Atontar por la izquierda

Dej¨® dicho el ministro de Universidades, Manuel Castells, que es injusto y elitista impedir que los alumnos pasen de curso por tener alg¨²n suspenso porque con esto se va machacando a los de abajo y favoreciendo a los de arriba. As¨ª que ahora lo m¨¢s progresista es decirles a los estudiantes que saben cuando no saben, que aprenden cuando no aprenden, que son aptos cuando no lo son. Los de abajo van a ser m¨¢s felices creyendo que tienen la misma educaci¨®n de calidad que los de arriba aunque acaben la escolarizaci¨®n con d¨¦ficits vergonzosos en materias b¨¢sicas. A este paso volveremos a lo de las cuatro reglas y poco m¨¢s. ?Para qu¨¦ quieren los pobres alcanzar la excelencia? ?Esforzarse? ?Que maestros y profesores sigan insistiendo en dotarles de algo m¨¢s que lo instrumental? ?Para qu¨¦? ?Para acabar repartiendo paquetes en bicicleta o engrosando las cifras del paro juvenil?

Tiene raz¨®n el ministro cuando dice que no todo depende del esfuerzo, que las circunstancias condicionan el rendimiento acad¨¦mico. Pero digo yo, ?no podr¨ªamos, en este caso, mejorar tales condiciones en vez de rebajar el nivel educativo de quienes las sufren? Estoy segura de que muchos alumnos tendr¨ªan mejores resultados si pudieran comer bien (28,8% de pobreza infantil en Espa?a seg¨²n Save the Children), si sus padres pudieran tener trabajos estables con salarios decentes (el 46% de las familias monomarentales vive en situaci¨®n de exclusi¨®n social, seg¨²n la Federaci¨®n de Asociaciones de Madres Solteras), si los centros a los que asisten estuvieran en buenas condiciones (50.000 estudiantes en barracones seg¨²n este diario) o no fueran segregados seg¨²n la clase social y el origen (Espa?a es el tercer pa¨ªs de la OCDE con m¨¢s escuelas gueto seg¨²n un estudio de Save the Children y EsadeEcPol). Pero supongo que poner fin a todos estos problemas es m¨¢s caro que convertir los aprobados en premio de consolaci¨®n para paliar la miseria en la que viven tantos menores.

Tampoco es que me sorprendan las palabras del ministro: a los pobres se les dan trabajos basura, comida basura, viviendas basura y vidas basura. Una educaci¨®n de calidad, como la que seguramente recibi¨® ¨¦l mismo, ser¨ªa una incongruencia. No sea que los ni?os marginados acaben crey¨¦ndose con derecho a dejar de serlo al darse cuenta de que el talento, la inteligencia y el esfuerzo se manifiesta igual en ellos que en los hijos de los de arriba.