Usamos mal el WhatsApp
Los lectores opinan sobre la influencia de WhatsApp en nuestras vidas, el proyecto de la mina de litio en el paraje de Valdeflores, las carencias de la sanidad p¨²blica, y sobre el deporte femenino
He pensado mucho sobre el WhatsApp y creo que lo usamos mal, invadiendo en numerosas ocasiones el sosiego y la tranquilidad de los quehaceres humanos. Provoca actos impulsivos, avasalladores e intempestivos, y no solo provienen de nuestros familiares. Todos nos creemos con derecho a enviar mensajes de todo tipo, inquiriendo respuestas r¨¢pidas y t¨¦cnicas, incluso con indudable valor intelectual, que nadie paga. Por no hablar de los wasaps que te meten, por sorpresa, en un grupo que te resulta ajeno o caducado. Un chat en el que ya no pintas nada, y menos a¨²n, tus datos personales, que se aportan al grupo sin tu consentimiento. La Agencia de Protecci¨®n de Datos ya est¨¢ sancionando tales hechos, que violentan nuestra intimidad. Adem¨¢s, el uso del WhatsApp puede provocarnos procesos judiciales, pues un mensaje de un emisor malicioso o suplantador puede comprometernos y meternos en un l¨ªo. A t¨ªtulo de ejemplo, el Tribunal Supremo ha absuelto estos d¨ªas a un guardia civil suspendido de empleo y sueldo por un wasap que no era suyo. Pues eso.
Jos¨¦ Luis Gard¨®n. Madrid
Mina de litio en C¨¢ceres
Acabo de visitar C¨¢ceres y he podido comprobar in situ que el proyecto de la mina de litio en el paraje de Valdeflores es un desprop¨®sito de dimensiones colosales. Instituciones y ciudadan¨ªa, de consumo, rechazan este dislate que amenaza su monta?a y su equilibrio natural. Dicen sus escasos defensores que la mina significa progreso y futuro para la ciudad. Lo de siempre. Pan para hoy... Seguro que C¨¢ceres, Patrimonio de la Humanidad por su conjunto hist¨®rico y excepcional enclave de ¨¦pocas pasadas, se conformar¨ªa con que el tren que discurre por su tierra no fuera del siglo pasado y que la Alta Velocidad, por fin, efectuara su entrada en su estaci¨®n.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logro?o
No puede ser
Siento tener que insistir en lo mismo, pero la sanidad p¨²blica se nos muere, o mejor, la est¨¢n matando. No puede ser que todav¨ªa, en Madrid, no puedas pedir cita telef¨®nica porque los tel¨¦fonos los coge un robot que te dice siempre que todas las l¨ªneas est¨¢n ocupadas; no puede ser que a las puertas de los centros de salud haya, a¨²n, colas, porque no tienen personal suficiente; no puede ser que las citas sigan siendo telef¨®nicas, porque enfermo y m¨¦dico necesitan verse; no puede ser que las listas de espera sean de meses, muchos meses; no puede ser que, en Atenci¨®n Primaria te den cita de cinco minutos por paciente; no puede ser que el personal sanitario de Madrid se marche al extranjero e, incluso, a otras comunidades aut¨®nomas; No puede ser que Madrid est¨¦, a?o tras a?o, a la cola del gasto sanitario por habitante. Una vez m¨¢s, ?socorro!
?ngel Villegas Bravo. Madrid
Deporte femenino
La escasez de recursos econ¨®micos en deportes femeninos es un problema que dura y perdura. Nosotras, deportistas de ¨¦lite, tenemos tambi¨¦n derecho a que se nos trate en igualdad con los deportistas masculinos. El deporte femenino ha crecido mucho gracias a la perseverancia, lucha y esfuerzo que hay detr¨¢s, pero sigue siendo insuficiente. Menos del 1% del patrocinio global se invierte en ellas. Marcas, empresas, medios: el deporte femenino es una mina de oro que vosotros pod¨¦is explotar.
Florencia Amundson Teves. Barcelona
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