El Derby del gran heredero
Este a?o las circunstancias en Epsom han sido an¨®malas, tanto como para los espectadores como para el autor, pero el linaje de los campeones no ha dejado de mostrarse sobre el ¡®turf¡¯
No sabemos cu¨¢ndo nuestra vida va a cambiar ni si la alteraci¨®n ser¨¢ pasajera o un trastorno definitivo. Hasta hace poco yo iniciaba cada a?o con pr¨¢cticamente s¨®lo una cosa segura en mente: asistir el primer s¨¢bado de junio al Derby que se disputa en Epsom. Todos mis restantes compromisos me resultaban contingentes, el de junio en las onduladas colinas de Sussex era el ¨²nico necesario. As¨ª fue durante d¨¦cadas y esa perseverancia (que otros menos complacientes llamar¨ªan chaladura) me enorgullec¨ªa inexplicablemente. El a?o pasado lleg¨® la pandemia de la covid y el Derby se disput¨® en unas fechas extra?as y sin la asistencia de p¨²blico. Una peque?a enorme conmoci¨®n para los fan¨¢ticos, que intentamos convencernos de que se trataba de un incidente ¨²nico del que el a?o pr¨®ximo s¨®lo nos acordar¨ªamos como de una an¨¦cdota poco simp¨¢tica en la centenaria cadena de an¨¦cdotas que es la historia del Derby. Pero han transcurrido otros doce meses y las circunstancias del Derby siguen siendo an¨®malas. Este a?o se ha corrido en sus fechas tradicionales y con un p¨²blico muy reducido (cuatro mil personas en lugar de cientos de miles), algo m¨¢s parecido a lo que acostumbr¨¢bamos pero a¨²n lejos de lo que podr¨ªamos llamar normalidad. Habr¨¢ que esperar a 2022¡ Aunque quiz¨¢ para algunos de nosotros las cosas h¨ªpicas nunca vuelvan a ser ya lo que fueron¡
Para m¨ª, por ejemplo, este va a ser el primer Derby visto desde el hospital. Mi novela La hermandad de la Buena Suerte acaba con un preparador enfermo de c¨¢ncer a punto de ver en televisi¨®n la recta final del Gran Premio en que corre el caballo de su vida. Mi situaci¨®n no es tan dram¨¢tica, s¨®lo padezco una neumon¨ªa producida por legionela, lo cual en estos tiempos de covid resulta una extravagancia retro, como ser atropellado por un Ford T. En la tablet de la que ahora dependo, el hip¨®dromo de Epsom aparece desguarnecido, con un toque melanc¨®lico en sus gradas semivac¨ªas, m¨¢s cercano y entra?able. El irland¨¦s O¡¯Brien, que tiene como preparador el r¨¦cord absoluto de victorias en el Derby ¡ªocho¡ª no presenta este a?o su habitual escuadr¨®n de cuatro o cinco participantes sino s¨®lo uno, Bolshoi Ballet: ?muestra de confianza o renuncia a ganar por saturaci¨®n una carrera especialmente dif¨ªcil? Pero esta vez hay otro irland¨¦s que me interesa m¨¢s que O¡¯Brien: se trata del m¨ªtico Jim Bolger, que a sus 79 a?os s¨®lo entrena ya caballos de su propiedad y criados por ¨¦l. Suele montarlos otro veterano, Kevin Manning, que tiene 54 a?os y adem¨¢s es su yerno. Pues bien, este a?o Bolger pretende ganar el Derby con un caballo que parece significar mucho para ¨¦l, con el que acaba de conseguir las Irish Dos Mil Guineas. Antes de continuar, debo mencionar que Bolger es un fogoso irland¨¦s, en toda la intensidad pol¨ªtica y po¨¦tica de la palabra. El caballo que presenta en el Derby se llama Mac Swiney y no es nombre elegido al azar. Terence Joseph MacSwinney fue un escritor y pol¨ªtico irland¨¦s a comienzos del pasado siglo. Fue elegido alcalde de Cork por el Sinn F¨¦in en 1920. En la guerra de la independencia irlandesa fue arrestado por los brit¨¢nicos y encarcelado en Brixton, donde muri¨® tras mantener una huelga de hambre de 74 d¨ªas. Reconozcamos que para un patriota irland¨¦s tendr¨ªa cierto vuelo justiciero si cien a?os despu¨¦s de su muerte un caballo llamado como ¨¦l ganase la principal carrera inglesa.
