El futuro ser¨¢ sostenible o no ser¨¢
No hay marcha atr¨¢s. La sostenibilidad se ha impuesto como ¨²nica receta para contrarrestar la grave crisis ecol¨®gica del planeta. La transici¨®n hacia una econom¨ªa circular ha comenzado en algunos pa¨ªses donde los residuos ya se conciben como recursos. Pero desde la alimentaci¨®n hasta la ropa, el transporte y la energ¨ªa, culminar el reto de la transformaci¨®n del consumo determinar¨¢ la supervivencia. Arranca la nueva revoluci¨®n verde.
Un desaf¨ªo inminente. ¡°Si seguimos a este ritmo, un planeta no va a ser suficiente. En 2050 seremos 9.000 millones de personas en el mundo. El 80% viviremos en ciudades, el 50% de las cuales a¨²n no se han construido. La generaci¨®n de residuos va a aumentar un 70% de aqu¨ª a 2025¡±, enumera Daniel Calleja, director general de Medio Ambiente de la Comisi¨®n Europea. ¡°Afortunadamente, tiene soluci¨®n¡±. Ante el desaf¨ªo ecol¨®gico, Europa ha decidido abandonar la econom¨ªa lineal, en la que se produce, se consume y se tira, y encaminarse hacia un modelo circular en el que se apuesta por la m¨ªnima extracci¨®n de materias primas y el m¨¢ximo aprovechamiento de los residuos. Se trata de un cambio transversal y global que tambi¨¦n han reflejado los ?Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU para 2030. Uno de ellos es garantizar la producci¨®n y el consumo responsables.
¡°La ¡®fast fashion¡¯ es insostenible: producir, consumir y tirar. Hay que alargar al m¨¢ximo la vida de las prendas¡±
Para V¨ªctor Vi?uales, director de la Fundaci¨®n Ecolog¨ªa y Desarrollo (ECODES), la f¨®rmula de un mundo mejor pasa por una receta esencial: ¡°Consumir de otra manera¡±. La consultora GlobeScan realiz¨® en 2016 un estudio en 21 pa¨ªses en el que identific¨® que los consumidores aspiracionales son ya un 40% del p¨²blico global (un 37% en Espa?a). Les gusta comprar, pero de una manera responsable, y apuestan por marcas que mejoran la sociedad. Un 47% de ellos son millennials (entre 20 y 36 a?os), un 37% pertenecen a la generaci¨®n X (entre 37 y 56). ¡°Hay sectores que van a tirar del resto porque afectan a nuestra salud. Primero ser¨¢n la alimentaci¨®n, porque somos lo que comemos, y la movilidad, por la gran contaminaci¨®n de las ciudades. Despu¨¦s llegar¨¢n otros, como el de la moda, por su ?impacto social y medioambiental¡±, explica Vi?uales. Pero aunque el consumo responsable crece en Espa?a, el director de ECODES advierte que, si se compara con el de otros pa¨ªses, no sale tan bien parado. El a?o pasado, por ejemplo, crecieron un 82% las matriculaciones de coches el¨¦ctricos, pero fueron tan solo un 0,7% del total frente al 2% de China o el 37% de Noruega. Algo parecido sucede con los productos ecol¨®gicos. Su consumo creci¨® en 2017 un 14%, pero solo un 42% de los hogares espa?oles los compra frente al 80% de la media europea.
29%
En Espa?a se recicla un 29% de los residuos urbanos. La media europea ronda el 45%. Los expertos consideran inalcanzables los objetivos de la Uni¨®n Europea para 2020, que marc¨® para ese a?o la meta de todos los pa¨ªses en un 50%.
