La palabra de Pek¨ªn
Un nuevo golpe a la prensa de Hong Kong muestra el rostro m¨¢s autoritario de Xi Jinping
El cierre del peri¨®dico hongkon¨¦s Apple Daily es otra prueba de la sistem¨¢tica asfixia antidemocr¨¢tica a la que el r¨¦gimen de Pek¨ªn est¨¢ sometiendo sin contemplaciones al que deber¨ªa ser un territorio aut¨®nomo bajo su soberan¨ªa. Fundado en 1995, dos a?os antes de que Hong Kong dejara de ser una colonia brit¨¢nica para ser devuelta a China, el Apple Daily se hab¨ªa convertido en los ¨²ltimos a?os en el altavoz contra el cercenamiento de libertades individuales y colectivas que Pek¨ªn est¨¢ aplicando en Hong Kong y que se ha acelerado notablemente desde la llegada de Xi Jinping a la presidencia de China en 2013. Nacido como un tabloide sensacionalista al estilo de los existentes en el Reino Unido, hab¨ªa ido ganando prestigio por su defensa de la democracia y la denuncia de la represi¨®n legal y policial mediante la que el Gobierno aut¨®nomo ¡ªelegido, pero con candidatos previamente filtrados por el r¨¦gimen¡ª est¨¢ persiguiendo a la disidencia.
El mismo rotativo ha sido v¨ªctima directa de esta pol¨ªtica y el golpe de gracia lleg¨® el jueves pasado, cuando, en aplicaci¨®n de la pol¨¦mica Ley de Seguridad Nacional ¡ªpromulgada el a?o pasado¡ª, unos 500 polic¨ªas irrumpieron en su sede, se incautaron de casi medio centenar de ordenadores, detuvieron a varios directivos de la empresa bajo la acusaci¨®n de colaborar con fuerzas extranjeras y bloquearon las cuentas corrientes del medio, de modo que ya no ha sido posible pagar los salarios. D¨ªas despu¨¦s uno de sus editorialistas fue detenido y las autoridades amenazaron con m¨¢s arrestos. Sin m¨¢s salida, la empresa decidi¨® cerrar el diario. Hab¨ªa llegado a ser el segundo m¨¢s le¨ªdo de la excolonia y su ¨²ltimo n¨²mero ha tenido una tirada excepcional de un mill¨®n de ejemplares.
La persecuci¨®n a la prensa independiente no es sino otro eslab¨®n en una alarmante sucesi¨®n de actuaciones y disposiciones legislativas que en la pr¨¢ctica est¨¢n acabando con las libertades de los ciudadanos de Hong Kong. Libertades que China se comprometi¨® solemnemente a respetar hasta al menos 2047 en el tratado que firm¨® con el Reino Unido para la cesi¨®n del territorio. Entonces, Pek¨ªn enarbol¨® la f¨®rmula de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡± como garant¨ªa de que las peculiaridades de Hong Kong ser¨ªan respetadas. Los hechos demuestran que no ha sido as¨ª y la l¨ªnea nacionalista impuesta por Xi Jinping ha acelerado un proceso de asimilaci¨®n forzosa que constituye una violaci¨®n de derechos b¨¢sicos de los ciudadanos del territorio. Pek¨ªn se est¨¢ acostumbrando en Hong Kong a una pol¨ªtica de hechos consumados insensible a las protestas de cualquier tipo. No solo comprime lamentablemente libertades, sino que falta a su propia palabra, un hecho que no pasa inadvertido en la escena internacional y que tiene un serio coste para un pa¨ªs que aspira a ser una potencia global.
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