El desconcierto en la oposici¨®n
O el Partido Popular se reinventa o lo va a tener dif¨ªcil, no ya solo para ganar, sino, en su caso, para gobernar sin sobresaltos
El inicio de este curso pol¨ªtico presenta una gran novedad: el final del ¡°efecto Ayuso¡± y la absorci¨®n del voto de Ciudadanos y la correlativa recuperaci¨®n de la iniciativa pol¨ªtica por parte del Gobierno de S¨¢nchez. El principal activo de este reside en el impulso ganado con la mejora de los efectos de la pandemia, la recuperaci¨®n econ¨®mica y, sobre todo, el reci¨¦n adquirido perfil m¨¢s internacional del presidente del Gobierno, adem¨¢s del desarrollo de medidas de corte social ¡ªpensiones, salario m¨ªnimo, quiz¨¢ vivienda¡ª. Lo m¨¢s relevante de este giro es que ha cogido a la oposici¨®n fuera de juego. Si no, es dif¨ªcil entender por qu¨¦ tratan de emborronar la cuesti¨®n afgana, que sin duda ha encontrado una enorme simpat¨ªa en nuestra opini¨®n p¨²blica, incorporando cr¨ªticas de mal tono donde no corresponde. O sea, que va a porfiar en la misma estrategia a pesar del cambio habido en la situaci¨®n circunstancial. Con esto ignora una de las principales m¨¢ximas de la acci¨®n pol¨ªtica, su imperiosa necesidad de ajustarse a las contingencias de cada momento; seguir con pi?¨®n fijo cuando cambian las oscilaciones del terreno solo puede conducir a un esfuerzo in¨²til.
Lo que no se comprende es que no lo tuvieran previsto. Estaba claro que con el bonus de los fondos europeos y el control de la pandemia a trav¨¦s de la vacunaci¨®n masiva el Gobierno iba a ¡°revivir¡± en esta segunda parte de la legislatura. Y el cambio es lo bastante relevante como para obligar a otra forma de ejercer la oposici¨®n. Lo que nos encontramos, por el contrario, es que es incapaz de salir de sus inercias, en particular ese tono despectivo mediante el que oculta su falta de ideas. Alguna vez ya mencionamos a qu¨¦ obedece: a una previa definici¨®n del presidente como ¡°el mal¡± a partir de la cual todo lo que emane de su direcci¨®n est¨¢ ya contaminado por el estigma. No se eval¨²an sus acciones espec¨ªficas, sino el qui¨¦n las adopta. El sentido de la oposici¨®n no es, empero, el decretar qui¨¦n es el bueno o el malo; consiste en ofrecer alternativas o, al menos, cr¨ªticas constructivas; m¨¢s a¨²n en estos tiempos tan descorazonadores.
Creo que la causa de esto reside en que no han sabido hacer una lectura correcta de la mayor transformaci¨®n pol¨ªtica habida en Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas, el empoderamiento de las autonom¨ªas. A efectos de lo que ahora nos interesa, esto significa que es posible ejercer una oposici¨®n diferenciada y plural dentro del mismo partido. Por un lado est¨¢ el ¡°modelo Ayuso¡± y, por otro, el ¡°modelo Vivas¡± de Ceuta o el de Feij¨®o en Galicia. Uno de confrontaci¨®n directa y permanente, otro m¨¢s cooperativo. G¨¦nova opt¨® por el primero para su estrategia de oposici¨®n general, pero no puede evitar que salga a la luz el contraste. Y el caso de Ceuta constituye, a nivel micro, lo que echamos en falta en el macro, el abordaje conjunto de problemas y la b¨²squeda de soluci¨®n a los problemas por encima de las discrepancias. En otras palabras, saber cu¨¢ndo hay que cooperar y cu¨¢ndo disentir. ?O prefiere la oposici¨®n que no se resuelvan los problemas con tal de proporcionar un rev¨¦s al Gobierno?
El PP se encuentra ahora con que aquello que m¨¢s rentabilidad le hab¨ªa proporcionado, el modelo Ayuso y la pr¨¢ctica absorci¨®n de Ciudadanos, pueden ser un regalo envenenado. Le aleja del centro y le obliga a caer en brazos de Vox, cuya fuerza de gravedad puede acabar desnaturaliz¨¢ndolo del todo. O se reinventa o lo va a tener dif¨ªcil, no ya solo para ganar, sino, en su caso, para gobernar sin sobresaltos. Ojo al parche: a medida que aumenta la influencia de la dimensi¨®n exterior habr¨¢ tambi¨¦n una menor tolerancia europea hacia veleidades populistas. Una encrucijada, s¨ª.
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