Giro en Honduras
El regreso de la izquierda al poder llega avalado por una alta participaci¨®n si se confirman los datos parciales de las elecciones generales del domingo
Los resultados de las elecciones de Honduras dibujan un panorama en el que, con m¨¢s de la mitad del escrutinio, la candidata Xiomara Castro se consolida como la pr¨®xima presidenta del pa¨ªs centroamericano con una distancia de en torno a 20 puntos. Su previsible victoria augura un giro total en el devenir de Honduras y el regreso de la izquierda al poder despu¨¦s del golpe de Estado que derroc¨® a su esposo, Manuel Zelaya, hace 12 a?os. Los problemas que padece Honduras, sin embargo, vienen de mucho antes y solucionarlos debe ser el principal objetivo de la futura mandataria, ahuyentando cualquier forma de revanchismo.
La amplia ventaja de Castro sobre su rival, el conservador Nasry Asfura, evidencia el hartazgo de la sociedad hondure?a con el Partido Nacional, en el poder desde el golpe de Estado, primero con Porfirio Lobo, quien ha tenido que sortear la justicia en diversas ocasiones despu¨¦s de que su hijo fuese condenado a m¨¢s de 20 a?os de c¨¢rcel en Estados Unidos por narcotr¨¢fico. Tambi¨¦n con el actual mandatario, Juan Orlando Hern¨¢ndez, que en 2017 cambi¨® la ley para poder reelegirse y que vio c¨®mo Estados Unidos conden¨® a su hermano por narcotr¨¢fico.
La inestabilidad en Honduras, no obstante, resulta cr¨®nica, pese a que algunos indicadores han dado cierto ox¨ªgeno: el pa¨ªs centroamericano ha dejado de ser el m¨¢s violento del mundo, dejando atr¨¢s la estela de m¨¢s de 80 asesinatos por cada 100.000 habitantes; la econom¨ªa creci¨® los ¨²ltimos a?os por encima del 3%, permitiendo estabilizar las maltrechas cuentas del pa¨ªs, al menos hasta la llegada de la pandemia y los huracanes Eta y Iota del pasado a?o. El Banco Mundial prev¨¦ que el pa¨ªs terminar¨¢ el a?o con 700.000 nuevos pobres. Porque si hay algo que ha quedado claro durante este tiempo, es que en Honduras cualquier dato optimista choca con la cotidianeidad. El pa¨ªs se ha convertido en una m¨¢quina de exportar ciudadanos, especialmente a los j¨®venes, la mitad de los votantes en esta elecci¨®n, como se ha visto durante los ¨²ltimos a?os en las caravanas de migrantes que recorren el continente hacia el norte. Por violencia, hambre o cat¨¢strofes ambientales, diariamente cientos de personas piden asilo en Estados Unidos; de la gran potencia regresan deportados miles cada mes.
El desencanto colectivo se ha traducido en un voto de confianza a Xiomara Castro, con una participaci¨®n que roza el 70%. As¨ª como el Partido Nacional deber¨¢ reconocer los resultados para evitar conflictos en las calles, Castro tiene por delante ahora la tarea primordial de unificar al pa¨ªs, sin los revanchismos y aires de venganza que han deslizado todo este tiempo tanto ella como su esposo, y figura clave del partido, Manuel Zelaya. Todo lo que no sea avanzar hacia la estabilizaci¨®n de Honduras ser¨¢ ahondar en el retroceso y la confrontaci¨®n.
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