Desastre ecol¨®gico en el mar Menor
Las administraciones deben actuar con urgencia para evitar el deterioro de un ecosistema ¨²nico
El desastre medioambiental que afecta al mar Menor no solo no se ha solucionado a pesar de las innumerables llamadas de alerta, sino que vuelve a manifestarse estos d¨ªas de forma dram¨¢tica en las playas murcianas. Dos a?os despu¨¦s de la aparici¨®n y retirada de tres toneladas de peces muertos por efecto de la anoxia (falta de ox¨ªgeno en el agua), millares de ejemplares de alevines muertos de diversas especies dieron la alarma el pasado lunes al aparecer en las orillas, arrastrados por las aguas. Ese d¨ªa se contabilizaron 250 kilos, pero el fen¨®meno ha continuado a lo largo de la semana con ejemplares m¨¢s adultos hasta sumar 4,5 toneladas, seg¨²n los datos comunicados ayer, en una nueva exhibici¨®n de la deteriorada situaci¨®n de esa enorme y singular laguna salada que es el mar Menor.
El exceso de nutrientes procedentes de los abonos de la zona, que entran en la corriente con el agua dulce de los riegos, y los vertidos originados por los excesos urban¨ªsticos han vuelto a generar este nuevo cap¨ªtulo de la cat¨¢strofe ecol¨®gica. Cartagena y otras localidades tuvieron que cerrar las playas afectadas, donde los equipos intentan retirar los cad¨¢veres. La muerte de los peces es solo el lado m¨¢s visible de un desastre continuado que no ha encontrado soluci¨®n y que se convierte en cada ocasi¨®n en marco de los cruces de acusaciones entre el Gobierno regional, que reclama m¨¢s competencias, y el central. El Congreso de Diputados admiti¨® a tr¨¢mite en 2020 una interesante iniciativa legislativa popular de ciudadanos que ¡ªante la falta de soluciones¡ª intentan conseguir 500.000 firmas para dotar al mar Menor de personalidad jur¨ªdica para que sus representantes legales puedan defender sus derechos en los tribunales, una iniciativa pionera que se inspira en precedentes del r¨ªo Atrato en Colombia o del r¨ªo Whanganui en Nueva Zelanda.
Las aguas que hace no tantos a?os a¨²n eran claras y dejaban ver m¨²ltiples especies, incluidos caballitos de mar, est¨¢ hoy turbia, llena de algas y sin claridad. La presi¨®n agr¨ªcola, tur¨ªstica y urban¨ªstica ha transformado el entorno que originalmente era seco en una zona de regad¨ªo, a la que se suman la actividad de desaladoras. La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Segura ha detectado cientos de irregularidades graves desde 2009, la mayor¨ªa relacionadas con vertidos agr¨ªcolas. La depuraci¨®n de aguas residuales y la miner¨ªa tambi¨¦n aumentan el desequilibrio. El desastre, en suma, pone en evidencia una vez m¨¢s la incompatibilidad entre los excesos de la explotaci¨®n agraria, urban¨ªstica y tur¨ªstica y la conservaci¨®n de un medio natural tan fr¨¢gil como este. Los compromisos medioambientales crecientes que adopta Espa?a, al menos en el papel, deben materializarse con urgencia en hechos concretos. Las diversas administraciones deben aunar objetivos y actuar sin dilaci¨®n.
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