¡°No se cambia de la noche a la ma?ana de un modelo enormemente despilfarrador a uno eficiente y compatible con los l¨ªmites planetarios. Pero no tengo la menor duda de que se va a producir un cambio. Ya estamos viendo los primeros s¨ªntomas. Por ejemplo, que los fondos de inversi¨®n se hayan organizado para vigilar la descarbonizaci¨®n de las 100 empresas m¨¢s contaminantes del mundo¡±, afirma Teresa Ribera. La ministra para la Transici¨®n Ecol¨®gica ha apostado en Bruselas por adoptar objetivos de energ¨ªas verdes ambiciosos que finalmente se han marcado en un 32% del total para 2030. Las renovables ser¨¢n claves para reducir las emisiones de CO2, que el pasado a?o ?aumentaron un 4,46% en Espa?a. Los dos mayores Ayuntamientos del pa¨ªs ya han dado pasos en este sentido. Madrid, contratando ¨²nicamente energ¨ªa verde; Barcelona, creando la mayor el¨¦ctrica p¨²blica del Estado: Barcelona Energ¨ªa.
Desde la Direcci¨®n General de Medio Ambiente de la Comisi¨®n Europea, Daniel Calleja recalca la importancia de que la Administraci¨®n apueste por la compra de productos y servicios sostenibles. Tambi¨¦n destaca la oportunidad que la econom¨ªa circular representa para las empresas. ¡°El objetivo es desvincular el crecimiento econ¨®mico del uso de los recursos naturales y la contaminaci¨®n. Es un modelo con el que se estima que las empresas pueden facturar un 8% m¨¢s¡±. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial del Trabajo, hasta 2030 esta nueva econom¨ªa verde destruir¨¢ 6 millones de empleos en el mundo y crear¨¢ otros 24 millones. En palabras del secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, ¡°el tren de la sostenibilidad ha dejado la estaci¨®n. Suban a bordo o qu¨¦dense atr¨¢s. Los que no apuesten por la econom¨ªa verde vivir¨¢n en un futuro gris¡±.
Repensar el consumo. La cinta mec¨¢nica se pone en funcionamiento a las seis de la ma?ana. Abrigos, chaquetas, pantalones y alg¨²n que otro biquini empiezan a circular por ella. A esta f¨¢brica de reciclaje de ropa cercana a Barcelona, la m¨¢s grande del sur de Europa, hay d¨ªas que llegan hasta 60.000 kilos de residuos textiles. La planta est¨¢ gestionada por la ONG Roba Amiga y todos sus trabajadores son personas con complejas historias individuales a sus espaldas que esperan reinsertarse en el mercado laboral con este empleo. Las prendas se seleccionan una a una. Un 65% se volver¨¢ a poner a la venta en tiendas de la organizaci¨®n en Espa?a y en pa¨ªses del Tercer Mundo, un 30% se reciclar¨¢ en otros materiales textiles y solo se desechar¨¢ un 5%.
En tres a?os han duplicado su volumen. En 2018 superar¨¢n las 10.000 toneladas recogidas entre sus contenedores de Barcelona y Tarragona y lo que les env¨ªa C¨¢ritas del resto de Espa?a. Tambi¨¦n las grandes firmas donan partidas que no pueden vender porque, por ejemplo, tienen una tara. Seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Ib¨¦rica de Reciclaje Textil, en Espa?a se desechan 1.000 millones de kilos de ropa cada a?o. De ellos, solo se recicla un 10% o un 15%. El compromiso con la Uni¨®n Europea es llegar a un 50% en 2020. ¡°Los contenedores cada vez se llenan antes y sin embargo sigue habiendo un estigma a la hora de comprar ropa de segunda mano¡±, explica Rafael Mu?oz, director comercial de la ONG. Viste una elegante camisa de flores que un d¨ªa fue rescatada de un contenedor. ¡°La fast fashion es insostenible. Producir, consumir y tirar. Nosotros queremos alargar al m¨¢ximo la vida de las prendas¡±.
42%
Un 42% del despilfarro alimentario en Espa?a se produce en los hogares. En total se desechan cada a?o 7,7 millones de toneladas (el equivalente a 12.000 millones de euros). La Comisi¨®n Europea quiere que esta cifra se reduzca a la mitad para 2030.
