Qui¨¦n hablar¨¢ con los viejos machos occidentales
Lo m¨¢s triste de la soledad de esta clase de varones es que, si empezaran a escuchar lo que otros tienen que decir, llegar¨ªan a ser m¨¢s valiosos de lo que ellos mismos se creen
Tengo la sospecha de que los hombres blancos mayores de 60 a?os se sienten cada d¨ªa m¨¢s solos. No importa su fama, su poder o su prestigio, se sienten aislados y en consecuencia empiezan a hablar solos. Las mujeres en cambio no dejamos de revisarnos, de dialogar y discutir entre madres, hijas, abuelas, genealog¨ªas y generaciones. Pero ?con qui¨¦n hablan hoy los viejos machos occidentales? Confieso que cuando leo a algunas de las mejores mentes de esta generaci¨®n, tengo la impresi¨®n de que los t¨ªos, a medida que se hacen mayores, solo quieren escucharse a s¨ª mismos. Entonces me imagino qu¨¦ pasar¨ªa si los intelectuales m¨¢s listos y poderosos del mundo formaran parte del di¨¢logo que la vida les ofrece. Y comprendo que el mundo ser¨ªa un lugar mejor. A lo mejor por eso a veces me imagino que sucede, que la conversaci¨®n entre g¨¦neros y generaciones es posible.
Las siguientes conversaciones han sucedido en mi imaginaci¨®n, pero no son ficticias. Las frases citadas son textuales. Sin embargo, los di¨¢logos, nunca se producir¨¢n.
Di¨¢logo n¨²mero uno
Habla el fil¨®sofo franc¨¦s sesentayochista Pascal Brucknert (72 a?os) en las p¨¢ginas de este peri¨®dico: ¡°Se me ha tratado de viejo macho occidental. Pues acepto el veredicto. Lo soy. Es una cu¨¢druple discriminaci¨®n, por la edad, por el color de la piel, por el g¨¦nero y por la procedencia geogr¨¢fica. Es otro racismo¡±, explica.
La australiana Hannah Gatsby podr¨ªa darle respuesta con esta frase desde uno de sus m¨ªticos mon¨®logos de Netflix: ¡°Entiendo que es un momento dif¨ªcil y confuso para vosotros. Todo est¨¢ cambiando, y lo entiendo. Pero sugiero que aprend¨¢is a superar vuestra actitud defensiva (¡) Ten¨¦is que aprender a dejar espacio a vuestro alrededor, aprender a cultivar el sentido del humor, a relajaros, aprender a re¨ªr¡±.
?Qui¨¦n no querr¨ªa seguir escuchando esta conversaci¨®n?
Di¨¢logo n¨²mero dos
Michel Houellebecq escribe Serotonina cumplidos los 60 tacos. Sus novelas siempre hab¨ªan sido provocadoras, pero nunca tan autocomplacientes. ¡°Lo mejor, si me pon¨ªa a pensarlo, era su culo, la permanente disponibilidad de su culo en apariencia estrecho, pero en realidad tan tratable, te encontrabas continuamente en la situaci¨®n de elegir entre los tres orificios, ?cu¨¢ntas mujeres pueden decir lo mismo? Y, al mismo tiempo, ?c¨®mo considerar mujeres a las que no pueden decir lo mismo?¡±.
Responde Ruoxin Wang, una estudiante china que ha colaborado en la muestra Pasiones mitol¨®gicas del museo del Prado y aparece citada en el cat¨¢logo por el comisario de la exposici¨®n: ¡°Creo que es necesario abordar el hecho de que la historia de Europa trata esencialmente del rapto y la violaci¨®n de una mujer¡±.
Me imagino que una mente como la de Houellebecq se frota con el mundo adem¨¢s de contra su propio ego y casi se me saltan las l¨¢grimas al imaginar d¨®nde podr¨ªa llegar. En todo caso, nadie tiene intenci¨®n de hablar con Ruoxin Wang sobre su punto de vista. Menos a¨²n ning¨²n viejo intelectual de reconocido prestigio y sobrada testosterona. Hay di¨¢logos que nacen muertos.
Di¨¢logo n¨²mero tres (p¨®stumo)
Fran?ois-Ren¨¦ de Chateaubriand escribe a finales del siglo XIX una confesi¨®n que acaba de publicar la editorial Acantilado. En ella, cumplidos los 60 a?os, explica a una joven por qu¨¦ debe rechazarla como amante. ¡°Si fueras m¨ªa, s¨®lo tu muerte y la m¨ªa podr¨ªan alejarme de ti. Te perdonar¨ªa si fueras feliz con un ¨¢ngel. Jam¨¢s con un hombre¡±.
Responde Antonio J. Rodr¨ªguez desde su libro, La nueva masculinidad de siempre: ¡°Mientras los hombres no seamos capaces de besar otro falo, el machismo no desaparecer¨¢¡±.
Me doy cuenta de que la frase de Chateaubriand, muerto hace casi 200 a?os es m¨¢s actual que la del joven Antonio J. Rodr¨ªguez en la medida en que se entiende mejor por la mayor¨ªa. Pienso entonces que las viejas ideas de algunos hombres viejos se conservan muy bien. Y creo que se debe a que llega un momento en que los hombres mayores ¡ªy poderosos¡ª empiezan a hablar solos para que nadie les tuerza el juicio. Y si tienen el poder suficiente, cosa que sucede a menudo, su soledad puede llegar a escucharse muy lejos. Puede escucharse tanto y tan fuerte que silencie a otras voces.
Con esto quiero decir que es importante dialogar con el viejo macho ib¨¦rico por m¨¢s que tantas veces se resista. Con los extranjeros, con los muertos y con los patrios. Por eso, si en alg¨²n momento se encuentra usted con uno ¡ªen la prensa, en Twitter, en una novela, en la pol¨ªtica o en su empresa¡ª y le vuelve a contar sus brillantes puntos de vista que ya ha expresado antes muchas veces y que hace a?os que no enriquece ni contrasta con otros nuevos, no tenga miedo y hable con ¨¦l. Nada hay m¨¢s valioso que dialogar con la experiencia, cuando se deja. Creer¨¢ usted que hace tiempo que el hombre que tiene delante solo se escucha a s¨ª mismo, pero no se confunda y haga un esfuerzo. Pues lo m¨¢s triste de la soledad de esta clase de varones es que, si empezaran a escuchar lo que otros tienen que decir, llegar¨ªan a ser m¨¢s valiosos de lo que ellos mismos se creen. ?Que ya es decir!
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