Contra Illa
El candidato se ha convertido en el enemigo com¨²n universal, quiz¨¢ por ser de un tipo de catal¨¢n ya extra?o, que a¨²n no ha perdido el ¡®seny¡¯
Desde que se vente¨® su candidatura, y m¨¢s a¨²n despu¨¦s de que las encuestas oficializaron sus ins¨®litas bazas, solo hay un tema en la precampa?a electoral catalana: el del enemigo com¨²n universal, Salvador Illa, s¨²bita encarnaci¨®n, ay, de todos los males.
Primero se le intent¨® deslegitimar a cuenta de que contin¨²a en su cargo de ministro hasta iniciarse la campa?a. Una decisi¨®n discutible, como lo son todas en pol¨ªtica. Pero no por los partidos que m¨¢s vocean, como el PP de Pablo Casado, que nunca registr¨® renuncias por esa raz¨®n. Ni por la Esquerra de Pere Aragon¨¨s, que ni siquiera sugiere la renuncia de Alba Verg¨¨s a su destacado puesto en la lista electoral o al puesto de consellera de Sanidad en funciones, que a¨²n no se ha comprometido a evacuar cuando empiecen los m¨ªtines. Esa doble vara de medir.
Como eso es evidente y no produce el menor rasgu?o, ahora se le identifica con la ¡°irresponsabilidad¡± del Tribunal Superior confirmando, de momento, la convocatoria para el 14-F; con una ¡°operaci¨®n de Estado¡± antindependentista; con un presunto retorno del 155; como la personificaci¨®n del intento de que un ¡°ministro espa?ol¡± (traducido: no es un catal¨¢n, ni de La Roca del Vall¨¨s) acabe presidiendo la Generalitat (por cierto, como Jos¨¦ Montilla)... con el papus. Tambi¨¦n con el papus, esto es, con los presuntos votos de apoyo de Vox.
Pero Illa no es magistrado; los jueces son independientes (un miembro del tribunal vot¨® a favor de la Generalitat), solo los atropellados confunden los t¨¦rminos ministerio, Gobierno, Estado; ser catal¨¢n no impide ser tambi¨¦n espa?ol (Identidades asesinas, Amin Maalouf, Alianza, 1999). Y, ay, ay, ay, Esquerra y Junts han votado junto con Vox en m¨²ltiples ocasiones, por ejemplo, contra el Estado de alarma patrocinado por... Salvador Illa.
Seguramente, Catalu?a no registra un episodio de ¡°unanimismo¡± tan curioso como este (corrector: respetemos ese bello palabro, es del eximio historiador que sigue) desde el que luci¨® el patriotismo espa?ol (s¨ª, espa?ol) de la ¨¦lite catalana en la guerra de la Independencia antifrancesa, como ilustr¨® Pierre Vilar (Assaigs sobre la Catalunya del segle XVIII, Curial, 1973).
Por algo ser¨¢. ?Por qu¨¦? No porque Illa sea ahora una cara popular, ni por el balance de su lucha contra la pandemia, ni por su discutible glamur. Sino porque se ha ganado consideraci¨®n al actuar como alguien normal, sobrio, serio, respetuoso, cort¨¦s. Un tipo de catal¨¢n ya extra?o, que a¨²n no ha perdido el seny.
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