Salvados del comunismo, ?qui¨¦n nos salva del capitalismo?
La imagen del pantano reseco de Ricobayo resulta a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de entender que las razones por las que no se puede frenar la subida de la luz
En ocasiones resulta tentador dejarse llevar por la fantas¨ªa autoritaria, por el simplismo con que se resuelven las cosas en pa¨ªses sin cuestionamientos. ?Que Putin ha bajado en las encuestas? Pues unta a militares y jubilados con una paga extra antes de las elecciones, un sistema mucho m¨¢s directo que la contienda con otros partidos (que adem¨¢s ha prohibido), y asunto arreglado. ?Que China considera que los videojuegos son el nuevo opio del pueblo? Los proh¨ªbe o restringe para menores y santas pascuas. Ten¨ªamos un problema y lo hemos solucionado. En este caso, dos.
Aqu¨ª las cosas son bastante m¨¢s complicadas, pero lo son tanto que en ocasiones dejamos de entenderlas. Comprendemos la libertad de mercado en que se basa nuestra econom¨ªa y que impedir¨ªa una expropiaci¨®n el¨¦ctrica, por ejemplo. Comprendemos y defendemos la libertad del individuo, de las familias y la intimidad que har¨ªa imposible regular las actividades de los menores en sus casas. Como comprendemos que comprar votos como hace Putin choca contra toda regla de la competencia democr¨¢tica. Nuestros valores est¨¢n claros y, en el plano te¨®rico, no hay otros que puedan superarlos. Si hubiera que construir el mundo de nuevo, avanzar¨ªamos directos hacia estos.
Y sin embargo, ocurren cosas que no encuentran su sitio en el tablero racional en el que jugamos. La imagen del pantano reseco de Ricobayo, que Iberdrola desagu¨® en seis semanas, resulta a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de entender que las razones por las que no se puede frenar la subida de la luz. Si ese vaciado es legal, si no implica una impresionante multa inmediata y si la ¨²nica sanci¨®n es la acusaci¨®n de no tener ¡°empat¨ªa¡±, esto no funciona.
Y entonces surge la pregunta inevitable: de los excesos del comunismo y otros autoritarismos estamos a salvo gracias a valores y principios consagrados en la legislaci¨®n europea y la espa?ola. Pero ?qui¨¦n nos defiende de los excesos del capitalismo? ?Qui¨¦n nos defiende de la p¨¦rdida de agua embalsada por arbitrio de la empresa concesionaria? ?Qui¨¦n nos defiende de una subida irrefrenable de la luz? Har¨¢n bien los gobiernos en preparar respuesta a estas preguntas, porque este boquete en la credibilidad del sistema genera un hueco a¨²n m¨¢s grande que el que ha dejado el agua en ese pantano. En el C¨¢ndido de Voltaire, Pangloss sol¨ªa repetir que estaba en el mejor de los mundos posibles. Si el nuestro es ya mejor que el de Pangloss, estamos seguros de que hay otro a¨²n mejor que este. Exij¨¢moslo.
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