Marcha atr¨¢s en la desescalada en Espa?a
Es urgente revertir con firmeza una subida de contagios preocupante
La fuerte expansi¨®n de los contagios registrados en Espa?a deja en evidencia otra desescalada gestionada de forma poco satisfactoria, con responsabilidades compartidas en niveles auton¨®micos y central. La campa?a de vacunaci¨®n procede bien y representa un s¨®lido escudo; aun as¨ª, en los ¨²ltimos d¨ªas el n¨²mero de hospitalizados se incrementa en unas 370 personas al d¨ªa ¡ªya casi 7.000 en total¡ª y de nuevo eleva la presi¨®n sobre el sistema sanitario. En paralelo, la gran difusi¨®n del virus merma las perspectivas de atraer turismo internacional en la crucial temporada veraniega.
En conjunto, debe constatarse que la desescalada ha vuelto a pecar de exceso de optimismo. La decisi¨®n de levantar la obligaci¨®n de mascarilla en ciertas condiciones en espacios abiertos se apoya en criterios correctos, pero contribuy¨® a difundir un mensaje equivocado de relajaci¨®n generalizada. Las comunidades adoptaron decisiones demasiado permisivas que ahora, de forma tard¨ªa, rectifican. El marco legal ¡ªcomo se?alaron desde el principio varios expertos y tambi¨¦n este peri¨®dico¡ª no ayuda, pues no garantiza agilidad y seguridad jur¨ªdica. Las comunidades necesitan recabar la autorizaci¨®n judicial para establecer restricciones y los tribunales responden de forma variable. Mientras Catalu?a, Valencia o Cantabria han obtenido el aval para imponer toques de queda, Canarias, Extremadura o Navarra han visto c¨®mo se les denegaba. Eso ha llevado al lehendakari, ??igo Urkullu, a pedir al Gobierno de Pedro S¨¢nchez que adopte ¡°las medidas necesarias para dotar a las comunidades aut¨®nomas de un marco de seguridad jur¨ªdica suficiente¡± para limitar la movilidad nocturna y el n¨²mero de personas que puedan agruparse. Tambi¨¦n pide que la mascarilla vuelva a ser de uso obligatorio, con la ¨²nica excepci¨®n de los espacios naturales sin concurrencia de personas.
La petici¨®n reabre un debate que se cerr¨® en falso, cuando el Gobierno consider¨® que el actual marco normativo es adecuado para hacer frente al virus. A la vista est¨¢ que no lo es. Desafortunadamente, el clima pol¨ªtico en Espa?a es tal que resulta inimaginable una pragm¨¢tica negociaci¨®n en el Parlamento para atender esta cuesti¨®n, lo que sin duda ha pesado en la decisi¨®n del Ejecutivo.
El caso es que la coincidencia del hartazgo por tantos meses de limitaciones, el final del curso, la reapertura del ocio nocturno y el alargamiento de los horarios de la hosteler¨ªa, con la llegada de la variante delta, un 60% m¨¢s infectiva, ha dado lugar a un crecimiento explosivo que ahora cuesta controlar. A ello hay que a?adir la celebraci¨®n de festivales masivos que no deber¨ªan haberse autorizado, como ha reconocido el propio consejero de Salud de la Generalitat de Catalu?a, Josep Maria Argimon.
Seg¨²n los datos difundidos este martes, la incidencia empeora en todo el pa¨ªs. En algunas, el ritmo de incremento ha sido realmente inquietante. Catalu?a y Castilla y Le¨®n son las comunidades con peores datos. La primera ha pasado de una incidencia de 238 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas a 1.160 en apenas dos semanas; la segunda, de 111 a 863. El ritmo de expansi¨®n se est¨¢ ralentizando, pero sigue elevado. Las vacunas avanzan a buen ritmo, pero el porcentaje de vacunados entre los menores de 30 a?os es bajo; todav¨ªa hay un mill¨®n de personas de entre 60 y 69 a?os y otro mill¨®n de entre 40 y 49 que no han recibido la segunda dosis. Todo ello configura un escenario preocupante que debe revertirse con urgencia.
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