Intrusismo
Vi por la tele la ceremonia de la inauguraci¨®n del nuevo curso judicial y qued¨¦ fascinado por la exhibici¨®n del vestuario de los participantes
Vi por la tele la ceremonia de la inauguraci¨®n del nuevo curso judicial, pero no me enter¨¦ de nada fascinado como me hallaba por la exhibici¨®n del vestuario de los participantes. Aquella indumentaria se aproximaba m¨¢s a la de las altas jerarqu¨ªas de la Iglesia que a la utilizada por las instituciones civiles. No veo al presidente de colegio de m¨¦dicos, ni siquiera al del colegio de psiquiatras, mostr¨¢ndose ante el p¨²blico con semejantes sotanas salpicadas de abundantes y pesad¨ªsimas piezas de oro de cuyo significado ning¨²n telediario nos inform¨®, quiz¨¢ porque carec¨ªan de ¨¦l.
La ceremonia resultaba tan vaticanista que me ocurri¨® lo mismo que de ni?o cuando asist¨ªa a los oficios de Semana Santa: que me quedaba en el atrezo, tal vez porque no hab¨ªa otra cosa que atrezo. Dime de qu¨¦ presumes y te dir¨¦ de qu¨¦ careces. Luego, al escuchar, at¨®nito, en la radio, el curr¨ªculo pol¨ªtico de Lesmes me vino a la memoria aquella frase de Groucho Marx acerca del m¨¦rito de salir de la nada para alcanzar, a base de trabajar y trabajar, la m¨¢s profunda de las miserias. Hab¨ªa, en fin, una falta escandalosa de correspondencia entre lo que se pretend¨ªa promocionar en aquella ceremonia y las maneras de hacerlo. ?Qui¨¦n confiar¨ªa la resoluci¨®n de un problema legal a personas tan preocupadas por la alta costura y la bisuter¨ªa?
Algunos argumentar¨¢n que el objeto de toda esta solemnidad hueca no es otro que el de impresionar al contribuyente. Ignoran que la otra cara del terror es la risa y que los telediarios de esa jornada produjeron menos p¨¢nico que carcajadas. Alguien, sin embargo, dijo algo sensato: que los jueces elijan a los jueces. Y que los escritores, a?adir¨ªa yo, elijan a los escritores: hay mucho intrusismo en la novela.
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