Una consulta de s¨ª, pero no
La consulta es legal, pero el nivel de participaci¨®n ciudadana necesario para que se traduzca en algo viable es m¨¢s alto que la hist¨®rica votaci¨®n que AMLO obtuvo en 2018
En un documental que se estren¨® hace poco en Netflix, que recuerda la salvaje impunidad tras el asesinato en 1984 del periodista Manuel Buend¨ªa, se ve al carcajeante cacique pri¨ªsta Rub¨¦n Figueroa explicar la manera en que ¨¦l termin¨® con la guerrilla en Guerrero, su Estado. Algunos de los insurgentes eran aventados al mar, otros simplemente ¡°desaparec¨ªan¡±. Sobre eso, y sobre sucesivas masacres en donde durante medio siglo intervinieron agentes del Estado, no ha habido en M¨¦xico procesos de verdad y justicia. Y nada garantiza que la consulta organizada por el actual Gobierno se encamine a ello.
Este domingo los mexicanos inauguran una manera novedosa de ir a las urnas. El pa¨ªs que por d¨¦cadas tuvo elecciones simuladas, donde todo era incierto menos que ganar¨ªa el candidato del PRI, este domingo votar¨¢ en una consulta el gran desacuerdo nacional.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha impulsado un refer¨¦ndum sobre si se debe o no enjuiciar a quienes le precedieron de 1988 a 2018, pero ni la pregunta de la consulta dice eso, ni hay certidumbre de que el presidente est¨¦ comprometido con detonar un real, y urgente, proceso de memoria y reparaci¨®n. Porque m¨¢s que el ¡°cantinflismo¡± (The Economist dixit) de la pregunta que aparecer¨¢ en las boletas, el verdadero galimat¨ªas es que la consulta se ha ejecutado con un guion perfecto de la muy mexicana costumbre de s¨ª, pero no.
La consulta es legal, pero el nivel de participaci¨®n ciudadana necesario para que se traduzca en algo viable es m¨¢s alto que la hist¨®rica votaci¨®n que AMLO obtuvo en 2018. El tema naci¨® de una urgente necesidad de justicia pero se ha promovido desde el oficialismo como un barato ejercicio de revancha. Ha habido mucho ruido mas insuficiente debate. La oposici¨®n desprecia la votaci¨®n tanto como en su momento desperdici¨® la oportunidad de encabezar esa agenda: sin darse cuenta de su gran deuda con los colectivos de v¨ªctimas. Y el oficialismo ¨Cel presidente en primer lugar¨C reclamar¨¢ el triunfo de su iniciativa as¨ª obtenga una d¨¦cima parte de los votos requeridos para detonar una comisi¨®n de la verdad.
Y a pesar de todas las imperfecciones que ha tenido el proceso, que incluyen la tibieza de un poder judicial que no se atrevi¨® a contradecir al presidente y de ah¨ª la redacci¨®n churrigueresca de la pregunta, organizaciones de derechos humanos promueven la participaci¨®n ciudadana en la consulta. Porque la demanda de justicia es tan a?eja como necesaria, y porque a pesar de los errores o la mala fe del Gobierno en M¨¦xico nunca se sabe si el aleteo de unos cuantos votos desencadenar¨¢ el inicio de un cambio sustancial, as¨ª tome d¨¦cadas en llegar.
La marca de la casa
Suele decirse que es dif¨ªcil no estar de acuerdo con el ojo cl¨ªnico de L¨®pez Obrador para diagnosticar problemas en M¨¦xico. Lo que resultan altamente controvertidas, en cambio, son las soluciones que este presidente plantea. Apenas esta semana, y solo a manera de ejemplo, ha iniciado el camino para fijar precios m¨¢ximos al gas LP. Que hay grotescos abusos en lo que los comercializadores cobran a los hogares es evidente, pero decretar desde el Gobierno topes a esas tarifas podr¨ªa desatar desde escasez hasta mercado negro. Algo parecido sucedi¨® con la consulta sobre el pasado.
La primera alternancia democr¨¢tica de M¨¦xico, ocurrida en 2000, le fall¨® a los mexicanos en diferentes formas; una de las m¨¢s perniciosas fue en su negativa a revisar a los gobiernos autoritarios. El panista Vicente Fox y su Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n se acobardaron frente al PRI. Voces que al interior de esa administraci¨®n promovieron la procuraci¨®n de una leg¨ªtima comisi¨®n de la verdad ¨CAguilar Zinser, Casta?eda¡ª terminaron fuera del llamado Gobierno del cambio. Ah¨ª naci¨® formalmente el PRIAN, ese vern¨¢culo gatopardismo de que todo se mover¨ªa para quedar igual: hubo un remedo de memoria y justicia que termin¨® ahogado en los pasillos de los tribunales.
