Pandemia y populismo
El lastre es Narendra Modi, no la democracia india
Ser¨¢ larga la carrera. Es todav¨ªa prematuro pensar en la meta. China, hasta ahora pegada a la rueda de la globalizaci¨®n, ha empezado a correr por su propia cuenta e incluso toma ventaja. Con Estados Unidos embarrado en sus guerras durante 20 a?os, solo faltaba la apoteosis del caos trumpista.
La partida no se juega esta vez en tierra europea, como sucedi¨® durante la Guerra Fr¨ªa. Se libra en Asia y esta vez, a diferencia de la pugna que enfrent¨® a Washington y Mosc¨² en la segunda mitad del siglo XX, va de hegemon¨ªa m¨¢s mar¨ªtima que continental. Es la regi¨®n Indo-Pac¨ªfico, central para los intereses de Estados Unidos y de Europa, en la que Delhi es un aliado estrat¨¦gico frente a Pek¨ªn. De ah¨ª la relevancia de la calamidad de dimensiones b¨ªblicas que se ha abatido sobre el subcontinente indio.
Por demograf¨ªa y emplazamiento, es la ¨²nica potencia regional que puede jugar en la misma divisi¨®n que China. Su joven pir¨¢mide de poblaci¨®n, en comparaci¨®n con la envejecida pir¨¢mide china, le da bazas para el futuro, pero su sistema federal, la democracia y la diversidad ling¨¹¨ªstica, religiosa y ¨¦tnica, contrastan con las facilidades que tiene un Estado autoritario, uniforme y r¨ªgido como el comunista chino para enfrentarse a una pandemia.
India proyecta ahora la imagen de un pa¨ªs desgobernado, productor de vacunas pero incapaz de inmunizar a su poblaci¨®n y de controlar la pandemia con confinamientos y medidas de alejamiento social. Y lo que es peor, con un Gobierno populista y ultraliberal, que debilita la asistencia sanitaria y carece de voluntad y de medios para combatir la corrupci¨®n y el mercado negro que parasitan el sistema de salud, los suministros de ox¨ªgeno y de respiradores, la provisi¨®n de camas, e incluso las cremaciones rituales de los cad¨¢veres.
Narendra Modi, el caudillo del supremacismo hind¨², acaba de perder las elecciones regionales en varios Estados donde hizo campa?a sin atender a las normas de prudencia frente a la covid. Su prestigio va a la zaga del que le qued¨® a Trump por su negacionismo ante la pandemia y del que est¨¢ dejando en la cuneta a Jair Bolsonaro.
Arrojan las peores cifras tres pa¨ªses entre los mayores del planeta, los tres democracias federales regidas al empezar la pandemia por l¨ªderes populistas y neoliberales que sacrificaron vidas en favor de las econom¨ªas. El r¨¦cord es de Trump: 33 millones de infectados y casi 600.000 muertos. Detr¨¢s viene India en infectados: 20 millones (226.000 muertos); y Brasil en muertos: 410.000 (15 millones de infectados); cifras todas ellas oficiales y muy a la baja.
El diagn¨®stico de Francis Fukuyama es tan claro como universal: ¡°No creo que exista correlaci¨®n entre democracia y buenos o malos resultados con la pandemia. Pero definitivamente s¨ª hay una correlaci¨®n entre los l¨ªderes populistas y los malos resultados¡±. El lastre es Modi, no la democracia india.
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