Por una econom¨ªa e investigaci¨®n cercanas
Debemos profundizar en otra manera de hacer empresa reconquistando espacios esenciales para una vida democr¨¢tica plena y para un cambio de modelo productivo y socioecon¨®mico
El pasado viernes concluy¨® en Teruel un congreso que pretend¨ªa escapar de la idea de que la ciencia est¨¢ enclaustrada en su torre de marfil. M¨¢s de 100 personas investigadoras de 29 pa¨ªses (otros 150 asistieron por internet) pasaron seis d¨ªas en esta capital aragonesa de la que unos meses antes solo conoc¨ªan su lejan¨ªa de los nodos de comunicaci¨®n habituales. Jam¨¢s hab¨ªan o¨ªdo hablar ni de su patrimonio cultural y ambiental, ni de su maravillosa cocina, ni de sus acogedores vecinos y vecinas, ni de su perfil a escala humana¡
Y justo porque son demasiadas las ciudades y pueblos a los que cuesta llegar, la comunidad internacional de investigaci¨®n sobre empresa social y econom¨ªa social y solidaria (ESS), que se re¨²ne desde hace dos d¨¦cadas bajo el paraguas de la Red EMES, quiso pasar del discurso a la acci¨®n y celebrar en Teruel su octava conferencia bajo el t¨ªtulo de Empresa social, acci¨®n cooperativa y de voluntariado: uniendo principios y valores para una acci¨®n renovada. Desplazamos as¨ª nuestro lugar como investigadoras, y el de nuestro trabajo, al epicentro mismo donde ocurren los fen¨®menos que estudiamos: cambiando el hablar de para hablar desde.
La despoblaci¨®n est¨¢ causando que el rural espa?ol (pero tambi¨¦n el eslovaco, el finland¨¦s o el rumano) se vac¨ªe, resultado de estrategias guiadas por una visi¨®n del progreso que supedita el bienestar de comunidades y territorios a un desarrollo econ¨®mico desalineado con sus necesidades. Desgraciadamente, no es este el ¨²nico de los problemas que se advierten: desigualdad creciente, precariedad laboral, dificultad para satisfacer necesidades b¨¢sicas de alimentaci¨®n, vivienda o energ¨ªa, desinter¨¦s en las instituciones y en la vida comunitaria, violencias y exclusi¨®n, aislamiento y ansiedad¡ son algunas de las condiciones que describen nuestro tiempo, enmarcadas todas en el marco del agotamiento de los ecosistemas. En este contexto, la ESS, contrac¨ªclica y resiliente, tambi¨¦n durante la ¨²ltima pandemia como se ha demostrado en este congreso, est¨¢ desplegando toda su capacidad y potencial.
La ESS representa ya un 10% del PIB espa?ol, con 43.000 empresas que crean el 12,5% del empleo, siendo un modelo de econom¨ªa real, basada en el equilibrio entre vida privada y colectiva, que cuida la salud de las personas, sus comunidades y entornos naturales, y que dota de sentido al t¨¦rmino ¡°empleo de calidad¡± (el 80% de sus contratos son indefinidos y emplea a 128.000 personas con discapacidad o en riesgo de exclusi¨®n), siendo necesario seguir consolidando su inclusi¨®n dentro de los sistemas estad¨ªsticos nacionales, como ya se est¨¢ experimentando en Canad¨¢, Corea, Luxemburgo o Portugal, para obtener una imagen fiel y actualizada de su realidad.
Todo ello se ve acrecentado por el arraigo territorial que demuestra, que sit¨²a a la ESS en un lugar privilegiado para dar una respuesta adecuada y directa que evite ineficiencias econ¨®micas y sociales y que genere un impacto social positivo, cada vez m¨¢s precisamente medido a trav¨¦s de rigurosas t¨¦cnicas que facilitan el reconocimiento social y pol¨ªtico de los intangibles que produce esta forma de hacer econom¨ªa y empresa poniendo a la persona, sus comunidades y territorio como fin en vez de como medio.
No obstante, la relevancia principal de la ESS procede de su capacidad de articular ciudadan¨ªa (en Espa?a, un 43% de la poblaci¨®n est¨¢ vinculada a la ESS) en torno a proyectos comunes y sostenibles vinculados al consumo responsable, el voluntariado o el emprendimiento colectivo, entre otros, convirti¨¦ndose en escuelas de democracia, de participaci¨®n y empoderamiento ciudadano.
En el congreso se confirm¨® la relevancia de la investigaci¨®n para contribuir a la consolidaci¨®n de este modelo en nuestras sociedades y sistemas econ¨®micos, as¨ª como la urgencia de trasladar resultados desde la academia a la gesti¨®n p¨²blica para que gobiernos e instituciones internacionales trabajen de forma coordinada, junto a las estructuras de representaci¨®n que ya articulan la ESS. El objetivo: plantear y organizar unas pol¨ªticas p¨²blicas de apoyo a estas entidades que cada vez se definen m¨¢s por una creciente complejidad, una necesaria transversalidad departamental y una actitud de co-construcci¨®n entre agentes.
Como investigadoras, esto nos obliga a abandonar la idea misma de torre de marfil y desplazarnos al territorio, donde se ponen en pr¨¢ctica valores (como la justicia social y ecol¨®gica, la solidaridad, la autonom¨ªa) y principios (como la prioridad de la maximizaci¨®n de la finalidad social frente a la financiera, la gesti¨®n democr¨¢tica o la lucha por la igualdad interna) en los que se basa la ESS. Debemos profundizar en esta otra manera de hacer empresa, no solo a trav¨¦s de nuestra labor acad¨¦mica, sino con el intercambio con una ciudadan¨ªa y unas entidades y empresas que participan, se implican y empoderan para reconquistar, a trav¨¦s de otras econom¨ªas, espacios (f¨ªsicos y simb¨®licos) esenciales para una vida democr¨¢tica plena y para un cambio de modelo productivo y socioecon¨®mico al que aspirar como sociedad en las pr¨®ximas d¨¦cadas.
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