Los secretos de Alex Saab, un nuevo ¡®caso Odebrecht¡¯
Con mucho sigilo y mientras Venezuela se hund¨ªa en la peor de sus crisis econ¨®micas, el presunto testaferro de Nicol¨¢s Maduro acumulaba contratos millonarios de toda clase con la bendici¨®n del presidente
Durante muchos a?os Alex Saab Mor¨¢n fue un misterio. Su detenci¨®n en Cabo Verde hace a?o y medio y su reciente extradici¨®n a Estados Unidos, completada la semana pasada, llevaron su nombre y su imagen a las redes sociales, a los peri¨®dicos y noticieros de medio mundo. La acusaci¨®n en una corte del Estado de Florida por lavado de cientos de millones de d¨®lares y su supuesta condici¨®n de testaferro de Nicol¨¢s Maduro son los se?alamientos que m¨¢s lo persiguen. Pero hay m¨¢s: los secretos de Alex Saab tienen un alcance a¨²n mayor.
El poder que Saab consigui¨® le permiti¨® relacionarse con c¨ªrculos pol¨ªticos y empresariales fuera de Venezuela. Su amistad con la exsenadora colombiana y aliada internacional de la revoluci¨®n bolivariana, Piedad C¨®rdoba, por ejemplo, fue clave para su desembarco en Venezuela; cuando sus negocios ya despuntaban en Venezuela el primer ministro de Antigua y Barbuda y aliado incondicional del chavismo en foros internacionales, Gaston Browne, le otorg¨® en 2014 una especie de pasaporte diplom¨¢tico que estuvo vigente hasta 2019. Bancos de esa jurisdicci¨®n caribe?a fueron, precisamente, unos de los que Saab uso m¨¢s para mover torrentes del dinero que recib¨ªa por los contratos en Venezuela.
Durante a?os Alex Saab y sus socios abr¨ªa y cerraban sociedades de papel en Hong Kong, Panam¨¢, Malta, Turqu¨ªa o Emiratos ?rabes Unidos a la medida de cada oportunidad; cultiv¨® relaciones con abogados poderosos e influyentes prestos para defenderlo cuando hiciera falta. M¨¢s recientemente, fue la bisagra para las exportaciones de oro a Turqu¨ªa o para intercambios con el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s en Ir¨¢n. Y cuando la justicia de varios pa¨ªses lo vigilaba pudo instalar parte de su familia y sus negocios a Mosc¨².
Todas esas conexiones convierten el caso de Alex Saab en un asunto trasnacional, en una especie de nuevo caso Odebrecht. Ahora no es Brasil, sino Venezuela, el eje de una trama de negociados oscuros con actores poderosos en varios pa¨ªses. En la historia de Odebrecht la figura de la ¡°delaci¨®n premiada¡± ayud¨® a la justicia brasile?a a desnudar el modus operandi de la gigante de la construcci¨®n; aqu¨ª Saab podr¨ªa negociar con las autoridades norteamericanas su destino personal a cambio de esa valiosa informaci¨®n.
Por ello, la imagen de Alex Saab esposado y vestido de naranja en su audiencia de presentaci¨®n el pasado 18 de octubre perturba no solo en Caracas. En Colombia se anunci¨® que la Corte Suprema de Justicia investigar¨¢ esa relaci¨®n entre Saab y la exsenadora Piedad C¨®rdoba. Quien fuera su abogado durante a?os en ese pa¨ªs y ac¨¦rrimo cr¨ªtico de la ¡°tiran¨ªa¡± venezolana, Abelardo De La Espriella, tambi¨¦n sali¨® a dar explicaciones sobre su cliente. El Parlamento de Ecuador anunci¨® una investigaci¨®n sobre el rastro de Saab por ese pa¨ªs en busca de alg¨²n cabo suelto en la causa que la Fiscal¨ªa de ese pa¨ªs mantuvo por a?os y directamente relacionada con aquel primer contrato para la construcci¨®n de viviendas prefabricadas que el empresario barranquillero pact¨® con el r¨¦gimen chavista.
Ha transcurrido casi una d¨¦cada exacta de la firma de aquel primer gran negocio en el palacio de Miraflores ante Hugo Ch¨¢vez y un Nicol¨¢s Maduro, entonces en rol de canciller. Nada hac¨ªa presagiar que diez a?os despu¨¦s Alex Saab se convirtiera en el nuevo h¨¦roe de la revoluci¨®n bolivariana, que estuviera en el centro de una disputa entre Venezuela y Estados Unidos, que Cuba, Rusia e Ir¨¢n aboguen por ¨¦l o que Baltasar Garz¨®n asuma su causa con la misma vehemencia con la que alguna vez intent¨® apresar al dictador chileno Augusto Pinochet.
