Hacia la transici¨®n verde
Sin el gas de Argelia, Espa?a estar¨ªa obligada a planificar alternativas viables, por complicadas que sean de desarrollar
El cierre del gasoducto del Magreb, que conecta los yacimientos de gas argelinos con la pen¨ªnsula Ib¨¦rica atravesando el territorio de Marruecos, en el marco del conflicto diplom¨¢tico entre ambos pa¨ªses, no solo representa una presi¨®n adicional sobre los mercados energ¨¦ticos, sino que revela con crudeza algunos de los retos en el inaplazable camino de la transici¨®n verde.
Pese a las garant¨ªas argelinas de suministro, y el previsto aumento de capacidad del gasoducto alternativo de Medgaz, el funcionamiento del gasoducto del Magreb durante los ¨²ltimos 25 a?os ha garantizado un suministro estable de alrededor del 15% de la demanda espa?ola de gas natural, cuya sustituci¨®n obligar¨¢ a incrementar la importaci¨®n de gas natural licuado (GNL), en una coyuntura donde la falta de disponibilidad de metaneros tensiona al alza los precios, con especial repercusi¨®n en el sector el¨¦ctrico.
A medio plazo, es necesario evitar que episodios parecidos, de fuerte volatilidad en los precios, se conviertan en end¨¦micos. No existen alternativas f¨¢ciles. Por un lado, se requerir¨ªan fuertes inversiones en infraestructuras para paliar la situaci¨®n de isla energ¨¦tica de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, incrementando las interconexiones gasistas con el sistema europeo, y ampliando la capacidad de almacenamiento del sistema espa?ol, una de las principales r¨¦moras para la propuesta de compra conjunta de gas transmitida por el Gobierno espa?ol a sus socios comunitarios.
Sin embargo, son varios los factores que elevan el nivel de exigencia en la planificaci¨®n de las mismas: el largo plazo de ejecuci¨®n de estas infraestructuras, su impacto ambiental y sobre la biodiversidad, la financiaci¨®n necesaria, la existencia de precedentes fallidos como el almacenamiento de Castor. Tambi¨¦n figura el papel que los escenarios energ¨¦ticos reservan al gas natural, entendido como combustible de transici¨®n hasta el desarrollo de tecnolog¨ªas alternativas de origen renovable y que pueden convertir estas infraestructuras en activos varados en apenas unas d¨¦cadas.
La alternativa, sin embargo, tampoco es sencilla. La exportaci¨®n a los mercados internacionales de GNL procedente de las reservas no convencionales de Estados Unidos podr¨ªa aliviar las tensiones actuales, especialmente en Espa?a, dada la s¨®lida capacidad de plantas de regasificaci¨®n en nuestro pa¨ªs. Sin embargo, el mercado de GNL ha experimentado fuertes oscilaciones en los ¨²ltimos a?os, y su din¨¢mica es mucho m¨¢s vol¨¢til que las relaciones a largo plazo que se establecen a trav¨¦s de las interconexiones por ductos. Apostar por el GNL puede tener sentido como soluci¨®n transitoria, pero exige tambi¨¦n templanza y pedagog¨ªa para sortear los previsibles brotes de inestabilidad en los mercados. En todos los grandes cambios industriales, las principales dificultades aparecen durante la transici¨®n. Desatenderlas puede comprometer las propias estrategias de descarbonizaci¨®n.
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