Alejandro Gaviria: llega el reformista esc¨¦ptico
Las ideas del acad¨¦mico sobre la pol¨ªtica, la democracia y lo p¨²blico animan ahora una propuesta electoral tan disruptiva como atrayente. Acaso la m¨¢s atrayente en nuestra Am¨¦rica, hoy d¨ªa
![Alejandro Gaviria, exrector de la Universidad de Los Andes y candidato a la presidencia de Colombia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/I2YZUEY6UBAEZAUA77R6NK4H7I.jpeg?auth=4bf7b486498928f749d091368ac89a7fa017dc873310f0ba68eb78f6efc166ca&width=414)
¡°Una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos¡±.
Con esta frase conclu¨ªa Estanislao Zuleta, el gran pensador colombiano del siglo pasado, un ensayo corto y rebosante de ideas inquietantes sobre los conflictos armados que durante d¨¦cadas padeci¨® su pa¨ªs.
Alejandro Gaviria, quien la semana pasada present¨® su candidatura presidencial a sus conciudadanos, ha logrado desde ya, en mi opini¨®n, ¡°mejorar el conflicto¡± colombiano en el sentido que da Zuleta a esas palabras. Su entrada en liza hace pensar a muchos que la polarizaci¨®n que envenena la v¨ªa electoral en nuestros pa¨ªses quiz¨¢ s¨ª pueda ser superada creativamente.
Las ideas de Gaviria sobre la pol¨ªtica, la democracia y lo p¨²blico, divulgadas eficazmente por ¨¦l mismo desde hace mucho tiempo, pues no es un acad¨¦mico ensimismado, reci¨¦n llegado a la escena pol¨ªtica y a la gesti¨®n p¨²blica, animan ahora una propuesta electoral tan disruptiva como atrayente. Acaso la m¨¢s atrayente en nuestra Am¨¦rica, hoy d¨ªa.
Gaviria es un perspicaz lector de Zuleta y lo declara viga maestra de su visi¨®n pol¨ªtica, junto a Isaiah Berlin y Albert O.Hirschman.
En el ensayo que el candidato dedic¨® en 2016 al pensamiento de Zuleta, cita de este una elegante formulaci¨®n: ¡°el comunismo es un extremismo de la esperanza y el fascismo un extremismo del odio¡±.
Cre¨ªa Zuleta en la inevitabilidad y conveniencia de los conflictos, cre¨ªa que un dem¨®crata debe hacer del debate y el intercambio una forma de vida. Rechazaba en John Stuart Mill lo que pensaba era un liberalismo resignado. ¡°El concepto de tolerancia¡ªafirm¨®¡ªes pretencioso, implica que es inevitable tolerar las opiniones de los otros pero sobre la convicci¨®n inmodificable de que yo tengo raz¨®n¡±.
Alberto Hirschman, fue un economista alem¨¢n que, luego de participar muy destacadamente en la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, emigr¨® a los Estados Unidos. Vino a Colombia, en los primeros a?os de la posguerra, formando parte de una de las primeras misiones del Banco Interamericano de Desarrollo. La caza de brujas macarthysta le impidi¨® a Hirschman regresar a Estados Unidos y ello result¨® en una bendici¨®n para los estudios sobre el desarrollo econ¨®mico.
Partiendo de su experiencia colombiana, Hirschman escribi¨® cl¨¢sicos hoy insoslayables sobre el tema. Tambi¨¦n conden¨® el ¡°catastrofismo¡± de muchos intelectuales colombianos. Esta condena es central en la valoraci¨®n del desarrollo colombiano en el ¨²ltimo siglo que Gaviria ha desplegado sostenidamente en sus obras. Encuentra que ese catastrofismo no solo es infundado sino conformista, insidioso, da?ino. En sus ensayos, as¨ª como en un ya c¨¦lebre dec¨¢logo del reformista esc¨¦ptico, Gaviria se declara incrementalista en cuestiones de reforma social y rechaza lo que cree falsa disyuntiva entre ¡°un sistema injusto y corrupto que no puede reformarse y otro, racional y armonioso, que no habr¨ªa ya que mejorar¡±.
La frase entre comillas es del egregio Hirschmann y destaca en el dec¨¢logo de Gaviria, del que copio dos de los mandamientos:
5¡ã mandamiento: el reformador debe huir de las utop¨ªas regresivas.
[El concepto de ¡°utop¨ªa regresiva¡± es del expresidente espa?ol Felipe Gonz¨¢lez, en referencia al caso de Venezuela, ese enfermo al parecer incurable y nunca terminal de Sudam¨¦rica].
10¡ã mandamiento: el reformador debe entender que casi siempre es una figura tr¨¢gica. Su respetabilidad ¨¦tica viene de su insistencia en hacer lo que toca hacer, en contra de las fuerzas mayoritarias de la insensatez, el oportunismo y la indiferencia.
La insensatez es, de todas estas fuerzas, quiz¨¢ la m¨¢s perversa cuando ejerce eso que Mill llam¨® ¡°la extorsi¨®n moral de las mayor¨ªas¡±. Gaviria ya tuvo que encarnar el papel del Dr. Stockmann en El enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, cuando una ola moralista se opuso a un programa masivo y gratuito de vacunaci¨®n de ni?as contra el virus del papiloma humano. Lo que ya se deja sentir en las redes sociales no augura que sus aspiraciones recibir¨¢n mejor trato.
Y llegados aqu¨ª, ?qu¨¦ es un esc¨¦ptico? ¡°Es alguien que har¨ªa mejor las cosas si solo supiera c¨®mo hacerlas¡±, responder¨ªa Michael Oakeshott, el fil¨®sofo ingl¨¦s, igualmente admirado por Gaviria.
Oakeshott afirma tambi¨¦n que ?la mejor forma de gobierno no es aquella con mayores perspectivas de ¨¦xito sino aquella donde el fracaso sea m¨¢s tolerable?.
Esa doctrina del m¨¢s o menos¡ªha escrito y dicho Gaviria en muchas partes¡ª, esa l¨®gica resignada ante la complejidad de lo real, impide incurrir en la demagogia de prometer lo incumpible.
Joseph Brodsky, el genial poeta ruso, ganador del Premio Nobel en 1987, denunci¨® soberbiamente esa demagogia en carta al expresidente checo V¨¢clav Havel: ¡°Quiz¨¢ la mejor cortes¨ªa, se?or Presidente, consista en no crear ilusiones¡±. Parad¨®jicamente, Gaviria, cauto reformista esc¨¦ptico de innegable cortes¨ªa, ya las est¨¢ creando, en buen momento y ojal¨¢ resulten en mejores conflictos por el bien de Colombia.
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