?A c¨®mo est¨¢ el kilovatio?
No quiero imaginar lo que habr¨ªan sido los noticiarios de este agosto con el trauma del precio de la luz si el parque m¨®vil nacional fuera mayoritariamente el¨¦ctrico
No s¨¦ si a estas alturas de agosto, tras algunas jornadas mereciendo el dudoso honor de abrir los noticiarios, la factura de la luz provoca que los ciudadanos se levanten cada ma?ana preguntando a c¨®mo est¨¢ el kilovatio hora. Echo de menos a Forges, ?ustedes no? Por no olvidar Hait¨ª y porque las cosas marchan muy deprisa, por eso las generaciones m¨¢s longevas de la historia de la humanidad no dejan de repetir su lamentaci¨®n: no tengo tiempo para nada. La presi¨®n pol¨ªtica, medi¨¢tica y social parec¨ªa acuciar al Gobierno y olvidar que durante la legislatura anterior se someti¨® a las energ¨ªas renovables a una par¨¢lisis absoluta que ahora pagamos. La soluci¨®n inmediata no existe, pues lo da?ino reside en la estructura misma, en ese equ¨ªvoco permanente entre lo que significa un servicio p¨²blico, de valor colectivo irrenunciable, y el mero negocio privado. Nadie arma mejor sus campa?as de publicidad que las hidroel¨¦ctricas espa?olas, pues saben presentarse en los medios con anuncios tan abundantes como ricos en materia verde, ecoamigable y zen de postal. Es curioso que no se aplique en la factura de la luz alg¨²n recurso ingenioso, m¨²sica suf¨ª o tonalidades relajantes. El ¨²nico avance que hemos vivido en ese aspecto es que ya casi nunca nos la entregan en papel, dicen que para ser m¨¢s sostenibles, pero muchos creen que se debe simplemente a que por internet todo duele menos.
Los d¨ªas en que la factura de la luz abre los informativos son muy angustiosos. Porque como ahora todas las noticias han de reducirse a una contabilidad deportiva, se lleg¨® a precisar la franja horaria en que saldr¨ªa m¨¢s caro el megavatio y los picos de supervaloraci¨®n. Se supone que tratan de lograr que no pongas el pan a tostar al levantarte, sino que desayunes a medianoche, y otras imbecilidades para despistar del verdadero problema. Mientras se habla del precio de la luz poco se hablaba de que quienes quieren rebajarlo no paran de comprar m¨¢quinas de aire acondicionado para sus hogares y oficinas. Como todo el mundo sabe, si te esclavizas a un recurso es normal que ese recurso acabe domin¨¢ndote. No hay m¨¢s que ver c¨®mo tratamos pol¨ªticamente a los pa¨ªses que nos surten de petr¨®leo y gas, a ellos les permitimos cosas que no creo que les permitamos a los pa¨ªses que no nos surten de casi nada. Y el otro problema evidente que nadie sac¨® a colaci¨®n durante los d¨ªas en que la factura de la luz desat¨® la histeria colectiva es el del coche el¨¦ctrico.
Descubrir que para generar electricidad se utilizan recursos costosos quiz¨¢ nos alumbre a la hora de saber que la respuesta al problema del autom¨®vil no es el autom¨®vil el¨¦ctrico, sino reducir la dependencia de este medio de transporte. No quiero imaginar lo que habr¨ªan sido los noticiarios de este agosto con el trauma del precio de la luz, si el parque m¨®vil nacional fuera mayoritariamente el¨¦ctrico. Me temo que eso lo dejamos para dentro de una d¨¦cada. Los que queden vivos, se van a divertir con eso. Ojal¨¢ fu¨¦ramos capaces de buscar una soluci¨®n, pero los drogodependientes nos muestran cada d¨ªa la autoridad que conceden a sus camellos. As¨ª nosotros, que somos dependientes de algunas cosas a las que no podemos renunciar, alg¨²n d¨ªa tambi¨¦n habremos de cuestionarnos si hacemos las cosas bien. Mientras tanto, una histeria por semana nos sirve de dieta informativa.
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