Andaluc¨ªa, Valencia, otra Espa?a
La financiaci¨®n es un agujero negro en el mapa espa?ol de las desigualdades y desequilibrios. No es una ¡°sensaci¨®n de infrafinanciaci¨®n¡±, como dice Calvi?o, sino un problema

Los presidentes valenciano y andaluz, Ximo Puig y Juanma Moreno, con su causa com¨²n han roto la inercia de las trincheras partidistas y la verticalidad impuesta por Ferraz o G¨¦nova. Esa cu?a ha sobresaltado a los administradores acomodados del statu quo. Incluso la ministra Calvi?o, por lo general flem¨¢tica y de tibia ret¨®rica bruselense, los ha acusado de frentismo. Parece que Calvi?o olvida, o quiz¨¢ desde?a, que lleven a?os levantando la voz contra un sistema injusto. Tambi¨¦n Lamb¨¢n se ha apresurado a clamar contra el agravio, cinco minutos antes de agitar el frente de la Espa?a despoblada. Feij¨®o ha terciado ofreciendo la nada. En realidad, Puig y Moreno no han planteado un bloque frentista, sino una alianza para sumar decibelios, despu¨¦s de a?os sin lograr hacerse o¨ªr. Ahora tienen la ventaja de estar bajo los focos, porque el PP mira a Juanma Moreno para que las elecciones andaluzas revaloricen la marca PP y S¨¢nchez conf¨ªa eso mismo a Ximo Puig. Ni por esas.
Los espa?oles no son iguales ante la ley... al menos no ante la ley de financiaci¨®n auton¨®mica. Cada valenciano llega a 200 euros menos per c¨¢pita, y un andaluz supera los 100. No parece que el Gobierno, aunque anuncie para noviembre un nuevo c¨¢lculo de poblaci¨®n ajustada, vaya a mover ficha. La pax regionum es fr¨¢gil. Con Catalu?a marcando otra vez el timing de la legislatura, no se asumir¨¢ el riesgo de agitar el tablero territorial. Mar¨ªa Jes¨²s Montero, otrora combativa consejera de Hacienda que dise?¨® las cuentas asumidas por su sucesor del PP, narcotiza farragosamente el debate por no admitir la ausencia de voluntad pol¨ªtica. Al cabo, nadie teme que Andaluc¨ªa o Valencia rompan la baraja. M¨¢s all¨¢ del rol asumido en Andaluc¨ªa de ser el contrapeso fundamental de los nacionalismos, Moreno es un l¨ªder leal, incluso demasiado leal. S¨¢nchez tardo 880 d¨ªas en recibirlo en La Moncloa, y s¨®lo como coartada al recibir a Pere Aragon¨¨s d¨ªas despu¨¦s de su investidura. Ni el Hemoal se lleva m¨¢s en silencio.
El Estado de las Autonom¨ªas est¨¢ debilitado. En el 78 se cerr¨® con un compromiso fr¨¢gil denominado T¨ªtulo VIII, y desde entonces ha sufrido fuertes tensiones, sobre todo de ETA y el nacionalismo vasco, despu¨¦s del proc¨¦s catal¨¢n... y a¨²n quedaba por ver el unilateralismo del Madrid de Ayuso, entre el dumping y el discurso de las balanzas fiscales, o la irrupci¨®n de Vox contra el marco auton¨®mico. Al modo de Teruel Existe, en la Espa?a de qu¨¦-hay-de-lo-m¨ªo s¨®lo es previsible m¨¢s cantonalismo. Y algo hay que imputar a la miop¨ªa generalizada de los medios nacionales respecto a la periferia. Qu¨¦ significativo que esta semana algunos hayan concedido mayor relevancia al vodevil de los Juegos Ol¨ªmpicos de Madrid que a la cita de Puig y Moreno. Son los mismos que informan del volc¨¢n situ¨¢ndolo a 2.655 km de la Puerta del Sol o que miden la lava en Parques del Retiro. La boina de Madrid no es s¨®lo NO2. La financiaci¨®n es un agujero negro en el mapa espa?ol de las desigualdades y desequilibrios. No es una ¡°sensaci¨®n de infrafinanciaci¨®n¡±, como dice Calvi?o, sino ¡°un problema de infrafinanciaci¨®n¡±. Pero quiz¨¢ desde Madrid algunos lo ven absurdamente lejano, como un volc¨¢n canario.
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