Entre 2007 y 2015 se redujo el gasto en ropa de los hogares espa?oles, pero se mantuvo el n¨²mero de nuevas prendas, 34 al a?o. ¡°El sistema de producci¨®n se nos ha ido de las manos: en el resto de industrias se gestionan los residuos, y en la moda, la segunda m¨¢s contaminante del mundo, no hay un plan estrat¨¦gico¡±, resume Mar¨ªa Almaz¨¢n. Esta empresaria de 38 a?os fund¨® en 2014 Latitude. La idea era crear un sistema de producci¨®n industrial alternativo con el que dar servicio y asesorar a grandes y peque?as firmas que quieren ser m¨¢s sostenibles. Colaboran con una red de talleres gallegos y tienen un cat¨¢logo con unos 700 materiales responsables. Almaz¨¢n asegura que el cambio llegar¨¢, que las grandes compa?¨ªas son conscientes del problema aunque los pasos se est¨¦n dando con gran lentitud. ¡°Las marcas tienen que entender que los beneficios con los que se ha estado funcionando en moda son un exceso, hay que hacer un replanteamiento. Son m¨¢rgenes que se pueden permitir para valorar el impacto social y medioambiental¡±.
Antes de fundar Latitude, Almaz¨¢n hab¨ªa trabajado durante cinco a?os para una gran empresa de moda controlando la producci¨®n en Asia. Hasta que un d¨ªa decidi¨® plantarse, ten¨ªa que haber otra manera de hacer las cosas. Esa misma convicci¨®n fue la que empuj¨® a Mireia Barba, de 43 a?os, a dejar su empleo para luchar contra el despilfarro alimentario. En Espigoladors, la empresa que fund¨® en 2014, organizan grupos de voluntarios para recoger excedentes agr¨ªcolas o frutas y verduras feas que no se van a poder comercializar. Un 90% de lo recolectado va a comedores sociales y con el resto elaboran cremas, mermeladas, salsas y conservas bajo el sello Im-perfect. As¨ª han salvado unas 400 toneladas de alimentos. ¡°Empezamos visitando con una furgoneta a los agricultores. Ahora colaboramos con una red de 80 productores locales¡±, cuenta Barba en la cocina del obrador que la empresa tiene en Barcelona. A sus pies se apilan varias cajas de alcachofas. Tres trabajadores limpian a mano las hortalizas para preparar pat¨¦ con ellas.
En Espa?a se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos al a?o, seg¨²n la Comisi¨®n Europea. La aspiraci¨®n es reducir esta cifra a la mitad para 2030. Un 42% de este despilfarro se genera en los hogares. Otro grave problema cuando se habla de sostenibilidad en este sector es la contaminaci¨®n de la producci¨®n de carne que se emite en Espa?a: el 73% del CO2 de toda la industria alimentaria, seg¨²n datos de la ONG VSF. ¡°Reducir el consumo de carne tiene ventajas para la salud y el medio ambiente. Se puede sustituir por legumbres, que son 10 veces menos impactantes. Si adem¨¢s consumimos vegetales locales y de temporada, cubrimos pr¨¢cticamente el impacto ambiental de nuestra dieta¡±, resume el nutricionista Aitor S¨¢nchez. Pese a que Espa?a es el pa¨ªs con mayor extensi¨®n de cultivos ecol¨®gicos de Europa, el consumo de estos productos no est¨¢ extendido. El mayor freno sigue siendo el precio. Un solo yogur ecol¨®gico puede llegar a costar lo mismo que ocho de marca blanca.
