El regreso de los ¡®homicidios ejemplarizantes¡¯ a Colombia
El pa¨ªs ha visto decenas de muertos, heridos y agresiones sexuales, casi todos estos hechos cometidos, presuntamente, por miembros de la Polic¨ªa Nacional. Y es como si no hubiera pasado nada
Antes, hace dos o tres d¨¦cadas, la forma por excelencia que utilizaban organizaciones criminales y grupos armados ilegales para causar p¨¢nico generalizado eran la masacres. Mataban 20 o 30 personas, violaban mujeres y descuartizaban algunos de los asesinados. Con ello, se ganaban el respaldo de la poblaci¨®n, pues debido al miedo causado quedaba totalmente sometida. Fidel Casta?o, uno de los fundadores de los grupos paramilitares en el pa¨ªs, dec¨ªa que ¡°una cantidad de gente se va desplazada, pero mucha otra se queda, y con esto es con lo que trabajamos¡±.
Las masacres eran muy escandalosas, atra¨ªan la atenci¨®n de las autoridades. Entonces, las organizaciones criminales comenzaron a racionalizar la violencia. La utilizan, desde hace algunos a?os, como ¨²ltimo factor o recurso en zonas centrales del pa¨ªs. Antes de eso, amenazan, atentan y advierten para lograr el objetivo. Entre 2015 y 2017, en Buenaventura se dieron a conocer las famosas casa de pique. Eran sitios donde descuartizaban personas. Los auspiciadores de esas casas, inicialmente, fueron el Clan del Golfo, Los Rastrojos y una banda de la zona conocida como La Empresa. Uno de ellos dec¨ªa que era mejor descuartizar a alguien, as¨ª mandaban un mensaje claro de dominio territorial y no causaban tanto esc¨¢ndalo con 20 o 30 muertos. A ese fen¨®meno se le denomin¨® homicidios ejemplarizantes.
Luego, desde 2018, comenzaron con una pr¨¢ctica similar en el departamento de Antioquia, particularmente en la subregi¨®n del Bajo Cauca. All¨ª empezaron a aparecer descuartizados, decapitados con letreros al lado y el silencio se apoder¨® de toda esa regi¨®n del pa¨ªs.
El pasado 28 de abril estall¨® en Colombia una ola de protestas sin precedentes y desde ese momento se comenzaron a presentar hechos de violencia. Entre otros, grupos de civiles disparando contra manifestantes, muchos de ellos lo hac¨ªan al lado de polic¨ªas y, obviamente, la impunidad es incre¨ªble. A ese fen¨®meno se le ha denominado paramilitarismo sicarial. De hecho, en la ciudad de Pereira estos civiles asesinaron a Lucas Villa y el sicario escap¨® por la zona donde deb¨ªa estar un CAI o puesto de polic¨ªa que ese d¨ªa desapareci¨® de forma ¡°milagrosa¡±. D¨ªas despu¨¦s, en Cali, hubo varios v¨ªdeos de civiles armados disparando a manifestantes y siendo protegidos por algunos miembros de la polic¨ªa nacional. De inmediato se anunciaron investigaciones y hasta la fecha nadie da resultados.
Sin embargo, desde la semana pasada se presentaron algunos hechos de violencia en el departamento del Valle del Cauca que, aunque deben ser investigados, generan mucha preocupaci¨®n. Por un lado, se vieron im¨¢genes de lo que ser¨ªan descuartizamientos. Adem¨¢s, un cantante famoso en la regi¨®n, Junior Jein, fue baleado en la ciudad de Cali y el hecho m¨¢s reciente se present¨® en el centro del departamento, donde un joven de apellido Ochoa ¨Cquien presuntamente era parte de la primera l¨ªnea de los manifestantes¨C fue decapitado. En un v¨ªdeo terrible que circul¨® se ve la cabeza de este joven en una bolsa. Adem¨¢s, tambi¨¦n circulan v¨ªdeos de descuartizamientos en Buenaventura. Son im¨¢genes terribles.
Si bien estos casos de descuartizamientos, decapitaci¨®n y asesinatos ocurridos en los ¨²ltimos d¨ªas en el Valle del Cauca deben ser investigados, y a¨²n no se sabe si hay una relaci¨®n directa con las manifestaciones, muchos ciudadanos perciben que s¨ª. En el Valle del Cauca y en el pa¨ªs muchos creen que esto se debe a que hay persecuci¨®n a los que se manifestaron y que todo se trata de aplacar la protesta con este tipo de violencia.
Pero m¨¢s all¨¢ de esta posible relaci¨®n entre protesta y violencia, lo que s¨ª es cierto es que el pa¨ªs tiene un cuadro generalizado de deterioro de la seguridad. Adem¨¢s, en las regiones es como si hubiera licencia para asesinar, debido a los niveles tan altos de impunidad. No hay capturas, nadie cree en las instituciones y a pesar de toda la violencia aplicada por la polic¨ªa colombiana no cay¨® un general o coronel. Fueron decenas de muertos, heridos, agresiones sexuales, casi todos estos hechos cometidos, presuntamente, por miembros de la Polic¨ªa Nacional. Y es como si no hubiera pasado nada.
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