Combatir el cambio clim¨¢tico salva vidas
Los efectos de la subida de las temperaturas sobre los m¨¢s pobres se cuentan en millones de muertes
Se suceden las evidencias cient¨ªficas que prueban la amenaza sobre la salud humana del cambio clim¨¢tico. Si a principios de a?o las principales revistas m¨¦dicas publicaron un editorial donde instaban a los l¨ªderes mundiales a proteger la salud tomando medidas urgentes contra el cambio clim¨¢tico, a principios de este mes la OMS y millones de profesionales de la sanidad pidieron a los gobiernos esfuerzos m¨¢s potentes para ...
Se suceden las evidencias cient¨ªficas que prueban la amenaza sobre la salud humana del cambio clim¨¢tico. Si a principios de a?o las principales revistas m¨¦dicas publicaron un editorial donde instaban a los l¨ªderes mundiales a proteger la salud tomando medidas urgentes contra el cambio clim¨¢tico, a principios de este mes la OMS y millones de profesionales de la sanidad pidieron a los gobiernos esfuerzos m¨¢s potentes para afrontar esta crisis. El argumento de fondo es irrebatible: combatirla salva vidas.
El ¨²ltimo informe The Lancet Countdown sobre salud y cambio clim¨¢tico, reci¨¦n publicado, incorpora un seguimiento de 44 indicadores. Los datos indican que las olas de calor, los incendios forestales, la sequ¨ªa, la mayor propagaci¨®n de enfermedades infecciosas y la subida del nivel del mar est¨¢n perjudicando la salud de las personas en todos los pa¨ªses sin que ning¨²n indicador permita pensar en una tendencia descendente. Al rev¨¦s, los datos van a peor. En concreto, la investigaci¨®n revela que la posibilidad de que surjan brotes de dengue, chikungu?a y zika es cada vez mayor en pa¨ªses con un ¨ªndice de desarrollo humano muy alto, incluido el mundo occidental. En particular, Europa se muestra especialmente vulnerable a las olas de calor, que afectan m¨¢s gravemente a personas mayores o con patolog¨ªas previas. Incluso la salud mental se resiente a consecuencia de las altas temperaturas, seg¨²n muestra el informe. Adem¨¢s, las costas del norte de Europa y de Estados Unidos se est¨¢n volviendo m¨¢s propensas a la reproducci¨®n de las bacterias que generan gastroenteritis, infecciones graves de heridas y sepsis.
Si esto ocurre en el lado rico del mundo, en aquellos pa¨ªses que se sit¨²an en la parte inferior de la tabla de desarrollo humano las consecuencias son m¨¢s graves. Pese a que tienen mucha menos responsabilidad en la emisi¨®n de gases de efecto invernadero, presentan mayores dificultades para adaptarse a sus consecuencias por falta de tecnolog¨ªa o financiaci¨®n, entre otros factores. Es lo que se conoce como la doble injusticia del cambio clim¨¢tico.
En este contexto sigue siendo insuficiente la informaci¨®n y la prevenci¨®n en gran parte de los pa¨ªses m¨¢s afectados. Pese a haber comprobado en plena pandemia la importancia de los sistemas sanitarios, solo 45 de los 91 pa¨ªses encuestados por la OMS en 2021 declararon haber realizado una evaluaci¨®n de su vulnerabilidad al cambio clim¨¢tico en t¨¦rminos de salud.
Hasta aqu¨ª, el diagn¨®stico. Si la ciencia se?ala la incidencia que el cambio clim¨¢tico tiene sobre la salud humana, tambi¨¦n enfatiza los instrumentos para afrontar ese desaf¨ªo. Lejos de adoptar una actitud derrotista, los investigadores se?alan con acierto que cualquier incremento de temperatura evitado equivale a salvar en el futuro millones de vidas. Tanto la conferencia mundial sobre el clima que comenzar¨¢ en unos d¨ªas en Glasgow como los planes de recuperaci¨®n tras la covid-19 que se est¨¢n poniendo en marcha en todo el mundo habr¨¢n de prestar atenci¨®n a estas evidencias. La sostenibilidad ambiental no es (solo) un asunto de paisajes id¨ªlicos ni de reservas naturales. De lo que de verdad se trata es de que siga siendo posible la vida tal como la conocemos. La salud del planeta es la nuestra.