres como varones mutilados; en el siglo XIX ¨¦ramos definidas como el sexo d¨¦bil y en el XXI somos definidas como CisMujeres [el t¨¦rmino cisg¨¦nero designa a la persona que se siente a gusto con su sexo de nacimiento. Cisg¨¦nero ser¨ªa lo contrario a persona transg¨¦nero]¡±. Les preocupa el uso del lenguaje y la m¨¢xima de que lo que no se nombra no existe. Denuncian que en algunos c¨ªrculos no binarios ya no se habla de mujeres sino de progenitores gestantes o cuerpos menstruantes.
El debate es acalorado tambi¨¦n dentro del feminismo, donde temas como la prostituci¨®n, los vientres de alquiler o este ¨²ltimo generan tensiones y desencuentros que han llegado a cruces de insultos y amenazas, posturas muy polarizadas especialmente en las redes sociales. Entre las integrantes de la Comisi¨®n 8M, principal organizadora de las huelgas feministas de marzo de 2018 y 2019 no hay duda: las mujeres trans ¡°est¨¢n en el feminismo desde hace d¨¦cadas, en todas las luchas, en todas las manifestaciones y por las mismas causas¡±, dice Ana Useros, de dicha comisi¨®n. ¡°Me parece muy peligroso juzgar una ley por el fraude que pueda hacerse contra ella. Es como insinuar que la legislaci¨®n de los ERTE no se deber¨ªa poner en marcha porque hay empresarios que se van a aprovechar. Quienes hablan del borrado de mujeres lo que de verdad est¨¢n haciendo es borrar a otras para mantener su categor¨ªa pura. Esto no es un caballo de Troya, es mejorarle la vida a la gente¡±. ¡°Son personas transexcluyentes¡±, critica Carla Antonelli, activista trans y diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid. ¡°Est¨¢n usando planteamientos delirantes. No puedes existir porque me haces sombra a m¨ª. Est¨¢n infligiendo da?o, no hablamos de teor¨ªas sino de seres humanos a los que les est¨¢n destruyendo la estabilidad mental¡±.
Unas defienden que est¨¢n en juego derechos humanos de un colectivo hist¨®ricamente perseguido. Otras, que lo que se dirime son los cimientos sobre los que se asientan las leyes que persiguen la discriminaci¨®n estructural de las mujeres. En medio, una ley por esbozar. A este debate le queda a¨²n mucho recorrido.
Reino Unido dio marcha atr¨¢s con su ley
Todo se complic¨® a partir de la Ley de Igualdad de 2010 que aprob¨® el Gobierno laborista de Gordon Brown. El texto consagraba la protecci¨®n legal de la reasignaci¨®n de sexo, pero dejaba un espacio abierto a la interpretaci¨®n y, consiguientemente, a la ambig¨¹edad. Las mujeres trans ten¨ªan permitido el acceso a espacios restringidos como vestuarios o cuartos de ba?o, pero dejaba al criterio de cada autoridad p¨²blica el an¨¢lisis de cada caso concreto. Para los cr¨ªticos de la medida, fue una puerta falsa por la que accedieron los defensores de la llamada autodeterminaci¨®n de g¨¦nero. Personajes p¨²blicos como la escritora J. K. Rowling, de simpat¨ªa laborista, pero defensora de un feminismo m¨¢s tradicional, se han visto envueltos en una pol¨¦mica que, debido sobre todo a las redes sociales, no deja enemigo vivo, y oculta con su agresividad una multitud de matices.
Fue una primera ministra conservadora, Theresa May, la que inici¨® un proceso de consultas previo, en 2018, con el que se pretend¨ªa respaldar una reforma de la ley. La antecesora de Johnson era una firme convencida de la necesidad de evitar en el proceso el trauma del obligatorio an¨¢lisis m¨¦dico o psicol¨®gico. Hasta 100.000 personas ofrecieron su opini¨®n, y en su gran mayor¨ªa (un 70%), defendieron la idoneidad de la autodeterminaci¨®n (gender self-ID, en su t¨¦rmino ingl¨¦s). El Gobierno de Boris Johnson, sin embargo, detuvo el proceso de reforma, sin dar muchas explicaciones p¨²blicas. Subyac¨ªa en su decisi¨®n la voluntad de esquivar una nueva ¡°guerra cultural¡±, similar a las que vive EE UU, que los asesores de Johnson consideraban innecesaria. Bajo su criterio, y con los sondeos en la mano, era una preocupaci¨®n a la que la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos no dedican mucho tiempo, y que sin embargo puede derivar f¨¢cilmente en una batalla pol¨ªtica cruenta. Una encuesta del pasado junio de YouGov indicaba que un 63% de los ciudadanos respaldaban que siguiera exigi¨¦ndose un dictamen m¨¦dico previo.
Para intentar aplacar al movimiento trans y a diversas asociaciones LGTBiQ, el Gobierno anunci¨® su intenci¨®n de actuar con dureza contra las pretendidas cl¨ªnicas que presentan la homosexualidad como una enfermedad y ofrecen una cura. Y para contentar a la otra parte de la disputa, Downing Street tambi¨¦n se ha comprometido a establecer reglas m¨¢s claras respecto al uso de espacios p¨²blicos solo para mujeres. Nada ha quedado zanjado con una decisi¨®n que tiene m¨¢s que ver con preservar derechos adquiridos sin buscar nuevos problemas que con resolver un debate que sigue confundiendo y atemorizando a los pol¨ªticos del Reino Unido. - RAFA DE MIGUEL
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