No se entiende tanta tolerancia
El esc¨¢ndalo envuelve a la ministra de las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y las Comunicaciones, Karen Abudinen
Como es ya costumbre, estall¨® un nuevo esc¨¢ndalo de corrupci¨®n en Colombia. Esta vez, estar¨ªan a punto de perderse cerca de 70.000 millones de pesos que fueron entregados a un consorcio de contratistas para instalar puntos de internet en escuelas alejadas del pa¨ªs. Lo dram¨¢tico del asunto es que, antes de la firma del contrato, se hab¨ªa advertido del riesgo de firmar con contratistas que no ten¨ªan experiencia ni capacidad t¨¦cnica. Incluso, hab¨ªa una extra?a relaci¨®n entre estos contratistas y quienes estaban elaborando los t¨¦rminos del contrato.
El esc¨¢ndalo envuelve a la ministra de las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y las Comunicaciones, Karen Abudinen, quien es cercana a la casa Char. En Colombia, se les denomina el clan Char; una poderosa agrupaci¨®n pol¨ªtica semi familiar que controla varios congresistas, una gobernaci¨®n, varias alcald¨ªas y que tiene importantes cuotas en el Gobierno nacional. La se?ora Abudinen fue advertida de los riesgos del contrato, y aun as¨ª sigui¨® adelante. Meses despu¨¦s de la firma, los retrasos eran evidentes y, de ah¨ª en adelante, cada semana sal¨ªa una informaci¨®n nueva como las p¨®lizas falsas o que gran parte de la plata del anticipo hab¨ªa sido sacada del pa¨ªs.
La se?ora Abudinen ha rotado de cargo en cargo gracias a que la casa Char la pone en instituciones a que represente el poder de esa familia. Estuvo en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) donde pas¨® sin pena ni gloria. Adem¨¢s, ella seguramente ser¨¢ la pr¨®xima alcaldesa de Barranquilla. El clan Char hace parte del partido Cambio Radical, estructura que cuenta con cuatro ministerios y quienes fueron los grandes ganadores de la crisis pol¨ªtica de hace unos meses. El Gobierno de Iv¨¢n Duque, para mantener cierta estabilidad pol¨ªtica, entreg¨® a tres partidos la mayor¨ªa de las instituciones importantes, es decir, literalmente, feri¨® el pa¨ªs.
El poder de los Char ¡ªo la debilidad de Duque¡ª qued¨® demostrado la semana pasada, cuando luego de varios d¨ªas de esc¨¢ndalo el presidente sali¨® en defensa de la ministra. La protegi¨® y destac¨® lo ¡°buena¡± funcionaria de ella es. Al final, el golpe en la opini¨®n p¨²blica ser¨¢ nuevamente para el mandatario, quien ser¨¢ castigado a¨²n m¨¢s de lo que ya est¨¢.
En los m¨¢s de tres a?os de Administraci¨®n Duque hay varios ejemplos de esta tolerancia criminal. Por ejemplo, un exembajador salpicado en un esc¨¢ndalo de narcotr¨¢fico permaneci¨® varias semanas en el cargo a pesar de toda la informaci¨®n que surg¨ªa. Tambi¨¦n, luego de la violenta represi¨®n estatal en medio del paro nacional que dej¨® decenas de presuntos asesinatos, agresiones sexuales y perdidas de ojos a decenas de j¨®venes, todo, presuntamente, a manos de la polic¨ªa colombiana, al final no pas¨® nada. No cay¨® ning¨²n coronel o general, y mucho menos el ministro de Defensa. La tolerancia criminal de la Administraci¨®n Duque ha sido un sello de Gobierno. Iniciando el mandato, el presidente comenz¨® a repetir en todas sus intervenciones p¨²blicas ¡°el que la hace la paga¡±, refiri¨¦ndose a que as¨ª ser¨ªa su comportamiento. Meses despu¨¦s dejo de pronunciar la frase, pues evidentemente tal frase no se correspond¨ªa con las acciones del Ejecutivo.
La pregunta que ronda a los analistas y pol¨ªticos es por qu¨¦ el presidente Iv¨¢n Duque act¨²a de esa forma. Habr¨ªa, al menos, tres opciones. La primera es que no puede actuar y est¨¢ preso de los clanes pol¨ªticos corruptos. La segunda posibilidad es que no le importa y tiene una tolerancia alta a casos de corrupci¨®n. La tercera es que no controla el Gobierno y le cuesta tomar decisiones.
Esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en materia de seguridad, de narcotr¨¢fico o de administraci¨®n han sido el com¨²n denominador en el Gobierno del presidente Duque. La mayor¨ªa de ellos no han sido explicados, y en otros hay abiertas contradicciones y mentiras. Tal vez ese sea su legado.
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