¡°El consumidor est¨¢ pagando dos hipotecas:?la que tiene con el banco y la que tiene con la energ¨ªa¡±
Solo hay un aspecto en el que los espa?oles invierten m¨¢s que en alimentaci¨®n. La vivienda acapar¨® el pasado a?o un 30% del gasto de cada ciudadano. ¡°El consumidor debe saber que vive en una casa superine?ficiente, que realmente est¨¢ pagando dos hipotecas: la que tiene con el banco y la que tiene con la energ¨ªa¡±, advierte Sara Vel¨¢zquez, de VArquitectos. Este estudio proyect¨® el primer edificio de viviendas con el certificado Passivhaus en Espa?a, situado en Pamplona. El sello avala la eficiencia energ¨¦tica que se alcanza con un buen aislamiento de la envolvente y cuidando todos los puntos por los que puede escapar la energ¨ªa, como las ventanas. De esta manera se consigue que, con un gasto m¨ªnimo en calefacci¨®n en invierno, la temperatura est¨¦ todo el a?o entre los 21 y los 25 grados. Un edificio pasivo consume menos de 15 kW/m2 al a?o, frente a los 200 de una vivienda con una calificaci¨®n energ¨¦tica D, la m¨¢s extendida.
34
Cada espa?ol compra de media 34 prendas nuevas al a?o. En ese mismo periodo de tiempo se desechan en todo el pa¨ªs 1.000 millones de kilos de ropa. Solo entre un 10% y un 15% de ellos se reciclan.
A partir del 31 de diciembre de este a?o todos los edificios p¨²blicos que se construyan en Europa deber¨¢n ser de consumo casi nulo; en el caso de la vivienda, este plazo se ampl¨ªa hasta el 31 de diciembre de 2020. Vel¨¢zquez explica que la diferencia de costes con la construcci¨®n tradicional es m¨ªnima y la inversi¨®n se recupera entre los 5 y los 10 primeros a?os. Cita un estudio de la fundaci¨®n La Casa que Ahorra que demuestra que es m¨¢s rentable invertir en la rehabilitaci¨®n de la vivienda que en un plan de pensiones. Una reforma de este tipo puede alcanzar los 15.000 euros, aunque existen ayudas del IDAE y de algunas Comunidades que pueden llegar a sufragar la mitad del coste. ¡°El siguiente paso ser¨¢n las casas de huella de carbono cero, construidas con materiales que han causado las menores emisiones posibles y que consumen lo m¨ªnimo¡±, explica. Este tipo de viviendas suele incorporar adem¨¢s sistemas de producci¨®n de energ¨ªa.
El autoconsumo representa en Espa?a tan solo un 0,01% del total, seg¨²n la Uni¨®n Espa?ola Fotovoltaica (UNEF). ¡°Es legal y rentable. El impuesto al sol solo se aplica a instalaciones con una potencia superior a 10 kW, y todas las que ponemos nosotros, incluso en casas unifamiliares grandes, son de 3 y de 4 kW¡±, cuenta Carlota Pi, cofundadora de HolaLuz, una compa?¨ªa el¨¦ctrica que solo ofrece energ¨ªa renovable. Tienen 135.000 clientes en toda Espa?a y desde julio dan servicio al Ayuntamiento de Madrid. ¡°Acabamos de empezar y ya ponemos dos instalaciones al d¨ªa. Creemos mucho en el autoconsumo y en su evoluci¨®n, la generaci¨®n distribuida¡±. Para la empresaria, el siguiente paso es que los clientes con placas fotovoltaicas se conviertan en productores-consumidores que en algunos momentos ceder¨¢n la energ¨ªa que les sobra y en otros recibir¨¢n la que les falta. Una instalaci¨®n de este tipo cuesta entre 5.000 y 10.000 euros, seg¨²n su tama?o y dependiendo de si se colocan bater¨ªas para almacenar energ¨ªa. Pi asegura que la inversi¨®n se recupera antes de 10 a?os. ¡°El cambio de modelo lo impondr¨¢n los ciudadanos. La energ¨ªa renovable no es una opci¨®n, es la soluci¨®n¡±.
