Cambio de marea
El G-7 apunta a un nuevo consenso en Occidente, pero hay que ver su impacto
El G-7 de Cornualles simboliza un profundo cambio de marea en Occidente. La cumbre es la imagen del reencuentro de las democracias atl¨¢nticas tras el desgarro de la etapa Trump y, a la vez, de la construcci¨®n de un nuevo consenso en varias ¨¢reas que representa un viraje respecto del pasado reciente. El tiempo revelar¨¢ su capacidad de alcance real. Quedan fricciones importantes ¡ªcomo entre la UE y el Reino Unido¡ª, la definici¨®n de endiablados detalles para avanzar en iniciativas en las que hay te¨®rico acuerdo, el reto de ejecutarlas y, por supuesto, discrepancias de visi¨®n en ciertas materias. Pero todo ello no puede ocultar una creciente alineaci¨®n de las grandes democracias alrededor de varias ideas que tienen el potencial de traducirse en un importante y bienvenido factor de cambio.
En primer lugar, en t¨¦rminos socioecon¨®micos, el G-7 consagra la convicci¨®n compartida de responder a la crisis pand¨¦mica con medidas expansivas e inclusivas, con la lucha contra la desigualdad, que inflige sufrimiento y genera populismo, como objetivo destacado. En ese contexto, se afirma la voluntad de revertir pol¨ªticas fiscales demasiado laxas ante cierto tipo de empresas. Todo ello representa un fuerte cambio en comparaci¨®n con la respuesta europea a la crisis de 2008 y con una din¨¢mica fiscal bastante generalizada desde hace tiempo.
En t¨¦rminos geopol¨ªticos, se consolida una creciente sinton¨ªa respecto a la necesidad de responder al ascenso chino con firmeza y cohesi¨®n, tanto en las relaciones bilaterales con Pek¨ªn, como desarrollando planes alternativos globales ¡ªpor ejemplo en materia de infraestructuras¡ª para reforzar la proyecci¨®n mundial de las democracias, sus lazos con pa¨ªses en desarrollo y, en definitiva, la capacidad de influencia de sus valores.
Es tambi¨¦n en ese marco que debe entenderse el esfuerzo que Occidente debe hacer para apoyar la vacunaci¨®n en los pa¨ªses menos pr¨®speros. En este ¨¢mbito, lo primero es la salud de los ciudadanos de esas sociedades; lo segundo, ser conscientes de que mientras no se vacune todo el mundo, el riesgo puede regresar a los pa¨ªses ricos en forma de variantes nocivas; y lo tercero, saber que pa¨ªses como China y Rusia est¨¢n muy activos en una diplomacia pand¨¦mica que es preciso contrarrestar.
Otros importantes elementos del nuevo consenso son el medioambiental y el comercial, donde el cambio en EE UU facilita un nuevo empuje concertado para luchar contra el cambio clim¨¢tico y calmar las graves fricciones desatadas por el descarnado proteccionismo de Trump.
Todos estos conceptos juntos constituyen una base com¨²n que facilita la capacidad de tracci¨®n de las potencias democr¨¢ticas en el escenario global. Este peri¨®dico comparte las l¨ªneas maestras de este incipiente consenso, en cuanto a pol¨ªticas expansivas que contrarresten la desigualdad, una fiscalidad menos laxa ante las grandes empresas, mayor determinaci¨®n en la ayuda a los pa¨ªses menos pr¨®speros, en la lucha al cambio clim¨¢tico y en la defensa del libre comercio con atenci¨®n a los sectores perjudicados por ¨¦l.
Esta realineaci¨®n de potencias detr¨¢s de ideas compartidas no significa que la sinton¨ªa sea perfecta o que est¨¦n garantizados resultados trascendentales. Los pactos en materia fiscal son un paso en adelante, pero la propia reacci¨®n de los mercados a los detalles del acuerdo preliminar muestra que de momento se trata de una herramienta desdentada; largo ser¨¢ el camino para implementar planes comunes ante el ascenso China; el esfuerzo de apoyo sanitario a los pa¨ªses menos pr¨®speros llega tarde y habr¨¢ que comprobar su eficacia real; la lucha contra el cambio clim¨¢tico es un camino rodeado de barrancos.
En t¨¦rminos pol¨ªticos, cabe se?alar que los principales vectores de este nuevo consenso tienen ra¨ªces en el ideario socialdem¨®crata, especialmente la lucha contra la desigualdad y el cambio clim¨¢tico. Curiosamente, este ¨¦xito de ideas coincide con horas bajas de los partidos de esa familia en las naciones europeas presentes en el G-7 (Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) y en otros lares del continente. Tendr¨¢n que reflexionar a fondo sobre el porqu¨¦ y c¨®mo abordar el desaf¨ªo de ciertas derechas enrocadas en las pol¨ªticas identitarias nacionalistas.
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