Una radiograf¨ªa de las desigualdades mundiales
La pandemia no ha hecho m¨¢s que exacerbar situaciones de inequidad ya existentes y nos recuerda la importancia de disponer de estad¨ªsticas para poder entender qui¨¦nes son los ganadores y perdedores de las crisis
Vivimos en tiempos del big data y, sin embargo, las estad¨ªsticas sobre desigualdad siguen siendo muy escasas y poco comparables a lo largo del tiempo y espacio. Las agencias estad¨ªsticas publican series sobre el crecimiento de la renta para la poblaci¨®n en su conjunto (las cuentas nacionales), pero no distinguen entre los distintos grupos de la poblaci¨®n. La revoluci¨®n de los datos no ha llegado, por lo tanto, a las cuentas nacionales, ya que los gobiernos no capturan ni publican las estad¨ªsticas m¨¢s b¨¢sicas sobre la distribuci¨®n de ingresos y riqueza. La pandemia no ha hecho m¨¢s que exacerbar las desigualdades ya existentes y nos recuerda la importancia de disponer de estad¨ªsticas sobre desigualdad para poder entender qui¨¦nes son los ganadores y perdedores de las crisis y ayudarnos as¨ª a implementar pol¨ªticas que nos permitan paliar sus consecuencias.
El martes 7 de diciembre se public¨® el Informe sobre Desigualdad Global 2022 elaborado cada cuatro a?os por el Laboratorio de Desigualdad Mundial y coordinado por Lucas Chancel, Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman. Este informe presenta la radiograf¨ªa m¨¢s detallada hasta la fecha sobre la evoluci¨®n y el estado de las desigualdades globales y se basa en el trabajo de m¨¢s de 100 investigadores internacionales. Esta edici¨®n va m¨¢s all¨¢ del Informe sobre Desigualdad Global 2018 que analizaba la desigualdad global de ingresos, e incluye como novedades principales el an¨¢lisis sobre la evoluci¨®n global de la desigualdad de la riqueza, las desigualdades de g¨¦nero en el mercado laboral, as¨ª como una radiograf¨ªa de las desigualdades mundiales en las emisiones de carbono.
Empecemos por la renta. Uno de los principales resultados que arroja el informe es que el 10% de la poblaci¨®n mundial con mayores ingresos concentra en 2020 el 52% de la renta global, mientras que la mitad de la poblaci¨®n mundial con menor renta apenas recibe el 8%. Es importante destacar que existen importantes diferencias entre pa¨ªses, lo que sugiere que las instituciones y pol¨ªticas son relevantes para influir en la desigualdad. Por ejemplo, las desigualdades son muy altas en Oriente Pr¨®ximo, Brasil, EE UU o Sud¨¢frica, y m¨¢s moderadas en otros pa¨ªses en desarrollo como Malasia o Uruguay y en la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos. Otro resultado clave es que las grandes diferencias entre pa¨ªses se deben en gran medida a diferencias antes de que el Estado redistribuya renta a trav¨¦s de impuestos y transferencias. En otras palabras, las instituciones que dotan de una mayor igualdad de oportunidades, por ejemplo a trav¨¦s de la inversi¨®n en educaci¨®n o en el sistema sanitario, son las que parecen tener un mayor impacto en las desigualdades de renta generadas en los mercados.
Prosigamos con la riqueza. El informe permite por primera vez comparar la distribuci¨®n de la riqueza entre pa¨ªses de todo el mundo, desde la parte inferior de la distribuci¨®n hasta la parte superior. La conclusi¨®n general es que la elevada concentraci¨®n de la riqueza afecta a todas las regiones del planeta. A nivel mundial, el 50% m¨¢s pobre posee en 2020 apenas el 2% del total de la propiedad privada (activos inmobiliarios, profesionales y financieros, neto de deuda), mientras que el 10% m¨¢s rico concentra el 76% de la riqueza global. Al igual que en el caso de la renta, tambi¨¦n existen importantes diferencias entre los niveles de desigualdad entre regiones. Am¨¦rica Latina y Oriente Pr¨®ximo son las regiones m¨¢s desiguales, seguidas de Rusia y ?frica subsahariana, donde el 50% m¨¢s pobre posee apenas el 1% de la riqueza, mientras que el 10% m¨¢s rico concentra aproximadamente el 80% de la riqueza total. La situaci¨®n es un poco menos extrema en Europa, donde el 50% m¨¢s pobre posee el 4% del total contra el 58% del 10% m¨¢s rico. La crisis de la covid-19 no ha hecho sino que aumentar la concentraci¨®n del patrimonio entre los m¨¢s ricos, debido en gran medida a la fuerte subida de los mercados burs¨¢tiles y a la p¨¦rdida de ingresos y, por tanto, de capacidad de ahorro entre los grupos m¨¢s pobres de la poblaci¨®n.
