Panhispanismo sin ¨ªnfulas
La acci¨®n cultural de la RAE y del Instituto Cervantes abandonaron hace a?os cualquier pretensi¨®n prescriptiva o normativa en Iberoam¨¦rica
Las pol¨ªticas de la hispanidad pasaron a mejor vida hace ya muchos a?os y dieron paso a la panhispanidad como espacio cultural y ling¨¹¨ªstico, m¨¢s acorde con los valores de una sociedad democr¨¢tica sin nostalgias imperiales ni prepotencia normativa. Las viejas tentaciones de Madrid de actuar como metr¨®polis han ido desapareciendo, pero a veces rebrotan en forma de instrumentalizaci¨®n de uno de los ingredientes cruciales del panhispanismo. La lengua lo es y las lenguas son siempre materiales ultrasensibles porque apelan a emociones primarias y se prestan a satisfacer las pasiones tristes nacionalistas. Es una golosina en manos de partidos pol¨ªticos con sesgos populistas, y la han usado hasta la exasperaci¨®n formaciones de todo signo, en Espa?a y fuera de Espa?a. La reciente creaci¨®n de la Oficina del Espa?ol por la Comunidad de Madrid ha suscitado recelos entre otras capitales promotoras de la lengua com¨²n, pero tambi¨¦n a la vista del solapamiento de una min¨²scula oficina p¨²blica de escasa dotaci¨®n con las funciones que desempe?an, a otra escala y desde hace a?os, dos instituciones de gran potencia y efectividad.
Impulsar en y desde Madrid el uso del espa?ol parece una redundancia un tanto ins¨®lita, mientras que la funci¨®n difusora y coordinadora de las academias de la lengua de Iberoam¨¦rica y la propia RAE desde Espa?a se complementan con el papel del Instituto Cervantes. En el segundo, adem¨¢s, el objetivo no es solo la difusi¨®n de la lengua y la cultura espa?olas, sino tambi¨¦n del resto de las lenguas que habla la sociedad en los distintos territorios. La RAE se ha desprendido de la vocaci¨®n prescriptiva sobre el uso del espa?ol para aprender a conocer y reflejar sus m¨²ltiples usos en cuantos lugares se hable. De ah¨ª naci¨® el Diccionario panhisp¨¢nico de dudas, hace m¨¢s de 15 a?os, fruto de la coordinaci¨®n activa de 23 academias de la lengua, entre ellas la espa?ola.
Ante la asamblea de la Uni¨®n de Ciudades Capitales Iberoamericanas en Madrid, 20 a?os despu¨¦s de la ¨²ltima vez, en 2002, es oportuno acentuar la despolitizaci¨®n de la lengua para asumirla como prodigiosa maquinaria de creaci¨®n. El fomento de la divulgaci¨®n, el intercambio y el conocimiento del patrimonio cultural espa?ol sigue siendo la funci¨®n principal del Cervantes, aunque lejos todav¨ªa de las cifras de inversi¨®n de otros Estados. Hasta ahora su acci¨®n ha quedado restringida a los pa¨ªses de habla no hispana. Quiz¨¢ un pr¨®ximo paso pueda ser coordinar los actuales centros existentes de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo en Buenos Aires, Santiago de Chile o Ciudad de M¨¦xico con la pol¨ªtica cultural que lidera esta instituci¨®n. Esos nuevos centros de cultura panhisp¨¢nica podr¨ªan generar v¨ªnculos en su sentido m¨¢s amplio (art¨ªstico, musical, cinematogr¨¢fico, literario) y favorecer una intensa circulaci¨®n de ideas e im¨¢genes, letras y m¨²sica para nutrir la imaginaci¨®n en marcha del futuro.
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