Hacia la econom¨ªa verde. Hace ya 18 a?os de aquella noche de junio en la que desaparecieron todos los contenedores de basura en Tiana. En su lugar se empezaron a ver unos peque?os cubos marrones junto a las puertas de las casas. La localidad catalana fue la primera de Espa?a en implantar la recogida de residuos puerta a puerta. Se retira la materia org¨¢nica y el ¡°resto¡± (todo aquello que no se puede aprovechar). ¡°De un d¨ªa para otro pasamos de reciclar el 20% de la basura al 80%¡±, resume Xavier Do?ate, concejal de Medio Ambiente y presidente de la asociaci¨®n de pueblos catalanes con este sistema. ?l fue el precursor de esta idea tras un viaje que realiz¨® al norte de Italia para conocer este m¨¦todo. Este a?o llegar¨¢n a ser 200 localidades y se est¨¢ haciendo una prueba piloto en el barrio de Sarri¨¢ en Barcelona. Existe tambi¨¦n alg¨²n municipio con este m¨¦todo en Baleares, Pa¨ªs Vasco y Madrid. Do?ate comenta que el puerta a puerta ha hecho que los vecinos de Tiana est¨¦n cada d¨ªa m¨¢s implicados con el medio ambiente. ¡°La concienciaci¨®n empieza desde peque?os. La escuela del pueblo es una escuela verde¡±, explica Marta Martorell, vecina de 39 a?os de Tiana. Sus hijos de 9 y 7 a?os llevan cada d¨ªa al colegio el bocadillo envuelto en una tela plastificada que se lava y se vuelve a usar. Los envoltorios de un solo uso est¨¢n prohibidos.
16%
El trabajo en la gesti¨®n de los residuos creci¨® un 16% el a?o pasado en Espa?a. Este sector representa el 27% de todo el empleo verde. Aparte, se prev¨¦ que la econom¨ªa circular genere en el pa¨ªs unos 52.000 nuevos puestos en dos a?os.
En 2020 la Uni¨®n Europea quiere que todos los pa¨ªses reciclen la mitad de sus desechos urbanos. Un objetivo dif¨ªcil de lograr para Espa?a, que hoy d¨ªa se encuentra en el 29,7%. No alcanzar esta meta saldr¨¢ caro. Los Estados pagar¨¢n 80 c¨¦ntimos por cada kilo de pl¨¢stico no reciclado. Se estima que con esta medida se podr¨¢n recaudar unos 7.000 millones de euros entre 2021 y 2027. Los expertos coinciden en que se deber¨ªa empezar a separar la materia org¨¢nica, que representa un 40% de la bolsa de basura, e implantar el pago por generaci¨®n. ¡°De esta manera, el que genera m¨¢s paga m¨¢s, y el que recicla, menos. Se establece una tasa fija en funci¨®n de la vivienda y sus ocupantes, y una variable seg¨²n los residuos que generen. Este sistema se utiliza en ciudades como Bruselas. ?Por qu¨¦ no se puede hacer aqu¨ª?¡±, se pregunta Anabel Rodr¨ªguez, directora de la Fundaci¨®n para la Econom¨ªa Circular.
La gesti¨®n de los residuos representa un 27% del empleo verde en Espa?a y solo en 2017 la contrataci¨®n en este sector creci¨® un 16%. Pero no solo se generar¨¢n puestos en actividades directamente relacionadas con el medio ambiente como el ecodise?o. Seg¨²n anunci¨® el presidente de la C¨¢mara de Comercio, Jos¨¦ Luis Bonet, la econom¨ªa circu?lar crear¨¢ 52.000 empleos en Espa?a en dos a?os. En este nuevo modelo, el crecimiento econ¨®mico se asocia a los beneficios sociales y para el medio ambiente. El PIB ya no es suficiente para medir el progreso, como demuestran los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU o el indicador Better Life Index de la OCDE. ¡°Mientras se aspire solo al crecimiento del capital y no al bien com¨²n de todos no se est¨¢ haciendo econom¨ªa, sino cremat¨ªstica (el arte de enriquecerse). El capital es el medio, no el fin¡±, defiende Christian Felter. Este economista austriaco ha creado el ?ndice del Bien Com¨²n, que ya han adoptado unas 500 empresas de todo el mundo, en el que al balance financiero se suma uno ¨¦tico.