La amable enfermera entra con frecuencia recelosa en mi habitaci¨®n. A esa primera hora de la tarde se ha acostumbrado a verme dormir siestas invulnerables a ruidos, tomas de tensi¨®n, cambios de gotero y dem¨¢s incidentes hospitalarios. De modo que hoy se asombra y hasta se inquieta un poco de verme tan despejado y pendiente de mi tableta. Me pregunta varias veces si quiero echar la persiana, si no estar¨¦ mejor con menos luz... ?C¨®mo explicarle que yo realmente no estoy all¨ª, en mi cama demasiado revuelta de esa confortable cl¨ªnica madrile?a, sino pisando el c¨¦sped f¨¦rtil en leyendas de una de las palestras h¨ªpicas m¨¢s respetadas de Europa, si no del mundo! Y menos de un cuarto de hora antes de la gran cita que tardar¨¢ un a?o en volver a repetirse y cuyo resultado debe pasar puntualmente a la historia de ese mundo alternativo del turf que para los aficionados es m¨¢s real que el que resignadamente compartimos con el resto de nuestros semejantes.
Durante la ¨²ltima d¨¦cada, acertar el ganador del Derby sol¨ªa consistir en elegir el m¨¢s dispuesto entre los diversos hijos de Galileo que tomaban parte en la carrera. El gran semental se hab¨ªa especializado en procrear reto?os cuyas caracter¨ªsticas los recomendaban para la famosa prueba de Epsom. Pero el m¨¢s c¨¦lebre de los hijos de Galileo nunca pis¨® el hip¨®dromo de Surrey.
El poderoso Frankel corri¨® catorce veces a dos, tres y cuatro a?os, ganando siempre y dejando en cada carrera la impresi¨®n de que no hab¨ªa tenido que esforzarse. Para muchos es el mejor purasangre que ha existido. Pero nunca disput¨® el Derby y qued¨® pendiente la duda de si esa distancia hubiera sido larga para ¨¦l. Y a¨²n m¨¢s para sus hijos... Pues bien, este a?o tuvo lugar el relevo del macho dominante. El ¨²nico Galileo que particip¨® en la prueba, Bolshoi Ballet, no figur¨® en la llegada pero en cambio un hijo de Frankel, Adayar, gan¨® el Derby y otro, Hurricane Lane, lleg¨® tercero. Los espectadores (pocos en Epsom, muchos en sus casas y al menos uno en el hospital) tuvimos la impresi¨®n de que empezaba una nueva era y que el rey de Epsom entregaba el cetro a un sucesor destinado a ocuparlo durante muchas temporadas. El tiempo dir¨¢...
Despu¨¦s de ver la carrera, ya desvelado, segu¨ª buscando en la tableta otras referencias h¨ªpicas. Y d¨ª con una hija de Galileo y una madre de prosapia, nacida en 2012, llamada Together Forever, que gan¨® varias buenas carreras. Tres a?os despu¨¦s tuvo una hermana de padre y madre a la que llamaron Forever Together y que venci¨® nada menos que en el Oaks de Epsom. Pues resulta que este a?o ha debutado una tercera hermana, que tambi¨¦n comparte padre y madre con ellas. Despu¨¦s de Juntos Para Siempre y Para Siempre Juntos han llamado a esta jovencita... Espania. ?Querr¨¢n decirnos algo? Con los criadores irlandeses nunca se sabe...
Fernando Savater es escritor y fil¨®sofo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.