Teletrabajo desigual
Superada la fase m¨¢s dura de la pandemia, la conciliaci¨®n ha de figurar como urgente horizonte de futuro
El teletrabajo ha significado una aut¨¦ntica revoluci¨®n dom¨¦stica para adaptar el mundo laboral y su enorme diversidad de necesidades a las restricciones de la pandemia. Hemos cambiado numerosos h¨¢bitos en m¨²ltiples ¨¢mbitos, pero lo que la pandemia no ha conseguido cambiar han sido las ratios de desigualdad entre hombres y mujeres.
Ning¨²n avance significativo ha podido detectarse en pandemia en torno a la conciliaci¨®n. Los datos siguen siendo contumaces: el 94% de trabajadores que solicitaron una reducci¨®n de jornada en el ¨²ltimo trimestre de 2020 fueron mujeres, la misma proporci¨®n que en el primer trimestre de 2019, seg¨²n los datos del Ministerio de Igualdad. El paralelismo se repite en las excedencias para cuidado de los hijos, que corresponden en un 89% a mujeres. Lejos de favorecer el reparto de tareas, las encuestas realizadas por algunas organizaciones no invitan a la esperanza sino a la persistencia en la denuncia: vuelven a ser amplia mayor¨ªa las mujeres que en pandemia han vivido una sobrecarga desproporcionada de trabajo.
El regreso negociado a la presencialidad en las empresas puede ser una oportunidad para que los viejos problemas para las mujeres no se vean reproducidos de forma mec¨¢nica o inercial. El fomento de la igualdad de g¨¦nero en el mundo laboral y familiar es consustancial a un Estado de derecho que consagra la igualdad en el art¨ªculo 14 de la Constituci¨®n, y por tanto fundamental. Sin ese fomento activo ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil abordar otro escollo de la sociedad espa?ola ante el futuro: el desplome de la natalidad sigue avanzando en Espa?a. La pandemia hundi¨® la cifra de nacimientos, que ya part¨ªa de un a?o 2019 con el dato m¨¢s bajo de toda la serie hist¨®rica del INE, que arranca en 1941. Las mujeres espa?olas se incorporan ¡ªcuando lo hacen¡ª cada vez m¨¢s tarde a la maternidad y con menor n¨²mero de hijos. Esa reducida cifra de natalidad tiene m¨²ltiples causas hist¨®ricas y culturales, pero una de las principales reside en la dificultad para encontrar los mecanismos que propicien y faciliten la conciliaci¨®n de forma eficiente. Conviene recordar que es un problema que afecta a numerosos pa¨ªses de nuestro entorno, pero Espa?a lo padece de forma m¨¢s acuciante que la media de Europa. Solo las medidas pol¨ªticas y la pedagog¨ªa militante podr¨¢n promover cambios necesarios y corregir injusticias hist¨®ricas e indefendibles.
Superada la fase m¨¢s dura de la pandemia y mientras empresas y trabajadores negocian las condiciones del teletrabajo, la conciliaci¨®n ha de figurar como urgente horizonte de futuro. La aspiraci¨®n a la igualdad y la ambici¨®n de una sociedad m¨¢s justa es parte del compromiso democr¨¢tico de Gobierno, empresas e instituciones en el momento en que se arbitren los mecanismos de restituci¨®n de la presencialidad combinada con el teletrabajo.
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