La segunda alternancia lleg¨® por la izquierda en 2018. L¨®pez Obrador prometi¨® un cambio verdadero y la idea de hacer consultas populares se ha materializado. Hubo en ese mismo a?o una ¨Cotra vez de ¡°s¨ª, pero no¡± pues careci¨® de car¨¢cter legal mas tuvo consecuencias reales¨C para cancelar el ambicioso aeropuerto iniciado en el Gobierno de Pe?a Nieto. Y ahora habr¨¢ una sobre el pasado, o sobre los supuestos cr¨ªmenes de expresidentes, o sobre la idea de que solo Andr¨¦s Manuel es democr¨¢tico, seg¨²n se quiera ver.
La pregunta de este domingo merece ser citada. Los ciudadanos que acudan a las urnas podr¨¢n contestar s¨ª o no a este cuestionamiento: ¡°?Est¨¢s de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones pol¨ªticas tomadas en los a?os pasados por los actores pol¨ªticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles v¨ªctimas?¡±.
Esa es la redacci¨®n resultante luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n adapt¨® ¨Cen una atribuci¨®n de amanuense que result¨® pol¨¦mica¨C la pregunta original de L¨®pez Obrador: ¡°?Est¨¢ de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y, en su caso, sancionen, la presunta comisi¨®n de delitos por parte de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de Le¨®n, Vicente Fox Quesada, Felipe Calder¨®n Hinojosa y Enrique Pe?a Nieto, antes, durante y despu¨¦s de sus respectivas gestiones?¡±.
Al final, la Corte ha quedado mal con Dios y con el diablo, porque la pregunta pareciera incurrir en la aberraci¨®n de poner a consulta la aplicaci¨®n de la ley, y porque los ministros no asentaron oficialmente que esa redacci¨®n la pretend¨ªan como escal¨®n inicial para desatar un proceso de verdad y justicia. Pero eso les pas¨® por jugar a adivinar lo que cualquiera se pregunta: ?en verdad L¨®pez Obrador quiere ser el presidente donde se comience a revisar el pasado pri¨ªsta?
Las dudas no tienen que ver con que ¨¦l haya militado hasta casi el final de la d¨¦cada de los ochenta en ese partido, sino con temas concretos: si va a ser sobre expresidentes vivos, por qu¨¦ se niega a incluir en su listado a Luis Echeverr¨ªa, presidente (1970-1976) identificado con negros episodios de represi¨®n antes y durante su gesti¨®n; o una duda con repercusiones actuales: AMLO, que ha afincado buena parte de su gobernabilidad en el Ej¨¦rcito, ese mismo que en el pasado cometi¨® los peores abusos, ?obligar¨¢ a las fuerzas armadas a abrir sus p¨¢ginas m¨¢s s¨®rdidas?
As¨ª que esta consulta naci¨® sobre una idea correcta, saldar urgentes cuentas con el pasado, pero con un m¨¦todo cuestionable por su discrecionalidad ¨Cexcluir a Echeverr¨ªa no es cosa menor pues L¨®pez Obrador es comparado a menudo con ese cuasi centenario populista¡ª y sin garant¨ªa de que el ejercicio no se convertir¨¢ solo en un instrumento propagand¨ªstico para galvanizar la maniquea noci¨®n lopezobradorista de que salvo el cardenismo (1934-1940), ¨¦l encabeza la ¨²nica presidencia democr¨¢tica en un siglo.
Vuelta a la casilla inicial: M¨¦xico debe memoria, verdad y justicia a v¨ªctimas de las represiones del pasado, pero a saber si esta consulta se encaminar¨¢ a algo parecido a eso.
Los perdedores
La activista Eno¨¦ Uranga expuso esta semana c¨®mo ella y su familia, que padecieron la represi¨®n en los a?os setenta, han sido revictimizados por una consulta que se supone que deber¨ªa ayudarles a encontrar justicia. ¡±Mis hermanos y yo fuimos perseguidos, torturados, detenidos extrajudicialmente ¡ªs¨ª, a mis ocho a?os estuve en detenci¨®n extrajudicial; mis hermanos tambi¨¦n estuvieron ah¨ª a sus siete y seis a?os¡ª, y sufrimos ¡®tortura suave¡¯, psicol¨®gica, amedrentamiento, interrogatorios y maltratos por varios d¨ªas¡±, escribi¨® el 27 de julio en un texto titulado La justicia que nunca tendr¨¦ o que la ni?a que fui no tendr¨¢.
