Repeler la t¨¢ctica del salami
Conviene fijarse m¨¢s en c¨®mo, loncha a loncha, peque?as concesiones o divisiones acarrean perder el alma o la competici¨®n
La t¨¢ctica del salami es una llamativa definici¨®n para acciones pol¨ªticas dirigidas a debilitar o aniquilar un oponente y conquistar espacios. En ella puede verse tanto una reformulaci¨®n de la m¨¢xima latina divide et impera ¡ªloncha a loncha¡ª como aproximaciones de corte m¨¢s oriental ¡ªir avanzando poco a poco, paulatinamente, de modo que ning¨²n incremento induzca una reacci¨®n frontal de la contraparte¡ª. Nada de esto es nuevo, pero la era moderna eleva el potencial de riesgo de estas viejas t¨¢cticas. Los m¨²ltiples niveles de conexi¨®n entre Estados, sociedades, individuos, ofrecen nuevos canales para dividir o ganar terreno rodaja a rodaja. Por ello, conviene prestarle una renovada atenci¨®n.
Aunque se refiera al dominio de la pol¨ªtica, la cuesti¨®n por supuesto tiene abundante reflejo en la vida cotidiana de las personas: un sujeto que abusivamente busca comprimir poco a poco la libertad individual de su pareja; un trabajador que intenta debilitar a un compa?ero que percibe como rival; maniobras para sembrar ciza?a en grupos competidores. Incluso puede detectarse en relaciones con entes inanimados, como el m¨®vil, que poco a poco gana terreno en las vidas de aquellos que no se entregaron del todo de entrada. Primero nunca en una cena y siempre apagado de noche; luego una ojeada furtiva y encendido pero lejos; un d¨ªa, de repente, desembarca en la mesilla de noche, e inexorablemente penetra hasta en la cama, templo mejor dedicado al sue?o y los sue?os, al amor, a la lectura de libros, a la conversaci¨®n m¨¢s ¨ªntima, a la reflexi¨®n m¨¢s profunda. No tenemos bien claros los valores primarios y cu¨¢nto da?o le hacen ciertas concesiones. No reaccionamos. Cuando lo hacemos, es tarde.
En pol¨ªtica internacional, la cuesti¨®n es candente, la casu¨ªstica, creciente. Desafortunadamente, la Uni¨®n Europea parece equipada peor que otros para afrontar este g¨¦nero de reto. Aunque haya avanzado en su integraci¨®n, es obviamente una clase de fiambre ensamblado m¨¢s tierno de cortar que piezas ¨²nicas como Estados Unidos y China. A la vez, le resulta mucho m¨¢s dif¨ªcil determinar en qu¨¦ punto de un corte que avanza es perentorio reaccionar ¡ªy c¨®mo hacerlo¡ª. Sus adversarios lo saben perfectamente.
Quiz¨¢ eso tambi¨¦n estaba en la cabeza de la canciller alemana, Angela Merkel, cuando con ocasi¨®n de la concesi¨®n del Premio Carlos V este jueves dijo: ¡°Solo una Europa unida hacia dentro es una Europa fuerte hacia fuera¡±. En algunas ocasiones ella ha sido fuerza unificadora (fondos de reconstrucci¨®n pospandemia, la apertura de las fronteras a los refugiados sirios que se acumulaban en otros pa¨ªses europeos huyendo de la guerra); en otras, protagonista de divisi¨®n (pacto gas¨ªstico con Rusia o acuerdo de inversiones con China). Obviamente Alemania es la rodaja m¨¢s apetecible de separar, pero hay casos en todo el mapa. Puede recordarse, por ejemplo, c¨®mo Pek¨ªn intent¨® anclar su gran proyecto de infraestructuras en una Italia necesitada de inversiones y, en ese momento, gobernada por un poco ortodoxo Gobierno de coalici¨®n Cinco Estrellas y Liga. La lista de ejemplos podr¨ªa alargarse bastante.
Es natural que as¨ª sea ya que los intereses nacionales siguen marcando muchos instintos. Pero no es inevitable que as¨ª sea. El caso de la negociaci¨®n del Brexit, de nuevo candente en estos d¨ªas, es un ejemplo de capacidad de superaci¨®n de intereses nacionales ¡ªque no estaban perfectamente alineados en origen¡ª y conformaci¨®n de un frente com¨²n inquebrantable ante alguien que deseaba separar para lograr sus objetivos.
Urge concentrar las mentes, recalibrar valores y objetivos irrenunciables en un mundo en tumultuoso cambio, tener claro d¨®nde est¨¢ la concesi¨®n que te hace perder el alma o la competici¨®n. Sentir cu¨¢nto da?o puede acarrear a veces ¡ªen pro de un miope beneficio de corto plazo¡ª dejarse dividir o tolerar sin reacci¨®n intrusiones que han llegado hasta la mesilla de noche.
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