El amor en tiempos de covid
La pandemia ha robado, sobre todo a los j¨®venes, la libertad para amar como se ha de hacer, esto es, sin pensar en otra cosa
Pese a que San Valent¨ªn no deja de ser una cursilada, su celebraci¨®n ma?ana hace que muchos nos preguntemos sobre c¨®mo ha cambiado la pandemia las relaciones amorosas, principalmente entre los m¨¢s j¨®venes. A esa edad en la que el amor lo es todo, o la b¨²squeda del amor, o su fabulaci¨®n, tener que estar confinado, reprimir toda aproximaci¨®n al otro, no poder abrazarse ni besarse sin afrontar un peligro cierto, imaginar detr¨¢s de la mascarilla, debe de ser un suplicio por m¨¢s que te digan que es necesario para no poner en riesgo tu salud ni la de las personas a las que quieres. No hay argumento que soporte la represi¨®n del deseo y mucho menos la del amor. Esa pasi¨®n de la que tanto se ha escrito y de la que tan poco sabemos realmente.
Peste y amor, enfermedad y amor, han sido binomios demasiado comunes a lo largo de los siglos y que han nutrido muchas historias tanto en la literatura como en el teatro o el cine. Desde Tuc¨ªdides a Albert Camus pasando por Shakespeare o Virginia Woolf (Orlando), la peste y el amor han ido de la mano tantas veces que a nadie deber¨ªa sorprenderle que en los tiempos de covid que estamos viviendo est¨¦n sucediendo historias muy parecidas a la que Garc¨ªa M¨¢rquez inmortaliz¨® en El amor en los tiempos del c¨®lera, alguna de las cuales aflorar¨¢ tarde o temprano en forma de novela o de pel¨ªcula para el recuerdo de un tiempo oscuro y lleno de incertidumbre, pero en el que la vida contin¨²a como siempre, con todos los sentimientos y las pasiones a flor de piel y hasta extremados por la dificultad como aquel amor de Fermina Daza y Florentino Ariza que sobrevivi¨® a todo, incluso a la pandemia y a la muerte. Y es que, como escribi¨® Cottard, neur¨®logo estudioso de las pasiones, ser presa de una enfermedad pone a la persona a salvo de cualquier otra enfermedad.
Pero esto est¨¢ muy bien como teor¨ªa. O como idealizaci¨®n po¨¦tica, que es otra forma de pensamiento. En la pr¨¢ctica, en este momento, la realidad es que la dificultad para manifestar y expresar las pasiones y emociones, y no digo ya para realizarlas, con los confinamientos, los toques de queda, la desconfianza, la distancia social obligatoria y tantos impedimentos como vivimos por causa de la covid, ha transformado las relaciones, que tienen que formularse forzosamente de otra manera. Sobre las relaciones sociales se ha escrito mucho, pero sobre las personales poco. Y a m¨ª se me ocurre que es tiempo de hacerlo ya, pues, si es verdad que la incertidumbre afecta a la econom¨ªa y a la pol¨ªtica, no es menos cierto que la soledad perturba a muchas personas de modo m¨¢s acusado por la pandemia, de igual modo que a otras, los j¨®venes sobre todo, la covid les ha robado la libertad para amar como se ha de hacer, esto es, sin pensar en otra cosa que en su amor. Algo que era sencillo hasta hace muy poco, pero que de repente se ha convertido en una aventura o en una tragedia, o en sendas cosas a la vez, y que deja en el aire un olor inconfundible, el olor penetrante de la novela de Garc¨ªa M¨¢rquez que quien la ley¨® no olvida: ¡°Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.