Israel y Ham¨¢s: frenar la guerra
Resulta crucial una desescalada; Joe Biden debe presionar
El enfrentamiento militar abierto entre Israel y Ham¨¢s constituye a la vez una tragedia por el sufrimiento de los civiles y un recordatorio del nefasto estado de la cuesti¨®n, muy olvidada por parte de la comunidad internacional. Es urgente frenar una escalada que, en una diab¨®lica espiral de acci¨®n-reacci¨®n, se agrava r¨¢pidamente y que puede tener consecuencias imprevisibles en un entorno regional vol¨¢til. Desgraciadamente, las partes beligerantes parecen determinadas a profundizar en el choque. La comunidad internacional debe activar los canales a su alcance para que la contenci¨®n, primero, y la desescalada, despu¨¦s, se produzcan lo m¨¢s r¨¢pidamente posible.
En una mirada inmediata, este nuevo enfrentamiento es la culminaci¨®n del aumento de la tensi¨®n acumulada en Jerusal¨¦n durante las ¨²ltimas semanas. Hay tres situaciones concretas que han generado un profundo malestar entre la poblaci¨®n palestina: el probable desahucio de ocho familias palestinas del barrio de Sheij Yarrah, las cargas de la polic¨ªa israel¨ª en la Explanada de las Mezquitas ¡ªque se han saldado con cientos de heridos¡ª y el bloqueo de la Puerta de Damasco, importante acceso al barrio ¨¢rabe de la Ciudad Vieja y a la mezquita de Al Aqsa. Son tres eventos que podr¨ªan haber sido gestionados por Israel de una manera completamente diferente ¡ªespecialmente los dos ¨²ltimos¡ª, pero que, unidos a provocaciones innecesarias como manifestaciones ultraderechistas y varios episodios de agresiones contra palestinos, han formado un explosivo estado de ¨¢nimo. Nada de esto, sin embargo, puede justificar el lanzamiento indiscriminado de cohetes por parte de Ham¨¢s contra Jerusal¨¦n y varias ciudades israel¨ªes, que es el detonante que da comienzo a esta escalada militar. Una vez m¨¢s, Ham¨¢s emprende una acci¨®n sin escr¨²pulos para capitalizar la ira palestina y demostrar su vigor militar.
Pero la mirada inmediata y la agresi¨®n de Ham¨¢s no pueden ocultar el contexto de fondo y las graves responsabilidades del Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu. Durante su largo mandato, las pol¨ªticas de ocupaci¨®n y discriminaci¨®n fomentadas por el primer ministro han agravado considerablemente la frustraci¨®n palestina, tanto en los territorios ocupados como ¡ªseg¨²n evidencian las protestas en estos d¨ªas¡ª entre la ciudadan¨ªa ¨¢rabe israel¨ª. Israel tiene todo el derecho a existir en condiciones de seguridad y es objetivamente amenazado en un entorno muy hostil; pero muchas de sus pol¨ªticas violan el derecho internacional. Netanyahu ha cultivado en la sociedad israel¨ª el espejismo miope de que era posible enterrar cualquier perspectiva de paz con los palestinos y de reconocimiento de sus derechos, continuando con la colonizaci¨®n, y que nada suceder¨ªa. Esto es una falacia; es una receta para fomentar el odio que, antes o despu¨¦s, estalla.
Instalado en una situaci¨®n de precariedad total, a punto de perder la silla de mando y acorralado por la justicia, Netanyahu podr¨ªa tener la tentaci¨®n de mantenerse en el poder v¨ªa escalada de la tensi¨®n militar. Ser¨ªa otro p¨¦simo servicio a su pa¨ªs. Por el otro lado, Mahmud Abbas es un l¨ªder fr¨¢gil, desprovisto de legitimidad democr¨¢tica, mientras Ham¨¢s, es notorio, ejerce un liderazgo sin escr¨²pulos que parece aceptar como ¨²tiles para su causa estos enfrentamientos peri¨®dicos. Urge contenci¨®n. Urge presi¨®n internacional. Quien m¨¢s influencia tiene, Estados Unidos, est¨¢ convocado a ejercerla ahora mismo.
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