Por fin un pacto entre PSOE y PP
Que los dos principales partidos alcancen un acuerdo es un gran avance, pero la pol¨ªtica de cuotas en los ¨®rganos de Estado debe superarse
El acuerdo al que han llegado el PP y el PSOE para renovar el consejo de administraci¨®n de RTVE supone el primer pacto de Estado de la legislatura despu¨¦s de la enconada guerra mantenida por ambas formaciones durante demasiado tiempo, e incluso en medio de la pandemia. Estos nombramientos consensuados representan la apertura de una muy necesaria perspectiva de normalizaci¨®n institucional. Es muy positivo que los dos principales partidos vuelvan a hablar, pactar y rebajar la crispaci¨®n que ha deteriorado la democracia espa?ola. El pacto se?ala una senda prometedora para la renovaci¨®n de otras altas instituciones del Estado, especialmente la del Poder Judicial, tras un bloqueo que ha mantenido a sus miembros con el mandato caducado. Debe celebrarse que el PP, principal responsable de estas injustificadas par¨¢lisis, haya por fin abandonado posiciones de oposici¨®n radical. Es de desear que ambas fuerzas permanezcan en esta din¨¢mica institucional de pactos, no solo para la renovaci¨®n de ¨®rganos constitucionales, sino tambi¨¦n para otras circunstancias en las que una democracia madura avanza con pol¨ªticas de Estado.
La normalidad institucional no prev¨¦, sin embargo, que tanto el PSOE como el PP entiendan la renovaci¨®n de cargos como una cuesti¨®n privada de reparto de cuotas. La interpretaci¨®n pol¨ªtica pulcra de estos procesos es que la soberan¨ªa democr¨¢tica encarnada por el Parlamento se proyecta sobre los ¨®rganos para garantizar nombramientos profesionales y que reflejen el pluralismo de la sociedad representada en el hemiciclo: no un mercadeo privado entre dos formaciones que ya ni siquiera llegan al 50% de los votos. Los nombres que finalmente compondr¨¢n el consejo de administraci¨®n de RTVE indican, en cambio, que la afinidad ideol¨®gica ha tenido un papel desproporcionado en demasiados casos.
Esa imagen descarnada del reparto de cuotas desestabiliza la vida institucional del sistema democr¨¢tico porque politiza en demas¨ªa los ¨®rganos en cuesti¨®n.
El siguiente paso es la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial. Durante m¨¢s de dos a?os el PP ha boicoteado el funcionamiento de este fundamental ¨®rgano impidiendo la renovaci¨®n de sus miembros despu¨¦s de agotarse su mandato constitucional. Su argumento ha sido ¡ªy sigue siendo¡ª un veto a vocales afines a Podemos. Esta posici¨®n es equivocada. Evidencia su d¨¦bil fundamento el hecho de que el PP s¨ª ha aceptado perfiles afines a Podemos en RTVE. Se entiende que es dif¨ªcil para Pablo Casado abandonar una l¨ªnea roja defendida durante dos a?os, pero el l¨ªder del PP deber¨ªa tener la altura de profundizar en su viraje, situar definitivamente a su partido en la moderaci¨®n, ensanchar el foso con Vox. Esto implica facilitar la renovaci¨®n de todos los ¨®rganos y enterrar el hacha de combate en cuestiones de Estado, que incluyen aspectos de pol¨ªtica sanitaria y exterior. En el resto, se comprende una oposici¨®n agresiva. En eso, no.
Tanto el PSOE como el PP, pues, deber¨¢n profundizar en una leal disposici¨®n al pacto entre ambos, algo muy bienvenido, pero tambi¨¦n renunciar a la voluntad de monopolizaci¨®n institucional. Su coste es de nuevo el desprestigio institucional, pues proyecta la imagen de que la renovaci¨®n de las instituciones del Estado no emana del Parlamento y no atiende a razones meritocr¨¢ticas, sino a la predisposici¨®n de los dos grandes partidos para llevar a cabo un reparto de cuotas.
EDITORIAL | S¨ª al pasaporte vacunal
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