Unicornios por todas partes
El Reino Unido lidera el mercado de nuevas tecnol¨®gicas europeas porque tiene mercados de capital arraigados y maduros: lo importante es crear empresas
La semana pasada, la capitalizaci¨®n burs¨¢til de Apple se acerc¨® a los tres billones de d¨®lares, m¨¢s que todo el mercado de valores alem¨¢n junto ese mismo d¨ªa. La revoluci¨®n digital fue estadounidense. Mientras los europeos perfeccion¨¢bamos el fax y el motor diesel, el resto del mundo avanzaba. La austeridad y la consiguiente p¨¦rdida de inversiones hicieron el resto.
Sin embargo, algo est¨¢ pasando, y parece que empez¨® con la pandemia. Los europeos han empezado a desafiar a Estados Unidos en el sector del capital riesgo y las empresas tecnol¨®gicas emergentes. Uno podr¨ªa pensar que qu¨¦ aburrido, sobre todo si su perspectiva es macroecon¨®mica o pol¨ªtica, pero las empresas de reciente creaci¨®n de hoy son las fuentes de crecimiento de ma?ana, un hecho incontrovertible en tiempos de r¨¢pido cambio tecnol¨®gico.
Como dec¨ªa el fondo de capital riesgo Atomico en su informe anual sobre la situaci¨®n del sector, el capital riesgo europeo despeg¨® el a?o pasado. La cartera europea de peque?as empresas de reciente creaci¨®n con un futuro prometedor rivaliza ahora por primera vez con Silicon Valley. Las inversiones totales en capital riesgo han pasado de 22.000 millones de d¨®lares en 2017 a 121.000 millones este a?o.
Pero hay una pega. El principal responsable es el Reino Unido. Las inversiones acumuladas del pa¨ªs ascienden a casi 75.000 millones de d¨®lares, frente a los menos de 30.000 millones de Alemania y los 25.000 millones de Francia. Destaca el interesante caso de Suecia, que ha tenido un ¨¦xito asombroso para una econom¨ªa relativamente peque?a.
Lo preocupante es que este auge refleja la divisi¨®n entre el norte y el sur de Europa. Espa?a aguanta por detr¨¢s de Pa¨ªses Bajos y por delante de Suiza. Italia ni siquiera figura en la lista de los 10 primeros. El Reino Unido equivale a Alemania, Francia y Suecia juntas, y este a?o la brecha se ha ampliado a su favor.
As¨ª pues, no se trata de un fen¨®meno com¨²n a toda la UE, y desde luego, no de un fen¨®meno de la zona euro, sino del Reino Unido y el norte de Europa. El informe contiene much¨ªsimas m¨¢s estad¨ªsticas sobre las mayores operaciones y las mayores salidas de capital riesgo. En la jerga del sector, las empresas emergentes de capital riesgo con un valor igual o superior a 1.000 millones de d¨®lares reciben el nombre de ¡°unicornios¡±.
En Europa, uno de cada cinco unicornios pertenece al sector de la tecnolog¨ªa financiera. De ah¨ª la relevancia del Reino Unido, y en particular de Londres, como localizaciones preferidas para el capital riesgo europeo. Los servicios de pago, el pasaporte financiero y la banca abierta son los pilares de esta innovaci¨®n. Seg¨²n mis previsiones, las criptofinanzas ser¨¢n el siguiente gran sector en atraer inversiones. En este caso, el protagonista volver¨¢ a ser el Reino Unido. Otros sectores atractivos para la inversi¨®n son los semiconductores y el comercio por internet.
Se podr¨ªa objetar que todo esto est¨¢ muy bien, pero que la econom¨ªa europea equivale a 20 billones de d¨®lares. 100.000 millones son una insignificancia, a no ser que algunas de esas empresas tengan la posibilidad real de convertirse en las Apple y las Amazon del futuro. Actualmente, Europa no tiene gigantes tecnol¨®gicos porque en las d¨¦cadas de 1980 y 1990 no ten¨ªa muchas empresas incipientes en el sector. Emmanuel Macron ha dicho que quiere 10 gigantes tecnol¨®gicos valorados en m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares de aqu¨ª a 2030. Con la tendencia actual, es un objetivo factible, aunque me parece raro que una meta estrat¨¦gica se defina con una cifra redonda para los titulares. Adem¨¢s, algunas o la mayor¨ªa de esas empresas podr¨ªan ser del Reino Unido, lo cual no creo que fuera lo que Macron ten¨ªa en mente.
Y aqu¨ª es donde veo el unicornio en la habitaci¨®n. Una de las razones del liderazgo del Reino Unido en el mercado es la presencia de mercados de capital arraigados y maduros. La Uni¨®n Europea no tiene nada que se le parezca. Atomico afirmaba que los mercados de capital europeos estaban en proceso de maduraci¨®n. No estoy seguro de que esto sea cierto en absoluto. Como se?alaba uno de los expertos citados en el informe, el n¨²mero de empresas tecnol¨®gicas emergentes ha aumentado de manera exponencial durante la pandemia. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la financiaci¨®n. En Europa, los fondos y las dotaciones destinados a invertir en esas compa?¨ªas siguen escaseando.
De modo que, a pesar del pesimismo reinante, las tecnol¨®gicas de reciente creaci¨®n probablemente sean la noticia econ¨®mica m¨¢s positiva en Europa en estos momentos. Las semillas se han sembrado. Soy moderadamente optimista con respecto a Alemania, donde las inversiones han aumentado partiendo de una base muy peque?a. La nueva coalici¨®n tiene la intenci¨®n de fomentar las inversiones del sector privado en medio ambiente y tecnolog¨ªa tanto en ese sector como en el p¨²blico. Lo que tendr¨¢ que hacer la Uni¨®n Europea para lograr su objetivo es completar la uni¨®n de los mercados de capitales, y la de su fea hermana gemela, la uni¨®n bancaria. En este momento, ambos proyectos est¨¢n estancados.
La UE deber¨ªa tener cuidado de que los buenos resultados de las empresas de capital riesgo no acabe haciendo publicidad al Brexit. Muchas de estas empresas de reciente creaci¨®n comercian con datos, una categor¨ªa que no est¨¢ sujeta a los acuerdos comerciales habituales y que, desde luego, no recogen los modelos comerciales a gran escala.
Lo que ha pasado en el Reino Unido es que, con el confinamiento, muchas personas se han hecho empresarias. Esto no ha ocurrido en Alemania, donde los puestos de trabajo estaban mucho mejor protegidos. Lo fundamental cuando se trata de empresas de nueva creaci¨®n es que se creen.
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