Libertad, divino gancho electoral
A la izquierda le han arrebatado este concepto utilizando los bares despu¨¦s de una gesti¨®n de la pandemia titubeante y percibida como arbitrario autoritarismo

Hace ya casi un mes tuvieron lugar las elecciones de la Comunidad de Madrid. Tiempo suficiente para reflexionar y distinguir evidencias y causas. El PSOE lleva a?os con problemas en Madrid, la campa?a electoral ha sido desastrosa, y esto ha incrementado la tendencia, pero hay m¨¢s, y casi todo relacionado con la pandemia. El Partido Popular de Ayuso gan¨® las elecciones en Madrid con un eslogan de impacto: ¡°Libertad o Comunismo¡±. Hace 47 a?os, el PSOE obtuvo un magn¨ªfico resultado en las primeras elecciones democr¨¢ticas con otro igualmente contundente: ¡°Socialismo es libertad¡±. Entre ambas convocatorias electorales, adem¨¢s de los correspondientes cambios partidarios, hay una redefinici¨®n del ethos pol¨ªtico, perceptible tambi¨¦n en otros pa¨ªses. Herbert Kitschelt, analizaba a finales del pasado siglo la reconfiguraci¨®n pol¨ªtica de Europa explicando que la izquierda redistributiva hab¨ªa ganado la baza a la derecha por ser la primera liberal, y la segunda, autoritaria en t¨¦rminos morales. La ca¨ªda del muro invalid¨® el aserto en el este de Europa, y ahora la pandemia ha acabado con esta asociaci¨®n en el oeste.
La covid-19, por primera vez en la historia de las emergencias sanitarias, no ha tenido en Europa un efecto m¨¢s perceptible entre los m¨¢s pobres, sino en los propietarios y trabajadores de establecimientos abiertos al p¨²blico, los que hac¨ªan negocio a trav¨¦s de la socializaci¨®n. Los funcionarios y pensionistas han mantenido sus rentas, los asalariados han recibido protecci¨®n (ERTE), pero los aut¨®nomos han visto como se evaporaban sus ingresos a la espera de subvenciones. Esta nueva desigualdad no ha parecido relevante a los estudiosos de la pobreza, pero ha sido lo m¨¢s determinante en t¨¦rminos de comportamientos pol¨ªticos.
Las pol¨ªticas de salud p¨²blica, instrumentalizadas a trav¨¦s de normas tan s¨²bitas y definitivas como los decretos-ley, cerraban los establecimientos, controlaban horarios, restring¨ªan la movilidad, imped¨ªan el acceso a segundas residencias, y han sido percibidas por los m¨¢s afectados como puro y arbitrario autoritarismo. Mientras en toda Espa?a se adoptaban medidas restrictivas de la actividad, Ayuso se convert¨ªa en palad¨ªn de la hosteler¨ªa en Madrid. Reticentes a las avalanchas, las autonom¨ªas destino tradicional del ocio madrile?o cerraban sus territorios. Al ahogo econ¨®mico se un¨ªa el ahogo existencial: nos cierran los negocios y nos impiden circular.
No es casual la elecci¨®n de las bebidas como elemento simb¨®lico. En Francia, durante los a?os 50 del pasado siglo, un primer ministro socialista, Mendes France, alarmado por el impacto del alcoholismo en la sociedad, anunci¨® pol¨ªticas fiscales restrictivas del alcohol haciendo un brindis p¨²blico con un vaso de leche. Pierre Poujade, el l¨ªder de un peque?o grupo centrista, le respondi¨® elevando el tono: estaba en juego la Francia eterna, la descubridora del champ¨¢n. Fren¨® las reformas y obtuvo un fugaz ¨¦xito electoral. El pujadismo no se consolid¨®, porque su mentor no se entendi¨® con De Gaulle, y pasar¨¢ a la politolog¨ªa como un populismo peque?oburgu¨¦s, pero entre sus diputados figuraba Jean Marie Le Pen. Como ahora, la defensa de los comerciantes es un territorio disputado entre la derecha populista y la extrema derecha. Las pol¨¦micas sobre la venta de drogas legales e ilegales son eternas. El que esto firma, presidente de la Comisi¨®n de Drogas del Senado hace cuarenta a?os, defend¨ªa pol¨ªticas de salud p¨²blica sobre drogas discutiendo con personas como Fernando Savater y Antonio Escohotado. No son pues casuales algunos alineamientos, basados en la defensa f¨¦rrea de la libertad individual frente a las injerencias del Estado. Parad¨®jicamente, pienso que quienes les apoyaban entonces habr¨¢n votado mayoritariamente a la izquierda, y quienes estaban de acuerdo conmigo lo habr¨¢n hecho al PP o a Vox.
Porque adem¨¢s, como ya conocemos hoy, la pol¨ªtica contra la pandemia, acertada, ha sido titubeante y basada en informaciones insuficientes. La mejor gesti¨®n no habr¨ªa podido salvar una dificultad insoslayable: las personas han fallecido debido a la enfermedad, por mucho que el entorno normativo haya sido inadecuado. El cierre de negocios, las restricciones de movilidad, los despidos consecuentes, s¨ª pueden atribuirse a decisiones concretas. Tanto Ayuso como algunos magistrados pueden seguir afirmando que en el interior de los bares no se contagia m¨¢s, y esto sigue discuti¨¦ndose. La par¨¢bola de la embarazada en situaci¨®n cr¨ªtica: si permitimos pasivamente que fallezca, sobrevive el feto; para que sobreviva la mujer hay que interrumpir activamente la gestaci¨®n. Para la moral conservadora, dejar hacer es siempre la elecci¨®n m¨¢s l¨ªcita.
?Se puede revertir la situaci¨®n? Ser¨¢ complicado, la salud p¨²blica est¨¢ en el ADN de la izquierda. Si hubiera existido una agencia independiente de evaluaci¨®n sanitaria, el coste en vidas de la gesti¨®n madrile?a ser¨ªa un hecho definitivo; ahora es pura especulaci¨®n. Las pol¨¦micas continuar¨¢n con la valoraci¨®n de la gesti¨®n, sobre si es o no l¨ªcito no vacunarse en entornos con contagios o fallecimientos, sobre los ex¨¢menes a los estudiantes¡ Pero en todo caso, la izquierda no deber¨ªa permitir que se le arrebate la libertad como emblema.
Octavio Granado fue Secretario de Estado de Seguridad Social (2004-2011).
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