50.000 escolares espa?oles estrenan el curso en barracones
Las autonom¨ªas del Mediterr¨¢neo concentran la mayor¨ªa de las aulas prefabricadas, cuya persistencia favorece la segregaci¨®n y la desigualdad en la escuela p¨²blica
Cerca de 50.000 alumnos empezar¨¢n el curso en barracones, uno de los problemas cr¨®nicos de la ense?anza p¨²blica espa?ola. En seis a?os, su n¨²mero se ha reducido en unos 15.000. Pero de mantenerse este ritmo, har¨¢n falta dos d¨¦cadas para acabar con uno de los grandes s¨ªmbolos de la precariedad educativa. El a?o pasado la red sum¨® 3.030.311 alumnos en las etapas de infantil y primaria, que son las que m¨¢s sufren esta carencia de instalaciones.
Las comunidades del Mediterr¨¢neo, que han tenido un crecimiento demogr¨¢fico relativamente alto y niveles de financiaci¨®n relativamente bajos, concentran el grueso de los barracones, igual que hace seis a?os, cuando EL PA?S realiz¨® otro recuento de datos de las autonom¨ªas. Pero su evoluci¨®n ha sido desigual. Andaluc¨ªa, donde 11.000 alumnos arrancan el curso en barracones, y la Comunidad Valenciana, donde lo har¨¢n 12.000, los han reducido en un tercio y tienen en marcha planes para continuar haci¨¦ndolo. En Catalu?a, en cambio, las aulas prefabricadas han aumentado de 1.008 a 1.115, y el n¨²mero de alumnos que estudian en ellas sigue en torno a los 20.000.
En su informe de junio, el defensor del Pueblo, Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n, volvi¨® a se?alar las aulas prefabricadas, as¨ª como la existencia de amianto en algunos centros, como dos de los principales problemas de la educaci¨®n p¨²blica ¡ªlos barracones apenas existen en la privada y la concertada¡ª. ¡°La soluci¨®n de ambos, adem¨¢s de depender de una planificaci¨®n adecuada y eficiente, radica en la aportaci¨®n de las disponibilidades presupuestarias precisas para atenderlos, lo que evidentemente no ocurre¡±, dijo.
El uso ¡°prolongado¡± de unas instalaciones que no han sido dise?adas para el largo plazo y ¡°¨²nicamente resultan admisibles como f¨®rmula provisional¡± provoca que los barracones de algunas escuelas presenten ¡°un importante grado de deterioro¡±, alert¨® Fern¨¢ndez Marug¨¢n, aludiendo a las denuncias de padres de dos centros de la Comunidad Valenciana.
Ninguna era del colegio p¨²blico Ciutat de Cremona de Alaqu¨¤s, aunque podr¨ªa haberlo sido. Abierto en 2007 en el ¨¢rea metropolitana de Valencia, consiste en cuatro filas de barracones unidos por pasillos con techos de metacrilato, un campo de futbito y un patio espartano. El centro se convirti¨® en s¨ªmbolo de la lucha contra la pol¨ªtica educativa de los Gobiernos regionales del PP, que intentaron cerrarlo. De sus aulas han salido cinco promociones que pasaron toda su vida escolar en aulas prefabricadas. El nuevo Ejecutivo regional ha iniciado las obras del nuevo centro, pero este curso seguir¨¢n en barracones.
¡°No tenemos gimnasio y los actos tenemos que hacerlos en la biblioteca. Los patios son de tierra. Imag¨ªnate c¨®mo se ponen cuando llueve o hace aire. En invierno en los pasillos hace un fr¨ªo de narices y en verano todo lo contrario. El term¨®metro que pusimos marc¨® una vez 47 grados¡±, dice el presidente de la asociaci¨®n de madres y padres, Juan Carlos Ponce.
Estela Gil, presidenta de la Confederaci¨®n Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado por la Educaci¨®n P¨²blica, cree que una escuela solo de barracones ¡°desmoraliza¡±. ¡°Es como transmitir a ni?os y profesores que lo que hacen no es importante¡±, comenta Gil.