¡±Cuando mi madre sali¨® de prisi¨®n la Brigada Blanca nos oblig¨® a vivir por un tiempo ¡®a salto de mata¡¯; hasta 1982 cambiamos 16 veces de vivienda, recorrimos la mayor¨ªa de los estados de la rep¨²blica huyendo, y los atentados que sufrimos ¡ªesa madre y esos menores de edad¡ª nos obligaron a escondernos, gracias a la solidaridad de grandes pol¨ªticos de izquierda de aquella ¨¦poca; puedo decir que varias de las personas que nos apoyaron terminaron siendo ¡ªde alguna forma¡ª v¨ªctimas de la guerra sucia, por hostigamiento, por agresiones directas, por interrogatorios, por acoso y hasta allanamientos ilegales¡±, sigue Uranga, conocida hoy por su aportaci¨®n para lograr igualdad de derechos para los matrimonios del mismo sexo.
Uranga subraya en su texto que L¨®pez Obrador no est¨¢ interesado en conocer los abusos de Echeverr¨ªa, de los militares o por los polic¨ªas de la Direcci¨®n Federal de Seguridad, la misma que estuvo involucrada en el asesinato de Buend¨ªa. Testimonios de barbaries como la que victimiz¨® a Uranga ¨Cincluidas las de tiempos menos lejanos como la matanza de Acteal, la de Aguas Blancas, y por supuesto las relativas a la ¡°guerra contra el narco¡±: San Fernando, Allende, Apatzing¨¢n, Tlatlaya, por mencionar apenas unas cuantas-¨C, caen en el vac¨ªo que parad¨®jicamente crean a dos manos el oficialismo y la oposici¨®n.
Porque la consulta del lopezobradorismo quiere ser en realidad una que juzgue al pasado ¡°conservador¡± o ¡°neoliberal¡±, por eso su empe?o en publicitarla con los nombres de los presidentes que AMLO ha instaurado como sus molinos de viento. En esa narraci¨®n lopezobradorista las v¨ªctimas de las fuerzas armadas y policiales en demasiados eventos pasan a un muy segundo plano. Y, por otro lado, los partidos que llevaron al poder a gobiernos del pasado han dejado al actual presidente todo el campo para que les machaque medi¨¢ticamente, en un c¨¢lculo ratonero de que desde el silencio pierden menos al sacrificar a sus presidentes que al reclamar que el manique¨ªsmo no hace justicia a nadie. Al final de cuentas, para pri¨ªstas y panistas las v¨ªctimas de represi¨®n o brutalidad son irrelevantes. As¨ª, lo del domingo 1 de agosto es el nuevo happening del morenismo.
Su m¨¢s reciente caballo de batalla medi¨¢tica que har¨¢ un ruido de improbable trascendencia. Porque el Gobierno lo que busca es solidificar la historia oficial de que esta Administraci¨®n s¨ª se atrevi¨® a mirar el pasado al tiempo que premia, como nunca, con dinero y proyectos a la milicia; porque quiere el mandato de justicia sin el compromiso de di¨¢logo con todas las partes para encontrar, antes que nada, verdad. Porque los mexicanos inaugurar¨¢n una manera novedosa de ir a las urnas: el pa¨ªs que por d¨¦cadas tuvo elecciones simuladas, donde todo era incierto menos que ganar¨ªa el candidato del PRI, este ahora votar¨¢ en una consulta donde lo ¨²nico cierto es que ganar¨¢ el presidente.
Porque L¨®pez Obrador prefiere alimentar la sectarista propaganda para s¨ª mismo a un gran acuerdo nacional que, dolorosa pero necesariamente, eventualmente reconcilie a los mexicanos al revisar y reconocer un pasado de impunes cr¨ªmenes, al asentar la verdad posible y perge?ar una justicia que miles de familias en medio siglo no han comenzado ni a tener. Al final, con esta consulta dizque popular los mexicanos se asemejan a los ciegos de la f¨¢bula de origen hind¨², esos que ante la llegada a la aldea por primera vez de un elefante acuden a palparlo para saber c¨®mo es. Uno dice ¨Cya se sabe¡ª que es como una serpiente, pues toc¨® la trompa. Otro que palpa la oreja, que como un abanico. Otro, al no poder abarcar la barriga convexa, afirma que es como una abombada pared. Y uno m¨¢s, con la cola en la mano, asegura que no, que es como una cuerda peluda. As¨ª los ciudadanos de la naci¨®n mexicana. Los que acudan a votar y los que decidan no hacerlo esgrimir¨¢n pedazos de realidad, pero pocos hablar¨¢n de la falta de justicia verdadera para demasiadas v¨ªctimas de la represi¨®n y de la violencia, el gran elefante en la sala de la democracia de este pa¨ªs.
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