Explicar un camino de reencuentro

Es obligaci¨®n de todo Gobierno intentar resolver los problemas de la sociedad para la que gobierna, y en su pericia est¨¢ que la elecci¨®n de lo que hay que hacer para solventar estos asuntos sea comprendido por la ciudadan¨ªa.

La cuesti¨®n de los indultos a los presos del proc¨¦s parece estar a punto de decidirse. Es sabido que contar¨¢ con los informes judiciales en contra y que la oposici¨®n cargar¨¢ contra el Gobierno de coalici¨®n si es que ¨¦ste finalmente se decide a concederlos.

Por su especificidad pol¨ªtica estos indultos no son comparables a los m¨¢s de diez mil concedidos entre 1996 y 2020, ni tienen mucho que ver con otros aplicados a golpistas, acusados de terrorismo o condenados por corrupci¨®n. M¨¢s que buscar precedentes que dif¨ªcilmente pueden servir de comparaci¨®n, se trata de analizar hasta qu¨¦ punto pueden servir al objetivo de la convivencia. Tiene raz¨®n el presidente del Supremo cuando afirma que en este asunto no hay concordia. La pregunta es si estos indultos pueden ayudar a alcanzar dicha concordia. Es decir, si pueden ayudar a iniciar un camino de reencuentro en la sociedad catalana y de esta con el conjunto de Espa?a, o por el contrario, pueden debilitar a quien los conceda y enconar m¨¢s el conflicto.

Un 70% de los catalanes y catalanas se muestra favorable a la medida. Entre los no independentistas, seis de cada diez, tambi¨¦n. ?Y en el resto de Espa?a, ser¨ªa comprendido algo as¨ª? El gran reto del Gobierno, si finalmente concede esta medida de gracia, es ser capaz de explicar, al conjunto de la sociedad espa?ola, y fundamentalmente fuera de Catalu?a, con claridad argumental y toda la pedagog¨ªa de que disponga, que est¨¢ dispuesto a hacer este ejercicio de generosidad e inteligencia pol¨ªtica para iniciar un camino de reencuentro, desterrar cualquier asomo de victimismo de los l¨ªderes independentistas y dar as¨ª un paso trascendental en la soluci¨®n de uno de los conflictos que m¨¢s ha agrietado este pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os. Se trata de desechar de una vez el ¡°cuanto peor, mejor¡± del que se han valido durante demasiadas ocasiones l¨ªderes independentistas y altos responsables del Gobierno de Espa?a.

Para ello, tendr¨¢ que pactar a muchas bandas ¨Den el Congreso, en el Govern...¨D, y sobre todo, sacar el debate a la escena p¨²blica con la valent¨ªa que requieren las grandes decisiones. Cualquier tentaci¨®n de orillar el asunto, esperar a que pase pronto sepultado por la pr¨®xima noticia de alcance, o hurtar el debate tanto pol¨ªtico como social, ir¨¢ en contra de la disposici¨®n a entender la medida por una parte importante de la sociedad espa?ola y dejar¨¢ espacio para los bulos.

En un contexto de polarizaci¨®n como en el que se encuentra inmersa Espa?a, los indultos a los presos del proc¨¦s son una jugada de riesgo solo apta para quien entiende la responsabilidad del Gobierno por encima del inter¨¦s del partido. Ahora bien, no se trata de inmolarse, sino de gestionar con la valent¨ªa de quien exhibe rotundos argumentos.