Hoy la historia permite afirmar que si alguien se benefici¨® con la muerte de Hugo Ch¨¢vez y el inmediato ascenso de Maduro, ese fue a Alex Saab. Con mucho sigilo y mientras Venezuela se hund¨ªa en la peor de sus crisis econ¨®micas, Saab acumulaba contratos de toda clase con la bendici¨®n de Maduro: construcci¨®n casas, gimnasios populares o estadios de b¨¦isbol, acceso a divisas preferenciales, negocios petroleros, suministro de alimentos, proveedor de supermercados estatales o el control del oro venezolano. As¨ª hasta convertirse en una suerte de s¨²per ministro en la sombra que deambulaba libremente por el palacio de Miraflores y emisario del propio Maduro.
Pero Alex Saab siempre lo negaba todo y en el Gobierno nadie pronunciaba su nombre en p¨²blico, ni explicaba por qu¨¦ tanto poder reca¨ªa en una sola persona. En 2017, por ejemplo, Saab me demand¨® a m¨ª y a mis colegas fundadores de Armando.Info Ewald Scharfenberg, Joseph Poliszuk y Alfredo Meza por ¡°difamaci¨®n e injuria continuada y agravadas¡±. Tras meses investigando el programa de los Comit¨¦ Locales de Abastecimiento y Producci¨®n (CLAP) logramos demostrar en dos reportajes que nuevamente Saab se escond¨ªa detr¨¢s de una empresa fantasma registrada en Hong Kong, cuya direcci¨®n en Caracas conduc¨ªa a las oficinas del colombiano en Caracas y que de entrada obtuvo un contrato por 340 millones de d¨®lares para importar esas cajas con alimentos b¨¢sicos, pero de muy baja calidad nutricional para los m¨¢s pobres.
Con un sistema judicial cooptado por el chavismo, Alex Saab pretend¨ªa silenciarnos e impedir que continu¨¢ramos investig¨¢ndolo. Su participaci¨®n en el millonario negocio de las importaciones masivas de alimentos, justo cuando el desabastecimiento alcanzaba picos hist¨®ricos y provocaron al chavismo la sonora derrota en las elecciones a la Asamblea Nacional de finales de 2015, era la confirmaci¨®n que Saab era algo m¨¢s que un simple contratista, que era, en realidad, el operador financiero de Maduro.
Aquello era una mecha encendida camino de un polvor¨ªn y Alex Saab quiso evitar el estallido acos¨¢ndonos judicialmente, sin imaginar que nos ir¨ªamos al exilio para continuar la investigaci¨®n. No fuimos los ¨²nicos a quienes el empresario barranquillero pretendi¨® callar de esa forma. En su momento sus abogados en Miami demandaron al periodista colombiano Gerardo Reyes y antes tambi¨¦n amenaz¨® a dos reporteros de Reuters cuando revelaron que Saab y su socio ?lvaro Pulido, acusado igualmente en Florida en 2019 y por quien Estados Unidos ahora ofrece una recompensa de 10 millones de d¨®lares, estaban detr¨¢s de un milmillonario contrato con la estatal Petr¨®leos de Venezuela.
Alex Saab siempre lo negaba todo. Ni siquiera cuando la Fiscal¨ªa mexicana confirm¨® en octubre de 2018 que se estaban enviando a Venezuela alimentos de mala calidad con sobreprecios, ni siquiera cuando fue acusado formalmente en Estados Unidos e incluido en la conocida como Lista Clinton, a mediados de 2019, o cuando su esposa Camila Fabbri fue tambi¨¦n acusada en Italia en noviembre de 2019 por canalizar dinero proveniente de los negocios de Saab, daba la cara o el chavismo explicaba esta relaci¨®n.
A¨²n en agosto de 2017 Alex Saab le dijo al diario El Tiempo de Bogot¨¢ que no hac¨ªa ¡°parte de la empresa vinculada a los alimentos¡± y que no conoc¨ªa a Maduro ¡°m¨¢s all¨¢ de un par de actos protocolarios¡±, como el que lo instal¨® a lo grande en Venezuela en 2011. En esa oportunidad lleg¨® a amenazar con demandar por difamaci¨®n a la fiscal venezolana reci¨¦n exiliada en Colombia, Luis Ortega D¨ªaz, quien por esos d¨ªas acu?¨® aquello del ¡°testaferro de Maduro¡±.
Bast¨® que lo detuvieran en Cabo Verde aquel el 12 de junio de 2020 para que en solo horas la Canciller¨ªa venezolana lo tildara de ¡°enviado especial¡± de Maduro, con nacionalidad venezolana. Seis meses despu¨¦s de su captura Maduro, incluso, lo elev¨® a embajador ante la Uni¨®n Africana y m¨¢s recientemente, en septiembre pasado, lo ¡°incorpor¨®¡± como representante del chavismo a la mesa de negociaci¨®n con la oposici¨®n en M¨¦xico. Fue la ¨²ltima de las maniobras pol¨ªticas para frenar una extradici¨®n que el Tribunal Constitucional de Cabo Verde hab¨ªa ratificado a comienzos de ese mes y que se complet¨® con el vuelo de Saab, a bordo de un avi¨®n del Departamento de Justicia, desde la paradis¨ªaca Isla de Sal a Miami.
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