Alex Saab, un empresario de oro entre los escombros
El supuesto testaferro de Maduro encara la extradici¨®n en medio de una glorificaci¨®n del chavismo, que pretende evitar que llegue a manos de la justicia de Estados Unidos
*Este art¨ªculo fue publicado originalmente el 8 de septiembre de 2021 y ha sido actualizado este 16 de octubre con motivo de la extradici¨®n de Alex Saab a Estados Unidos.
Su silueta en forma de graffiti, como el de los grandes personajes de la humanidad, inunda estos d¨ªas las calles de Caracas, pero hasta hace bien poco ?lex Saab era un aut¨¦ntico desconocido. La ¨²nica vez que se le vio en p¨²blico fue el 28 de noviembre de 2011, cuando todav¨ªa exist¨ªan relaciones diplom¨¢ticas entre Colombia y Venezuela. Ese d¨ªa, Juan Manuel Santos y un Hugo Ch¨¢vez ya sin cabello sometido a los rigores de la quimioterapia, firmaron un acuerdo bilateral para construir viviendas sociales. Saab, embutido en un traje holgado, el pelo recogido en una cola de caballo, un tanto pasado de peso, entr¨® en escena como el empresario colombiano que iba a recibir 530 millones de d¨®lares para iniciar la construcci¨®n de las casas. Su paso era decidido, en¨¦rgico. No parec¨ªa un principiante intimidado por los reflectores. Santos cont¨® m¨¢s tarde que en ese momento le susurr¨® al o¨ªdo a la canciller colombiana: ¡°?Este se?or qui¨¦n es?¡±
Ese fue el primer contrato con el que Saab se convirti¨® en operador de la revoluci¨®n bolivariana, de la que ha recibido cientos de millones de d¨®lares. Un experto en esquivar los embargos econ¨®micos de Washington que se hab¨ªa encargado de llevar oro en lingotes a Turqu¨ªa, hacer de enlace con el ayatol¨¢ Ali Jamene¨ª, y de paso ganar una fortuna evadiendo el control cambiario y vendiendo leche falsa para ni?os hambrientos. Un comerciante que lleg¨® arruinado a Caracas y sali¨® en jet privado. Actuaba en la sombra, pero su poder era inmenso. Su opini¨®n ten¨ªa m¨¢s peso que la de algunos ministros. El Departamento del Tesoro est¨¢ convencido de que es el principal testaferro del presidente Nicol¨¢s Maduro.
Un error de c¨¢lculo, sin embargo, acab¨® hace un a?o con su vida de asesor astuto, sacado de un tratado de Maquiavelo. Camino a Ir¨¢n se qued¨® sin gasolina y par¨® a repostar su avi¨®n en una de las islas de Cabo Verde, un archipi¨¦lago volc¨¢nico frente a las costas de ?frica. All¨ª fue detenido y, esta semana, despu¨¦s de m¨¢s de un a?o de maniobras legales el m¨¢ximo tribunal de ese pa¨ªs acaba de autorizar su extradici¨®n a Estados Unidos, donde le espera un juicio por lavado de dinero. Saab parece no tener escapatoria.
La historia de su ascenso hasta el cuarto privado de Ch¨¢vez y, despu¨¦s de Maduro, comienza en la ciudad portuaria de Barranquilla. Su padre, un liban¨¦s que escogi¨® Colombia en el mapa convencido de que era un pa¨ªs por hacer, lleg¨® all¨ª en la d¨¦cada de los cincuenta. Se cas¨® con una local de familia palestina con la que mont¨® una f¨¢brica de vaqueros, seg¨²n el libro Alex Saab, la verdad, del investigador Gerardo Reyes. M¨¢s tarde abrieron una peque?a maquila de toallas que lleg¨® a contar con 3.000 trabajadores. La pol¨ªtica de apertura econ¨®mica del presidente liberal C¨¦sar Gaviria (1990-1994), cuenta Reyes, inund¨® de pa?os chinos el mercado y mand¨® a la quiebra el negocio que hasta ese momento hab¨ªa sido uno de los emblemas de Barranquilla.
