Brasil se radicaliza
Bolsonaro busca que las Fuerzas Armadas respalden sus pol¨ªticas extremistas
Una remodelaci¨®n ministerial emprendida esta semana por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para aplacar el descontento por su p¨¦sima gesti¨®n de la pandemia ha abierto una crisis de consecuencias imprevisibles. La destituci¨®n del ministro de Defensa y la renuncia al un¨ªsono de la c¨²pula militar, algo in¨¦dito desde la restauraci¨®n de la democracia, incrementan la preocupaci¨®n por la deriva a la que el mandatario somete a su pa¨ªs en lo peor de la pandemia.
La salida del ministro de Defensa y los jefes del Ej¨¦rcito, la Armada y la Fuerza A¨¦rea es grave porque, a todas luces, se ha dado ante las presiones constantes del mandatario ultraderechista. Bolsonaro, un capit¨¢n retirado que nunca ha ocultado su admiraci¨®n por la dictadura, pretend¨ªa que las Fuerzas Armadas respaldasen sus batallas pol¨ªticas extremistas. La c¨²pula castrense ha lanzado una se?al de alarma sobre las actitudes autoritarias del presidente, que aspira a ser reelegido en 2022, al dimitir antes de supeditarse a sus exigencias. Es sumamente preocupante que, en este delicado momento sanitario y con una econom¨ªa en franca recesi¨®n, el nuevo titular de Defensa se haya estrenado en el cargo con una exaltaci¨®n p¨²blica del golpe de 1964.
Bolsonaro ha llenado su Gobierno de militares, retirados y en activo, lo que coloca a las Fuerzas Armadas en una compleja tesitura ante la que estas han sido a menudo ambiguas. Es necesario recordar que son una instituci¨®n de Estado y no partidista. La renuncia de la c¨²pula castrense debe verse como un gesto en defensa del papel constitucional de la instituci¨®n. Brasil no puede permitirse que los uniformados amenacen la democracia; es necesario exigir su apego absoluto a la ley y la Constituci¨®n. Por eso urge un mayor distanciamiento de los militares con los gestos autoritarios de Bolsonaro, que erosionan sistem¨¢ticamente la democracia.
Esta crisis militar llega, adem¨¢s, en un momento extremadamente delicado para Brasil, que este mi¨¦rcoles volvi¨® a batir un r¨¦cord de fallecidos por coronavirus, con casi 3.900 en 24 horas. El nefasto manejo de la pandemia por parte de Bolsonaro, contrariando a la OMS y enfrentado a gobernadores, sit¨²a a su pa¨ªs como epicentro mundial de contagios y muertos. Es prioritario frenar la expansi¨®n del virus, atender a los enfermos y acelerar la vacunaci¨®n para emprender una recuperaci¨®n. El nombramiento del general que ha detenido las infecciones en los cuarteles como nuevo jefe del Ej¨¦rcito da cierto margen de esperanza tras d¨ªas convulsos. Todo lo que no sea evitar distracciones y ofrecer solidez y certeza ante la pandemia y las penurias econ¨®micas ahondar¨¢ esta crisis en la que el presidente tiene gran responsabilidad. Una responsabilidad de la que los militares no est¨¢n exentos.
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