?lvarez de Toledo en su sal¨®n
Ella puede excomulgar, pero su vivencia de la igualdad, entre restaurantes y casas de veraneo, no puede ser m¨¢s elitista
¡°Un peri¨®dico es como una naci¨®n, y la evoluci¨®n ¡ªo involuci¨®n¡ª de EL PA?S marca la de Espa?a¡±. Lo afirma Cayetana ?lvarez de Toledo en Pol¨ªticamente indeseable. Si la frase de la popular diputada es cierta, la reflexi¨®n que sobre su libro se ha hecho aqu¨ª podr¨ªa considerarse como una piedra de toque para descubrir la evoluci¨®n del peri¨®dico. O de algunos de sus colaboradores. A principios de mes, plumas de referencia subrayaron el valor de una intelectual y un libro donde pueden leerse grandes elogios de ellos mismos. De acuerdo que el dedicado a Juan Luis Cebri¨¢n tiene algo de perdonavidas ¡ª¡±es un referente de la izquierda espa?ola, que ha evolucionado bien¡±¡ª, pero su caracterizaci¨®n de Mario Vargas Llosa ya es reverente: ¡°Un esp¨ªritu libre y ben¨¦fico, la verdadera ¨¦lite moral¡±. Precisamente, la noci¨®n de ¡°¨¦lite moral¡± es una de las claves para interpretar la idea de la pol¨ªtica, y de la sociedad, que se defiende en una autobiograf¨ªa entretenida, cuya autora, como me dec¨ªa un amigo tambi¨¦n citado, a veces se autorretrata como Juana de Arco, aunque sin darse cuenta de que, en algunas ocasiones, se muestra m¨¢s bien como Mar¨ªa Antonieta.
La ¡°moral¡± es el n¨²cleo del libro. Si el buscador no me enga?a, ¡°moral¡± o la variaci¨®n ¡°moralmente¡± aparecen en 114 ocasiones. Todo se eval¨²a desde esa ¨®ptica: puede ir desde un se?alamiento (ya se entiende) o un indulto (inmoral) hasta su apuesta por un Gobierno de concentraci¨®n constitucionalista (moral). Lo an¨®malo es que el concepto nunca se define, pero en cambio ella juzga siempre a partir de ¨¦l, y a partir de ¨¦l se otorga la potestad de acusar, se?alar o expulsar de la ciudad democr¨¢tica a ciudadanos y movimientos porque considera que no responden a su moral. ?Cu¨¢l? Intuyo que encaja con lo que considera ¡°un bien superior¡±, ¡°el principal reto y acierto de la modernidad espa?ola¡± (no de la modernidad a secas), aquella especie de aforismo que incrust¨® en su discurso del 11 de septiembre de 2014 en el C¨ªrculo de Bellas Artes: ¡°Juntos los distintos, libres e iguales¡±. Defender ese bien ser¨ªa el motor de su compromiso partidista, pero por defenderlo y ¡°por decir la verdad¡±, su partido ¡ªsecuestrado por la teodorocracia de Garc¨ªa Egea¡ª la habr¨ªa destituido de portavoz del grupo.
Cayetana ?lvarez de Toledo se estren¨® como portavoz en el debate sobre el Open Arms celebrado el 29 de agosto de 2019. Durante los d¨ªas de esa crisis humanitaria en el Mediterr¨¢neo, ella pasaba las vacaciones en una casa en el sur de Mallorca y pudo darse ¡°un ba?o en una playa virgen, celestial¡±, gracias al ¡°privilegio de los locales¡± ¡ªse refiere a gente com¨²n, la familia March¡ª. ¡°A la sombra de dos grandes pinos mediterr¨¢neos¡± prepar¨® su intervenci¨®n, vol¨® a un Madrid expectante (cree) como si ella fuese Jos¨¦ Tom¨¢s y regres¨® al hotel por la noche mientras una tormenta de verano ¡°sacud¨ªa los algarrobos y limpiaba de polvo los almendros¡±. El contraste entre el lugar paradisiaco donde se retrata y el ¡°barco cargado de inmigrantes¡± es la p¨¢gina m¨¢s reveladora para descubrir la cruz de su moral. En funci¨®n del bien superior, el de los libres y los iguales, ella puede excomulgar, pero su vivencia de la igualdad, entre restaurantes y casas de veraneo, no puede ser m¨¢s elitista: en Pol¨ªticamente indeseable, el concepto ¡°desigualdad¡± no se menciona ni una sola vez, ni tampoco la pobreza (eso s¨ª, ¡°pobre¡± aparece como adjetivo conmiserativo).
¡°Lo moral es lo eficaz¡±, dice otro sofisma del libro. La eficacia de esta moral, precisamente, es normalizar una din¨¢mica social que cronifica desigualdades ¡ªtambi¨¦n por motivos de identidad, s¨ª¡ª y que no puede ser cuestionada. Quien se atreva, se repiten unos a otros en el sal¨®n donde ella departe con los cortesanos de la ¨¦lite, atenta contra la civilizaci¨®n. Tienen raz¨®n. Porque lo hace contra un antiguo r¨¦gimen que retorn¨® con el neoliberalismo y donde esa moral act¨²a, en realidad, como batalla cultural para perpetuar el privilegio. Y que coman pasteles.
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