El sue?o dorado de los j¨®venes de esa ciudad, en la que conviv¨ªan en colegios privados los hijos de la peque?a burgues¨ªa y los de los narcotraficantes, fuera del radar de las autoridades que gastaban todas sus energ¨ªas en perseguir a Pablo Escobar, era hacer fortuna en Miami. Saab no fue una excepci¨®n. En 1995 cre¨® una empresa para expandir all¨ª el negocio de toallas de su padre. Sin embargo, en un incidente confuso, en el que un oficial de la aduana encontr¨® coca¨ªna en soluci¨®n l¨ªquida esparcida sobre uno de sus cargamentos, se acab¨® la aventura. Saab no pudo volver a ingresar en Estados Unidos.
De vuelta a Barranquilla fund¨® una empresa de venta de objetos de publicidad para supermercados y gasolineras. El negocio parec¨ªa ir bien, hasta que en 2009 comenzaron a perseguirle los bancos y los acreedores. Seg¨²n la documentaci¨®n de esa ¨¦poca, en ese momento era un hombre en bancarrota. Es entonces, de acuerdo a la historia de Reyes, cuando le presentan a un tal ?lvaro Pulido, un empresario de la construcci¨®n con domicilio en Bogot¨¢ al que le estaba yendo muy bien en Venezuela.
A partir de aqu¨ª comienza un relato de empresas fantasma, para¨ªsos fiscales, funcionarios que se dejaban sobornar. Como socios, se aprovecharon de Cadivi, un sistema venezolano dise?ado para controlar las divisas a las empresas que importaban mercanc¨ªas, que utilizado de mala manera permiti¨® a empresarios multiplicar por cuatro o cinco los d¨®lares en el mercado negro. Saab apost¨® 30 millones de d¨®lares a este esquema de negocio en un momento fat¨ªdico: Ch¨¢vez congel¨® todos los pagos de Cadivi a empresas colombianas por su enfrentamiento con el presidente vecino, ?lvaro Uribe.
El hombre ¡°del atajo¡±
En ese momento entr¨® en juego Piedad C¨®rdoba, de acuerdo a la biograf¨ªa de Saab. La pol¨ªtica, clave en el intercambio de secuestrados y presos entre las Farc y el Gobierno colombiano, era muy cercana a Ch¨¢vez. Seg¨²n este testimonio, fue ella quien puso a Saab en la ¨®rbita del comandante. El empresario vivi¨® durante meses en el hotel Meli¨¢ en Caracas a la espera de la transferencia. Ese nexo fue clave para desatascar el pago que el Estado le deb¨ªa y abrirle las puertas del Palacio de Miraflores, la sede presidencial. El destino le sonri¨®. ¡°Cada vez que Maduro estaba en un callej¨®n sin salida¡±, escribe Reyes, ¡°(Saab) se presentaba con el croquis de un atajo¡±.
La construcci¨®n de viviendas fue uno de sus primeros negocios. Nombres como Walter Jacob Gavidia o Carlos Malpica Flores, vinculados a Maduro por ser hijo y sobrino de su esposa Cilia Flores, aparecen en la direcci¨®n de organismos que le dieron contratos a las empresas de Saab. Son algunos de los rastros que ha dejado su entramado de negocios opacos con el chavismo, pese a que siempre neg¨® cualquier v¨ªnculo. Hasta su detenci¨®n, cuando se convirti¨®, ahora s¨ª, en agente especial del Gobierno de Maduro y diplom¨¢tico. Fue en ese momento cuando su rostro empez¨® a verse dibujado en cualquier esquina de las calles de Caracas.
Los periodistas del portal Armando Info fueron claves a la hora de exponer a la luz los negocios sucios de Saab. Roberto Deniz, Ewald Sharfenberg, Joseph Poliszuk y Alfredo Meza fueron los primeros en revelar las tramas de corrupci¨®n y la presencia de este empresario en casi todo lo que se mov¨ªa en Venezuela. Mov¨ªa la importaci¨®n de alimentos, la construcci¨®n de m¨®dulos de gimnasios, la explotaci¨®n de carb¨®n, los camiones cisternas para paliar la escasez de agua y la triangulaci¨®n de petr¨®leo por gasolina iran¨ª, justo lo que estaba gestionando cuando lo detuvieron en Cabo Verde. El empresario demand¨® a estos reporteros, que tuvieron que exiliarse y todav¨ªa hoy viven fuera de Venezuela.