Efecto negativo
No hay estudios que vinculen estudiar en barracones en Espa?a con un menor rendimiento escolar. El profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, Jes¨²s Rogero, se?ala que s¨ª se ha constatado un efecto negativo cuando las infraestructuras no re¨²nen unas condiciones m¨ªnimas, por ejemplo por falta de espacio o porque haga excesivo fr¨ªo o calor. Pero no est¨¢ claro que eso suceda en los barracones, sobre todo en los m¨¢s modernos, que suelen tener buen aislamiento y sistemas de climatizaci¨®n. Rogero s¨ª considera que los prefabricados tienen un efecto en la matr¨ªcula. ¡°La imagen de un centro y las infraestructuras aparecen como elementos relevantes a la hora de elegir escuela. Y de forma indirecta, los barracones favorecen la segregaci¨®n al dar una imagen de la escuela p¨²blica asociada a recursos escasos, lo que la aleja de las preferencias de las familias m¨¢s acomodadas¡±, dice.
Andaluc¨ªa ha reducido en seis a?os en 6.000 el n¨²mero de alumnos que estudian en barracones, y la Junta se ha marcado como objetivo acabar con los restantes o reducirlos al m¨ªnimo para 2023. El Gobierno valenciano tambi¨¦n lo tiene como prioridad desde la anterior legislatura y desde entonces ha reducido el n¨²mero de alumnos en m¨¢s de 6.000. De los 26 centros compuestos ¨ªntegramente por barracones que la Comunidad Valenciana ten¨ªa en 2015, la mitad han sido sustituidos por edificios, y en el resto las obras ya han empezado o han sido licitadas. En Baleares hay 2.250 alumnos en aulas prefabricadas; en Canarias, 1.540 y en Murcia, 800, como en Castilla-La Mancha y Arag¨®n. En el resto de Espa?a el uso estructural de los barracones es muy raro.
Su presencia est¨¢ enquistada en Catalu?a, si bien el Govern acaba de anunciar su intenci¨®n de suprimir en siete a?os el 70%: aquellos que Educaci¨®n califica de ¡°estructurales¡±. El departamento considera el resto ¡°temporales¡± y ¨²tiles para hacer frente a picos de demanda.
¡°La situaci¨®n en Catalu?a responde a la falta brutal de inversi¨®n de la ¨²ltima d¨¦cada. La educaci¨®n no ha sido una prioridad para la Generalitat. Nos falta todo lo que no se ha ido haciendo¡±, afirma Manuel Pulido, secretario general de la Federaci¨®n de Educaci¨®n de Comisiones Obreras en Catalu?a. Pulido a?ade, y en ello coincide con representantes de la comunidad educativa de otros lugares, que el problema no se limita a las aulas prefabricadas. ¡°Tenemos centros en edificios que est¨¢n peor. Colegios donde padres y profesores han pedido que no les quiten los barracones porque al menos tienen aire acondicionado, y escuelas con tejados con fibrocemento deteriorados que suponen un problema para la salud¡±, asegura el dirigente de CC OO.
La inversi¨®n cay¨® a la mitad en la crisis
En el periodo de 2009 a 2015, coincidiendo con los a?os de crisis econ¨®mica, la inversi¨®n en infraestructuras educativas cay¨® un 55% en el conjunto de Espa?a, seg¨²n un estudio presentado en diciembre de 2017 por el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas. Una ca¨ªda que va en l¨ªnea con el desplome general del gasto p¨²blico en toda clase de infraestructuras, que todav¨ªa no ha recuperado su nivel anterior al inicio de la recesi¨®n.
Los barracones, se?ala el director del centro de investigaci¨®n, Francisco P¨¦rez, se concentran en el Mediterr¨¢neo porque son las comunidades aut¨®nomas que han tenido un crecimiento demogr¨¢fico "m¨¢s din¨¢mico" en las ¨²ltimas d¨¦cadas ¡ªadem¨¢s de Madrid¡ª, y presentan, aunque con diferencias significativas entre s¨ª, niveles de financiaci¨®n auton¨®mica "ajustados".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.