Necesario consenso para proteger al colectivo trans
La autodeterminaci¨®n que plantea el proyecto de ley es un avance pero hay riesgos que deben ponderarse bien
El desarrollo del marco legal para propiciar mejores condiciones de vida a las personas trans es una aspiraci¨®n que entronca con la tradici¨®n de Espa?a como referente internacional en la protecci¨®n del derecho a la igualdad y el respeto a la diversidad. Espa?a ha sido pionera en varios aspectos que desarrollan tales derechos. La Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans, cuyo borrador ha sido dado a conocer esta semana por el Ministerio de Igualdad, pretende dar un nuevo paso permitiendo el cambio de sexo en la documentaci¨®n oficial con la mera declaraci¨®n de voluntad de una persona, sin necesidad de los informes m¨¦dicos que son necesarios en la actualidad.
La ley busca la despatologizaci¨®n de la transexualidad, tal y como promueve la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, as¨ª como afirmar el principio de autodeterminaci¨®n. El proyecto ampl¨ªa el marco de los derechos de un colectivo minoritario y vulnerable. Su dif¨ªcil experiencia vital merece acompa?amiento, mayor seguridad jur¨ªdica y capacidad de protecci¨®n frente a los abusos y discriminaciones que se producen. Avanzar en esa direcci¨®n es, por tanto, buena noticia y alinear¨ªa internacionalmente a Espa?a con las legislaciones m¨¢s avanzadas en esta ¨¢rea como las de Dinamarca, Portugal, B¨¦lgica o Irlanda.
Pero la iniciativa gubernamental es tambi¨¦n objeto de un intenso pulso. Por un lado, la defensa del avance que supone que las personas puedan decidir por s¨ª mismas; por el otro, el contraargumento de que esto puede abrir paso a abusos, a una erosi¨®n de la posici¨®n de la mujer en la sociedad e incluso, en los ¨¢ngulos de cr¨ªtica m¨¢s radical, el inicio del borrado del concepto de mujer, de la noci¨®n de sexo biol¨®gico. Dos sectores del Gobierno encarnan el pulso, con Podemos en el primer lado, y el PSOE, con la vicepresidenta Carmen Calvo como cabeza visible, en el otro. El debate tiene un fuerte componente ideol¨®gico y ra¨ªces sociales y generacionales que van mucho m¨¢s all¨¢ de todo eso, con argumentos liberales que se alinean con la posici¨®n de Podemos, y otros reaccionarios que, parad¨®jicamente, apoyar¨ªan la del PSOE.
En t¨¦rminos generales, la autodeterminaci¨®n representa un avance para quienes tengan una visi¨®n progresista y liberal de la sociedad, y as¨ª lo avalan instituciones como la Comisi¨®n y el Consejo Europeo, que la se?alan como el mejor instrumento para acompa?ar a la comunidad trans. Merece apoyo. El PSOE propuso en 2017 esta misma idea en una iniciativa que impuls¨® en el Parlamento en la anterior legislatura, pero cambi¨® de parecer en el camino. Parece excesivo considerar que no exigir un informe m¨¦dico para el cambio de sexo en la documentaci¨®n oficial represente el caballo de Troya para el borrado de las mujeres, la noci¨®n de sexo biol¨®gico o la erosi¨®n sist¨¦mica de sus derechos o su posici¨®n en la sociedad, pero s¨ª es cierto que una nueva ley deber¨ªa contemplar puntuales situaciones de abuso que pudieran producirse. Las dos partes del Ejecutivo deben dialogar serenamente sobre la casu¨ªstica de la ley. Esta materia no puede abordarse de prisa para usarla como bandera el 8-M, como da la sensaci¨®n de querer hacer Podemos. El movimiento feminista y la ciudadan¨ªa en general se merecen tener un debate tranquilo y la ley necesita ser impecable; tambi¨¦n porque poca duda cabe de que el conservadurismo la impugnar¨¢ en los tribunales.
Hay previsiones que pueden mejorar el proyecto, como el periodo de reflexi¨®n de seis meses que contempla la legislaci¨®n danesa, lo que limita el riesgo de decisiones sinceras pero inmaduras y, de paso, dificulta que se puedan producir abusos. Lo l¨®gico es que estos ¨²ltimos fueran anecd¨®ticos, pero la inquietud es leg¨ªtima y deber¨ªa atenderse, incluso en el inter¨¦s del colectivo trans. Puede considerarse modular ventanas de aplicaci¨®n flexible en casos espec¨ªficos, para evitar por ejemplo que un condenado se cambie de sexo despu¨¦s del delito para ir a una c¨¢rcel de mujeres, o para frenar cambios interesados en ¨¢mbitos laborales o deportivos. Adem¨¢s, es necesario un debate amplio sobre cuestiones que tienen que ver con menores de edad cuya personalidad se est¨¢ formando.
Todo esto debe atenderse de manera sosegada. Sin prisa. Y sin una guerra in¨²til entre sensibilidades cercanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.