Excusas

El separatismo es la maldici¨®n oscurantista y clerical que desde sus or¨ªgenes carlistas estorba la democracia en Espa?a. Se combate con una educaci¨®n realmente laica, con constituciones liberales, con partidos no facciosos sino universalistas, etc¨¦tera. Sobre todo desmontando las excusas que por oportunismo cobarde dan los no separatistas a sus tropel¨ªas. Por ejemplo Alberto Garz¨®n, ese santuario de toda ignorancia, dice que los padres de Canet al reivindicar el derecho constitucional de su hija a estudiar en la lengua oficial del pa¨ªs (aunque s¨®lo sea en un 25% en lugar de en un 100% como ser¨ªa preferible) se equivocan porque la lengua espa?ola no est¨¢ amenazada. Es como si le roban a usted el coche y al denunciar el hurto el comisario le aconseja que no exagere porque la circulaci¨®n rodada no est¨¢ amenazada. Otros insisten en que pese a la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica (falsa, porque s¨®lo se aplica a los castellanohablantes) sale todo el mundo hablando catal¨¢n y espa?ol. Mal, pero que m¨¢s da. Que unos no puedan ejercer el derecho a estudiar en su propia lengua es cosa de menos importancia. Y los empe?ados en negar que exista ning¨²n conflicto ling¨¹¨ªstico en Catalu?a. Tienen raz¨®n, la gente normal acepta el biling¨¹ismo sin respingos y cambia cort¨¦smente de lengua cuando ve as¨ª a su interlocutor m¨¢s c¨®modo. Pero los fan¨¢ticos separatistas no quieren defender el catal¨¢n, tan rozagante, sino dinamitar el castellano para as¨ª acabar con toda vinculaci¨®n cultural y social con el resto de Espa?a. Aviso a sentimentales: en Canet no se hostiga a una ni?a sino a quienes se prefieren espa?oles.

Este s¨¢bado se manifiestan en Barcelona los supremacistas para defender lo que nadie ataca y atacar lo que nadie, ay, defiende. Con ellos van los sindicatos, por fin ¨²tiles para algo¡­