0,01%
El autoconsumo el¨¦ctrico representa en Espa?a tan solo un 0,01% del total, seg¨²n la Uni¨®n Espa?ola Fotovoltaica (UNEF). Una instalaci¨®n de este tipo puede costar entre 5.000 y 10.000 euros en funci¨®n de la dimensi¨®n y de si se colocan bater¨ªas.
Otro est¨¢ndar que mide la implicaci¨®n de las empresas es la certificaci¨®n B Corp, que mide la responsabilidad social corporativa de las compa?¨ªas. Unas 2.500 firmas cuentan con ella en el mundo, 50 en Espa?a. La mayor¨ªa, negocios peque?os e incipientes. Solo hay una empresa de gran consumo en el pa¨ªs que lo haya conseguido: Danone. La compa?¨ªa ha certificado sus cuatro plantas espa?olas de yogures. La factor¨ªa de Tres Cantos (Madrid) es la m¨¢s eficiente de la marca en Europa. En ella se elaboran 170.000 toneladas de producto al a?o y ni un solo residuo, todo se recicla. ¡°En los ¨²ltimos a?os, con un aumento del 30% de la producci¨®n, hemos reducido el consumo el¨¦ctrico un 35 %, el de gas un 28% y un 25% en agua¡±, enumera con orgullo Juan Carlos Esteban, responsable de nuevos proyectos de proceso y energ¨ªa de la planta madrile?a. Esteban pasea por el edificio explicando c¨®mo han ido poco a poco ahorrando recursos en cada paso de la cadena de producci¨®n de la f¨¢brica. Han dejado, por ejemplo, de utilizar la caldera m¨¢s grande de las dos que tienen en sus instalaciones. Como han reducido su consumo, con la peque?a les basta y les sobra. Toda la energ¨ªa que utilizan proviene de fuentes renovables y el pr¨®ximo a?o van a instalar placas solares en el tejado. La divisi¨®n de l¨¢cteos redujo entre 2008 y 2017 un 40% su huella de carbono. La mitad de todas sus emisiones proviene de las vacas (colaboran con unas 300 ganader¨ªas de toda Espa?a).
B Corp tambi¨¦n tiene en cuenta a la hora de otorgar su certificado la calidad de vida de los trabajadores. Una dimensi¨®n que cada vez m¨¢s empresas miman, aunque no cuenten con este sello. Desde el fomento del reciclaje, la alimentaci¨®n saludable de sus empleados o el uso de medios de transporte sostenibles para acudir a trabajar. ¡°La ubicaci¨®n de las oficinas es fundamental. Tiene que haber una gran variedad de transporte p¨²blico¡±, resume Louise Matthew, responsable del dise?o de las oficinas de Bacardi en todo el mundo. El pasado a?o la compa?¨ªa de bebidas espirituosas traslad¨® a sus trabajadores desde una de sus sedes en un pol¨ªgono en Mollet del Vall¨¨s hasta un edificio en el centro de Barcelona. La mayor¨ªa de los materiales utilizados en la reforma y el mobiliario de la oficina son sostenibles. ¡°La industria debe implicarse porque tambi¨¦n les va a reportar beneficios a ellos. Ser¨¢n m¨¢s competitivas y reducir¨¢n costes¡±, asegura Anabel Rodr¨ªguez desde la Fundaci¨®n para la Econom¨ªa Circular. ¡°Hay que ponerse a trabajar. Cada uno en su papel, pero todos a sumar. Ciudadanos, empresas y Gobiernos. El planeta no nos puede esperar m¨¢s¡±.
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