Crisis en Per¨²
El cambio de Gobierno del presidente Castillo lo hace m¨¢s plural e inclusivo pero no garantiza su estabilidad
La decisi¨®n del presidente de Per¨², Pedro Castillo, de forzar la renuncia del primer ministro Guido Bellido responde a la necesidad de mantener a flote un Gobierno que ya se hab¨ªa enquistado en apenas dos meses de mandato. La reacci¨®n de Castillo busca, de una vez por todas, enderezar una Administraci¨®n paralizada pr¨¢cticamente desde hace m¨¢s de un a?o entre continuos cambios en el Ejecutivo e interinatos. Adem¨¢s, en un golpe de efecto, Castillo ha alejado al ala m¨¢s radical del partido que le aup¨® al poder del Ejecutivo, sin que est¨¦ claro el coste que pueda recaer sobre ¨¦l en los meses venideros.
La presencia de Bellido al frente del Gabinete se hab¨ªa vuelto insostenible. Las semanas previas a su renuncia, el Consejo de Ministros ni siquiera se hab¨ªa reunido. A Bellido, un pol¨ªtico que en el pasado hab¨ªa simpatizado p¨²blicamente con el grupo terrorista mao¨ªsta Sendero Luminoso y que, al mismo tiempo y al igual que Castillo, hab¨ªa mostrado pocas dudas sobre sus postulados conservadores en asuntos sociales, no se le recuerda otro gesto al frente del Gabinete que alardear de su poder. Un poder que le fue otorgado por Castillo, pero que nadie duda que fue una exigencia de Vladimir Cerr¨®n, el l¨ªder de Per¨² Libre, el partido marxista-leninista que aup¨® al maestro rural a la presidencia, toda vez que Cerr¨®n fue inhabilitado para ello.
La renuncia de Bellido trajo consigo siete nuevos miembros al Gabinete, que ahora lidera una mujer, Mirtha V¨¢squez. Se podr¨ªa considerar que la izquierda progresista ha ganado espacio en el Gobierno salido de la primera crisis en detrimento del radicalismo que ejemplificaba Bellido como ning¨²n otro miembro del Gobierno. Tambi¨¦n se ha paliado un marcado d¨¦ficit del primer Gabinete, en el que apenas cab¨ªa registrar presencia de mujeres ministras.
Sobre la gobernabilidad de Per¨², sin embargo, no hay se?ales que apunten al optimismo a corto plazo. Cerr¨®n, un pol¨ªtico condenado por corrupci¨®n, ha asegurado que la bancada de Per¨² Libre no dar¨¢ el voto de confianza al nuevo Ejecutivo de V¨¢squez, al considerar que su nombramiento representa un giro del Gobierno hacia el centro derecha. El l¨ªder de izquierda radical, que tambi¨¦n ha amenazado con expulsar a algunos diputados de la formaci¨®n, no hace si no tensar a¨²n m¨¢s el pulso con el presidente Castillo y volver a evidenciar que lo considera un t¨ªtere a su servicio antes que un aliado. Del mandatario depende ahora m¨¢s que nunca romper de forma rotunda con Cerr¨®n y sus exigencias de sometimiento y comenzar a tender puentes con otros sectores que tambi¨¦n le han dado su voto de confianza y han valorado de forma positiva el cambio en el Gabinete. El riesgo de no asumir esa nueva situaci¨®n podr¨ªa acercar a Per¨² a una inestabilidad que lo haga ingobernable, o mandarlo directamente a pique.
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