Bajos vac¨ªos, cada vez m¨¢s
Los lectores opinan sobre la desaparici¨®n de comercios, los j¨®venes ante su futuro, los campos de lava en La Palma y sobre la votaci¨®n de Enrique Arnaldo como miembro del Tribunal Constitucional
Hubo un tiempo en que los negocios cerraban por jubilaci¨®n. Hoy, mi librero de confianza me dijo que cerrar¨¢ a finales de mes, que para seguir siendo pobre era absurdo trabajar todo el d¨ªa, que las deudas se le amontonaban, las ayudas no llegaban y la gente no entraba. Antes, cerraron mi panader¨ªa, mi ferreter¨ªa o mi tienda de videojuegos de confianza, los motivos fueron similares. Supongo que para la mayor¨ªa son superiores los beneficios de las ofertas por internet, las ventas online o las r¨¦plicas asi¨¢ticas que sus costes. Pero es innegable que las calles ahora se llenan de bajos vac¨ªos, el escudo social malherido se agrieta con vecinos desconocidos y conversaciones impersonales con el otro lado del mundo. Los carteles de ¡°se alquila¡± se ven solo interrumpidos por el ruido de bares, restaurantes y terrazas, que mantienen vivo el ¨²ltimo reducto de lo humano. Supongo que habr¨¢ que habituarse a vivir en colmenas y a estar solos en nuestros juegos de luces y artificios. Supongo que de eso trata el progreso, el ¨¦xito empresarial y la sociedad digital.
Ram¨®n ?lvarez Palou de Comasema. Santiago de Compostela
Agobiada
Me encuentro en mi ¨²ltimo a?o de carrera y estoy m¨¢s agobiada que nunca. Tengo siete asignaturas, trabajo a media jornada y lo m¨¢s importante: tengo que tomar la gran decisi¨®n sobre qu¨¦ har¨¦ el a?o que viene con mi vida. ?Estudiar¨¦ un m¨¢ster? ?Comenzar¨¦ a trabajar a jornada completa? ?Deber¨ªa apuntarme a clases para aprender nuevos idiomas y aumentar mi curr¨ªculo? ?Necesito un curso de Photoshop? Tantas posibilidades me abruman y as¨ª se encuentran miles de estudiantes. En una ¨¦poca de pospandemia en la que han aumentado el estr¨¦s y la ansiedad de los j¨®venes, nos abruma tener esa presi¨®n a?adida de adoptar una decisi¨®n que afectar¨¢ al rumbo de tu (inminente) trayectoria laboral. No nos queda otra opci¨®n¡ la vida sigue y hemos de avanzar con ella.
Andrea Garc¨ªa Guti¨¦rrez. Cornell¨¤ de Llobregat (Barcelona)
Inmatricular la lava
Paseando con unos amigos (todos de m¨¢s de 80 a?os) sali¨® el asunto del volc¨¢n de La Palma. Uno de ellos dijo: ¡°Pues habr¨¢ que llevar cuidado. La lava est¨¢ generando unos terrenos que no son de nadie, igual la Iglesia los pone a su nombre¡±. A lo que otro contest¨®: ¡°?Y qui¨¦n con m¨¢s derecho? El volc¨¢n ha entrado en erupci¨®n porque Dios ha querido¡±. Y nos echamos unas risas.
Jes¨²s Segado Olmos. Madrid
Mandato imperativo
Las sanciones hechas p¨²blicas por el PSOE y el PP a sus diputados que no votaron por Enrique Arnaldo como miembro del Tribunal Constitucional muestran con todo descaro que la Constituci¨®n se puede violar, si se est¨¢ suficientemente arriba. Indica la Constituci¨®n en su art¨ªculo 67, 2 que ¡°los miembros de las Cortes Generales no estar¨¢n ligados por mandato imperativo¡± y en el art¨ªculo 71, que ¡°los diputados y senadores gozar¨¢n de inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones¡±. Tal como ha ocurrido, han resultado ser violables y estar ligados por un mandato imperativo bajo amenaza de sanci¨®n. Al menos en aquellas ocasiones en que se dirima la idoneidad de personas para ocupar los m¨¢s altos cargos de nuestras instituciones, los mandatos de nuestra Constituci¨®n deber¨ªan cumplirse al pie de la letra. Para eso est¨¢n.
Eliseo Pascual G¨®mez. Alicante
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