El incremento del antisemitismo global: ?c¨®mo impacta a Am¨¦rica Latina?
En Estados Unidos, los jud¨ªos desde hace varios a?os se sienten cada vez m¨¢s vulnerables
Han transcurrido varias semanas desde el cese al fuego del ¨²ltimo enfrentamiento entre Israel y Ham¨¢s. Sus secuelas- dentro y fuera de la zona- reflejan las inherentes complejidades y dimensiones de un conflicto que se remonta muchas d¨¦cadas atr¨¢s y que en general y de nueva cuenta no fueron abordadas en forma coherente por muchos de los medios de comunicaci¨®n tradicionales ni por las plataformas sociales.
De hecho, fuimos testigos del irresponsable uso y abuso de un amplio glosario de t¨¦rminos reflejando el simplismo de algunos, especialmente en los sectores dizque progresistas, que se dejan arrastrar por concepciones ideologizadas de la realidad. Vocablos como genocida, apartheid, limpieza ¨¦tnica, han colocado, err¨®neamente, un conflicto con claras aristas nacionalistas, territoriales y hasta religiosas, como parte integral, por ejemplo, de la b¨²squeda global de justicia y equidad racial
Independientemente de las interpretaciones subjetivas sobre este nuevo cap¨ªtulo que abarca los designios genocidas de Ham¨¢s, el derecho a la autodefensa de Israel, las divisiones pol¨ªticas palestinas o los desaf¨ªos electorales en Israel, lo que es un hecho irrefutable es que lamentablemente ha servido como mecha para azuzar sentimientos y comportamientos de antisemitismo violento en todo el mundo.
Ataques contra individuos jud¨ªos en ciudades como Nueva York, Los ?ngeles, Miami, Berl¨ªn o Toronto han ocupado titulares continuamente, as¨ª como multitud de incidentes de vandalismo institucional contra sinagogas, escuelas jud¨ªas...
En Estados Unidos, los jud¨ªos desde hace varios a?os se sienten cada vez m¨¢s vulnerables en este pa¨ªs que sin lugar a dudas representa uno de los cap¨ªtulos culminantes en la trayectoria hist¨®rica jud¨ªa. De acuerdo con un estudio sobre antisemitismo llevado a cabo en 2020 por el American Jewish Committee, el 88% de los jud¨ªos en dicho pa¨ªs est¨¢ convencido de que esta patolog¨ªa social es un problema serio. De hecho, 63% lo ha vivido en carne propia. Muchos consideran, cada vez m¨¢s, prevenir el uso, en p¨²blico, de solideos, estrellas de David o cualquier otro s¨ªmbolo que los identifique como jud¨ªos.
El escozor p¨²blico por estos lamentables acontecimientos, aunado a los intensos llamamientos por parte de la comunidad jud¨ªa americana y sus aliados condujo a que tanto el presidente Biden, la vicepresidenta Harris y casi todos los miembros del Congreso de Estados Unidos, no solo denunciaran el incremento del antisemitismo sino exigieran un plan de acci¨®n inmediato para encararlo.
Si bien los ataques m¨¢s evidentes en los ¨²ltimos a?os han venido de grupos supremacistas blancos como lo fue el caso de la marcha nazi en Charlottesville en 2017 o del ataque contra la sinagoga de Pittsburgh un a?o despu¨¦s, el cap¨ªtulo de violencia antisemita reciente est¨¢ firmemente anclado a la ret¨®rica y conductas de la izquierda radical.
Lo que ha quedado clar¨ªsimo es que insistir en que la deslegitimizaci¨®n de Israel, la negaci¨®n del derecho jud¨ªo a la autodeterminaci¨®n nacional, o sea lo que se conoce como antisionismo no es antisemitismo, es falsedad de falsedades. Ello y endilgarles a los jud¨ªos colectivamente la responsabilidad de lo que acontece en Israel conduce irremediablemente al incremento exponencial de antisemitismo.
Lo que no ha sido cubierto por los medios ha sido la repercusi¨®n de todo esto en Am¨¦rica Latina, hogar de medio mill¨®n de jud¨ªos. En Chile, por ejemplo, activistas de la comunidad palestina m¨¢s numerosa fuera de Medio Oriente, azuzados de nueva cuenta por Daniel Jadue, uno de sus l¨ªderes m¨¢s agresivos quien ahora se postula como posible presidente de Chile por el Partido Comunista, lanz¨® ataques virulentos no solo contra Israel sino la comunidad jud¨ªa local. Su presidente Maurice Khamis, en una entrevista period¨ªstica, adem¨¢s de alinearse con Ham¨¢s como un movimiento de resistencia, se refiri¨® al supuesto control jud¨ªo de los medios de comunicaci¨®n, reflejo del antisemitismo m¨¢s rancio. Por a?adidura, en ning¨²n otro Congreso de la regi¨®n, se emiti¨®, como en el caso de Chile, una resoluci¨®n pidiendo no solo el boicot sino el rompimiento de relaciones con Israel.
Adem¨¢s de multitud de manifestaciones p¨²blicas en muchos pa¨ªses latinoamericanos en las que se quemaron banderas de Israel y Estados Unidos y se desplegaron s¨ªmbolos nazis, de pintas con consignas antisrael¨ªes y antisemitas, y vandalismo de instituciones de todo tipo, las redes sociales en espa?ol se incendiaron con frases inflamatorias como ¡°Hitler ten¨ªa raz¨®n¡± y tantas otras barbaridades.
Cinco pa¨ªses latinoamericanos, incluyendo desafortunadamente M¨¦xico y Argentina, avalaron-en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU-una resoluci¨®n injustificada exigiendo la creaci¨®n de una Comisi¨®n Internacional de Investigaci¨®n en Gaza e incluso en el propio Israel. Como lo ha hecho en forma recurrente, el Consejo ignora violaciones severas de derechos humanos de muchos de sus miembros- que si son violadores sistem¨¢ticos- para enfocarse obsesivamente en Israel, un estado que cuenta con una democracia vibrante y mecanismos sofisticados para la autocr¨ªtica y para regular sus acciones. ?De qu¨¦ servir¨¢ todo esto para avanzar la causa de la paz y los derechos palestinos? Lamentablemente de nada, pero eso si enrarecer¨¢ a¨²n m¨¢s el ambiente hostil hacia Israel y las comunidades jud¨ªas en la regi¨®n y alrededor del mundo.
A pesar de todo esto, a¨²n no hemos visto en Am¨¦rica Latina los comportamientos y actitudes de antisemitismo violento como en EE UU, Canad¨¢ o Europa. Sin embargo, con tantos retos a cuesta antes y durante la pandemia y un ambiente de descomposici¨®n pol¨ªtica y social, as¨ª como de erosi¨®n democr¨¢tica, persiste el peligro de que, como en otras latitudes y en b¨²squeda de culpables, el antisemitismo aflore con toda fuerza en momentos de crisis. Para prevenirlo y combatirlo tendremos que definirlo claramente venga de donde venga; educar sobre sus or¨ªgenes, expresiones manifiestas y subliminales, as¨ª como sus repercusiones m¨¢s severas como lo fue el Holocausto; exigir denuncias claras y contundentes por parte de las autoridades y finalmente conminar a que no se confunda la libertad de expresi¨®n con la difusi¨®n irresponsable de consignas que promueven prejuicios o justifican la violencia.
Dina Siegel Vann es directora del Instituto Belfer para Asuntos Latinos y Latinoamericanos del American Jewish Committee con sede en Washington, D.C.
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