S¨ª al pasaporte vacunal

Aprobar un pasaporte vacunal que permita a los ciudadanos acceder a ciertos lugares o actividades una vez inmunizados parece un objetivo prematuro en Europa, dado que la poblaci¨®n que ha recibido las dosis a¨²n es muy escasa, pero es ya una misi¨®n com¨²n, digna de preparar e introducir en pocos meses, cuando haya m¨¢s garant¨ªas. La cumbre de la UE celebrada ayer dio impulso a ese proyecto. Angela Merkel se?al¨® que estimaba que la Comisi¨®n necesitar¨¢ tres meses para resolver las cuestiones t¨¦cnicas, lo que har¨ªa posible la recuperaci¨®n de los viajes entre pa¨ªses de la UE en el verano. Pese a las discrepancias previas que algunos hab¨ªan manifestado, el acuerdo se abri¨® paso. Bienvenido.

Israel, que ya ha logrado inocular a m¨¢s de un tercio de su poblaci¨®n con las dos dosis, no solo lo ha aprobado ya para acceder a gimnasios o a lugares de ocio, sino que ha acordado con Chipre y Grecia corredores tur¨ªsticos sin test, ni cuarentenas, para quienes dispongan de su cartilla de inmunizaci¨®n, que se traduce en un c¨®digo QR en el m¨®vil. A la espera de que se vayan aplanando las curvas y se inicie en unas semanas la desescalada israel¨ª, estos dos pa¨ªses europeos podr¨¢n ya acoger un turismo en formato m¨¢s seguro y clave para sus econom¨ªas, para las que este sector supone una parte muy considerable del PIB. Israel negocia lo mismo con Malta. Entre los miembros de la UE, Suecia y Dinamarca ya han anunciado sus certificados de vacunaci¨®n. Y Estonia y Polonia ¡ªcon distintas modalidades¡ª ya eximen de cuarentenas a los que lleguen vacunados. Grecia propuso extender la f¨®rmula al territorio de la UE y encontr¨® r¨¢pidamente el apoyo de Espa?a e Italia. Inicialmente, Alemania y Francia lo consideraron prematuro por diversos motivos. Porque la poblaci¨®n vacunada sigue siendo muy escasa. Tambi¨¦n porque no hay suficientes estudios que avalen que los vacunados no transmiten el virus aunque ellos ya no enfermen. Y por reticencias sobre la discriminaci¨®n que puede suponer para los que no han sido vacunados porque no han tenido acceso a la inyecci¨®n o porque recelan de ella.

En este debate, la discriminaci¨®n no debe contemplarse como una negaci¨®n de derechos, ya que el nuevo certificado ser¨¢ otra de las herramientas que ya restringen los movimientos como los test, cuarentenas o l¨ªmites perimetrales. La poblaci¨®n podr¨¢ asistir con esperanza a la perspectiva, por ejemplo, de que los ancianos ya vacunados puedan viajar ¡ªla reanudaci¨®n en Espa?a de los viajes del Imserso con garant¨ªas ser¨ªa un hito alentador¡ª, y los j¨®venes m¨¢s despreocupados pueden encontrar un incentivo a la inmunizaci¨®n. La sociedad y la econom¨ªa necesitan horizontes de esperanza en la reanudaci¨®n de la actividad y, una vez comprobada la capacidad de las vacunas para frenar contagios y que haya una masa apropiada de vacunados, la UE har¨¢ bien en ponerlo en marcha.

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