Aleccionadora prehistoria cubana
Hora es de que el r¨¦gimen cubano renuncie al monopolio y resucite el pragmatismo, la transacci¨®n y la democracia
La arqueolog¨ªa pol¨ªtica permite imaginar la democratizaci¨®n de Cuba a trav¨¦s de la Constituci¨®n de 1940, que Fidel Castro alab¨® en La historia me absolver¨¢ y desech¨® al refugiarse en el marxismo-leninismo moscovita nueve meses despu¨¦s de la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, organizada por Estados Unidos. En el alegato del juicio que le conden¨® por el asalto al cuartel Moncada, enfatiz¨® haber vivido en una rep¨²blica de leyes y libertades para reunirse, asociarse, hablar y escribir; hab¨ªa partidos, y si el Gobierno no satisfac¨ªa al pueblo, el pueblo pod¨ªa cambiarlo. ¡°El derecho a la rebeli¨®n contra el despotismo, se?ores magistrados¡±.
Se refer¨ªa a la Cuba organizada por la Constituci¨®n m¨¢s avanzada de Am¨¦rica Latina, patrocinada por los grupos sublevados contra el general Machado (1925-1933), que consagr¨® derechos ciudadanos in¨¦ditos, la divisi¨®n de poderes y el pluripartidismo, violentados por el cuartelazo de Fulgencio Batista, en 1952. Sin haber sido derogada, aquella Ley Fundamental, que el comandante prometi¨® restaurar, fue estabilizante durante 12 a?os; la sustituy¨® una norma redactada por el Partido Comunista Cubano (PCC) desde el dogmatismo ideol¨®gico, el partido ¨²nico y el encuadramiento con la URSS.
En su libro Hijo de Batista (Verbum), Roberto Batista reivindica la presidencia de su padre al frente de la Coalici¨®n Socialista Democr¨¢tica (1940-44), obtenida despu¨¦s de haber derrotado en las urnas al candidato del Partido Aut¨¦ntico, Ram¨®n Grau, que en la Asamblea Constituyente hab¨ªa propuesto que el Senado fuera ocupado por sindicalistas y empresarios. Hubo un tiempo en que los cubanos se entendieron. ¡°Se gobern¨® en coalici¨®n con los comunistas y no pas¨® absolutamente nada¡±.
La violencia del 11 de julio tras seis decenios de dominaci¨®n castrista insta a una soluci¨®n cubana sin simulacros de libertad ni intromisiones norteamericanas. El alma de la Constituci¨®n traicionada no debiera desde?arse pues, si bien adoleci¨® de desarrollo legislativo y ejecuci¨®n, sirvi¨® para conciliar intereses corporativos y drenar la bilis del encono y la injusticia. Resultar¨ªa edificante la recuperaci¨®n de los prop¨®sitos del decenio en que la Uni¨®n Revolucionaria Comunista pas¨® a ser Partido Socialista Popular, en cuyas juventudes milit¨® Ra¨²l Castro, y cuya influencia en la Constituyente fue muy superior a sus votos.
Obrerista, el nuevo partido maniobr¨® con fintas socialdem¨®cratas para entenderse con liberales y conservadores. Ilegalizado por Batista, acab¨® integr¨¢ndose en el PCC. La Internacional Comunista de 1935 asumi¨® los frentes populares con formaciones de izquierdas y burgues¨ªas nacionalistas. Hora es de que el r¨¦gimen cubano renuncie al monopolio y resucite el pragmatismo, la transacci¨®n y la democracia. ?Un cuento de hadas? No tanto como los publicados por los apologetas del inmovilismo pol¨ªtico y los planes quinquenales.
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