El m¨¢rtir
Saab, que pronto cumplir¨¢ 50 a?os, se ha convertido en un m¨¢rtir bolivariano. Venezuela ha lanzado una intensa campa?a de medios y redes sociales en defensa de su inocencia. Casi todo el funcionariado del Gobierno ha declarado a favor del colombiano, al que consideran un preso pol¨ªtico de EE UU. El ¨²nico que nunca lo menciona en p¨²blico es Maduro. Aunque la relaci¨®n estrecha entre ellos est¨¢ acreditada. En el momento de mayor desabastecimiento que produjeron las pol¨ªticas de controles de precios, los a?os de las largas colas para comprar comida racionada, Saab se convirti¨® en el principal proveedor de las cajas CLAP (Comit¨¦s Locales de Abastecimiento y Producci¨®n), un programa de asistencia que cre¨® Maduro en 2015 para paliar el hambre que comenzaba a disparar los niveles de desnutrici¨®n. As¨ª fue como los venezolanos probaron los espaguetis turcos o la salada leche mexicana con exceso de sodio, una comida de p¨¦sima calidad comprada con sobreprecio, como alert¨® en 2018 la fiscal¨ªa mexicana. Los CLAP se han convertido hoy en una estructura de control social sobre la que el chavismo soporta ahora su maquinaria electoral.
La m¨ªmesis ha sido caracter¨ªstica de su extensa red de empresas fantasmales constituidas en jurisdicciones offshore, esquivas de la vigilancia bancaria. Cuando la red de supermercados Abastos Bicentenario, montada sobre negocios expropiados, se fue en picada por la crisis del modelo econ¨®mico del chavismo, Saab fue en su auxilio y remodel¨® los locales y los convirti¨® en las Tiendas CLAP. Lo expropiado pas¨® de nuevo a manos privadas. Luego las mismas tiendas volvieron a caer en decadencia, pasaron a llamarse Salva Foods y tomaron la apariencia de los bodegones abarrotados de productos importados que se han multiplicado por todo el pa¨ªs. Adem¨¢s de los CLAP teji¨® una opaca red que movi¨® petr¨®leo venezolano por alimentos con la colaboraci¨®n de empresarios, como el joven mexicano Joaqu¨ªn Leal, como revel¨® este diario.
¡°Yo creo que es como un chacal que llega en un momento cr¨ªtico para la revoluci¨®n venezolana, en la que se necesita a un operador astuto que les ayude a esquivar las sanciones econ¨®micas de Estados Unidos y hacer millones de d¨®lares¡±, explica Gerardo Reyes. ¡°Todos esos negocios eran asignados a dedo, sin competencia. Ten¨ªa carta blanca y, al mismo tiempo, ¨¦l le respond¨ªa a un pa¨ªs en crisis. Se encontraron dos n¨¢ufragos, un hombre quebrado y un pa¨ªs a la deriva¡±.
Su llave en los negocios ha sido Pulido ¡ª el empresario al que le presentaron como ejemplo a la hora de conquistar Venezuela y cuyo verdadero nombre es Germ¨¢n Rubio¡ª. Ambos figuran en el Fondo Global de Construcci¨®n, la empresa que le dio su primer contrato con Venezuela y que hizo negocios en Colombia y Ecuador. Pero su red de colaboradores es mucho m¨¢s extensa. Incluye a su hijo, Shadi Nain Saab Certain, que intent¨® ser actor en Estados Unidos. Tambi¨¦n ha captado a diputados opositores que hicieron un lobby secreto internacional por Saab cuando la justicia de varios pa¨ªses comenz¨® a cercarlo. Los parlamentarios Luis Parra y Jos¨¦ Brito, exdirigentes de Primero Justicia, lideraron el grupo que a la postre le retir¨® apoyo a Juan Guaid¨® y pas¨® a formar una oposici¨®n leal al Gobierno.
En julio de 2019 vinieron las imputaciones formales en EE UU por blanquear 350 millones de d¨®lares entre 2011 y 2015 provenientes de Venezuela. M¨¢s tarde, las sanciones de la Oficina de Control de Activos en el Extranjero para ¨¦l y sus socios. Y, por ¨²ltimo, las incautaciones de bienes que ten¨ªa en Colombia y en Italia junto a su esposa, la modelo italiana Camilla Fabbri. En Cabo Verde se pusieron fin a las andanzas de un empresario cualquiera, sin ninguna cualidad destacable m¨¢s all¨¢ de la de cierta astucia para colarse en las esferas del poder chavista. Venezuela se arruin¨® en la d¨¦cada en la que oper¨®. ?l se hizo multimillonario.
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