Pasemos ahora al g¨¦nero. El informe incluye tambi¨¦n las primeras estimaciones sobre la desigualdad de g¨¦nero en los ingresos globales. La participaci¨®n de las mujeres en los ingresos laborales totales era aproximadamente del 30% en 1990 y se sit¨²a por debajo del 35% en la actualidad. Por lo tanto, el progreso hacia la reducci¨®n de las desigualdades de g¨¦nero ha sido muy lento a nivel mundial en los ¨²ltimos 30 a?os, aunque las din¨¢micas han sido diferentes entre pa¨ªses. China es la ¨²nica regi¨®n analizada en la que la participaci¨®n femenina en los ingresos laborales ha ca¨ªdo, a pesar de que hist¨®ricamente hubiese un fuerte ¨¦nfasis pol¨ªtico en la participaci¨®n femenina en la fuerza laboral. Entre los posibles factores que pueden explicar este sorprendente resultado cabe destacar la reducci¨®n de las empresas estatales, lo que provoc¨® una disminuci¨®n m¨¢s pronunciada de la mano de obra de las mujeres urbanas que de los hombres urbanos, y la relajaci¨®n de la pol¨ªtica del hijo ¨²nico a finales de 2013. El an¨¢lisis de g¨¦nero pone de relieve una vez m¨¢s la importancia de los factores institucionales a la hora de entender las din¨¢micas de la desigualdad.
En relaci¨®n al medio ambiente, una novedad muy importante del informe es el an¨¢lisis de las emisiones de carbono por grupos de poblaci¨®n. Cada vez existe un consenso mayor sobre la urgencia de actuar frente a la crisis clim¨¢tica. Sin embargo, los acuerdos entre pa¨ªses para reducir emisiones son poco ambiciosos, en parte por el temor de los gobiernos a perder apoyo si adoptan medidas que perjudiquen a amplios sectores sociales. El informe muestra que las emisiones de carbono est¨¢n estrechamente relacionadas con las de renta y riqueza. El 10% de la poblaci¨®n mundial es responsable de aproximadamente la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que la mitad inferior del mundo aporta solo el 12% del total. No se trata simplemente de una divisi¨®n entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres: hay grandes emisores en los pa¨ªses pobres y bajos emisores en los pa¨ªses ricos. De hecho, la mitad m¨¢s pobre de la poblaci¨®n en los pa¨ªses ricos ya se encuentra en (o est¨¢ cerca de) las metas clim¨¢ticas por habitante establecidas por los pa¨ªses ricos para 2030. El informe, por tanto, indica que cualquier acci¨®n frente al cambio clim¨¢tico que busque ser efectiva y socialmente justa debe partir de un enfoque claramente distributivo.
?D¨®nde se sit¨²a Espa?a en las tendencias globales? Espa?a sigue el patr¨®n de los pa¨ªses europeos: una participaci¨®n femenina en el ingreso laboral relativamente alta, unas emisiones de carbono elevadas para el 10% que m¨¢s emite de la poblaci¨®n espa?ola, pero moderadas para el 50% que menos, y una menor desigualdad de renta y riqueza que en otras regiones mundiales. No obstante, Espa?a se encuentra claramente por encima de la media europea cuando analizamos tanto los niveles de desigualdad de la renta despu¨¦s de impuestos y transferencias sociales, como el porcentaje de poblaci¨®n en riesgo de pobreza. Esto refleja la limitada capacidad redistributiva de nuestro sistema fiscal y Estado de bienestar.
Si una lecci¨®n surge de la riqueza de los datos presentados en este informe es que las desigualdades sociales no son inevitables, las sociedades pueden alterar los niveles de desigualdad a trav¨¦s de las pol¨ªticas p¨²blicas y sociales. Este informe es una herramienta clave para dise?ar las pol¨ªticas que definan la evoluci¨®n de las desigualdades sociales en los pr¨®ximos a?os.
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