Falta la patronal en el pacto de pensiones

El pacto entre Gobierno y sindicatos para reequilibrar en parte las cuentas de la Seguridad Social mediante futuras alzas de las cotizaciones sociales tiene dos aspectos positivos. Uno es que en s¨ª misma la medida puede contribuir a reducir el d¨¦ficit del sistema p¨²blico de protecci¨®n, aunque apenas nadie apuesta a que constituya algo m¨¢s que un alivio parcial. Otro es que completa la primera fase de la reforma prevista y se a?ade as¨ª a la vinculaci¨®n de las pensiones a la inflaci¨®n, las medidas para incentivar el retiro aplazado, la prohibici¨®n de jubilarse forzosamente a los menores de 68 a?os, los obst¨¢culos a la jubilaci¨®n anticipada voluntaria y la discriminaci¨®n positiva en el tratamiento de quienes fueron despedidos con la Gran Recesi¨®n, antes de 2013.

Sin embargo, el descuelgue de la patronal CEOE del acuerdo sobre cotizaciones y mecanismo de equidad intergeneracional menoscaba significativamente el tono general positivo de esta primera reforma, a pesar de que la c¨²pula empresarial dio su conformidad el pasado verano a sus l¨ªneas maestras. Hoy en cambio no ha ofrecido una explicaci¨®n detallada y convincente sobre su absentismo del acuerdo. O las razones esgrimidas son escasas y d¨¦biles. La principal consiste en que el aumento de las cotizaciones sociales tiende a obstaculizar la contrataci¨®n y, por ende, el aumento de empleo. Es cierta en t¨¦rminos generales, pero debe matizarse por la enorme cantidad de reserva de mano de obra que supone el desempleo de larga duraci¨®n. Aunque las cotizaciones empresariales son m¨¢s altas que en otros pa¨ªses del entorno, no lo es el conjunto de las cargas empresariales, sobre todo para las grandes empresas, si se contabiliza el peso relativo (menor en Espa?a) de la tributaci¨®n sobre Sociedades. Por ¨²ltimo, la repercusi¨®n de la mayor cotizaci¨®n en cada caso individual es leve, aunque la suma total alivie las cuentas globales.

En realidad, si la CEOE dispone de alternativas concretas a esa subida ¡ªy no solo de grandes principios abstractos y alegaciones meramente ret¨®ricas¡ª, a¨²n est¨¢ a tiempo de presentarlas mediante enmiendas endosadas por algunos grupos parlamentarios para el tr¨¢mite de aprobaci¨®n de la oportuna ley en el Congreso.

M¨¢s all¨¢ del contenido concreto del debate, la ausencia de la CEOE del acuerdo es francamente negativa. Lo es, en primer lugar, para los empresarios: el desd¨¦n patronal a la primera oferta del Gobierno, una actualizaci¨®n paulatina de las cotizaciones, los aboca a una subida ¡ªaunque siempre aplazada¡ª m¨¢s s¨²bita. Es malo tambi¨¦n para sindicatos y patronales y para la estabilidad del marco de relaciones laborales, pues una reforma sin amplio consenso augura una menor duraci¨®n que otra acordada. Y es malo para el Gobierno, que afronta una discusi¨®n m¨¢s ardua en el peor clima sobre la reforma de la reforma laboral. Es esta ¨²ltima la m¨¢s decisiva, y aquella en la que m¨¢s urge el consenso para su aprobaci¨®n en Bruselas.

Si el veto se repitiese, la responsabilidad ser¨ªa compartida, pero entre sus consecuencias m¨¢s graves estar¨ªan las dificultades para acceder a los fondos europeos Next Generation, condicionados a las reformas, con un efecto inmediato en la econom¨ªa y en las empresas espa?olas. La patronal tendr¨ªa que explicar qu¨¦ razones de corte ideol¨®gico, pol¨ªtico o t¨¢ctico animan a correr ese riesgo y en nombre de qu¨¦ beneficios empresariales.