A Jordan Saphiro, ni caso: ning¨²n ni?o con m¨®vil hasta los 16
El derecho a la infancia siempre debe ponerse por delante de la tecnolog¨ªa; los menores no est¨¢n preparados para defenderse del lado pernicioso de las pantallas y las redes
Dice el gur¨² digital Jordan Saphiro que hay que dar un m¨®vil a los ni?os antes de que cumplan los 13, porque todav¨ªa se dejan aconsejar por sus padres. La idea de este alfabetizador digital es educarles desde peque?os para prevenir el mal uso de los j¨®venes de la tecnolog¨ªa.
Dicho as¨ª no parece mala idea y estoy segura de que el gur¨² habr¨¢ disparado la venta de dispositivos esta Navidad, adem¨¢s de las de su libro, La nueva infancia: criar a los ni?os para que prosperen en un mundo conectado. Sin embargo, su consejo es fr¨ªvolo e irresponsable y obliga a repasar algunas de las cosas que deber¨ªa saber y entender un ni?o antes de saberse due?o de un m¨®vil. La edad, por lo dem¨¢s, variar¨¢ en cada caso, pues ning¨²n ni?o es igual a otro, al menos los anal¨®gicos.
Lo primero que deber¨ªamos explicar a nuestros reto?os es que no pueden usar aplicaciones sociales hasta que hayan cumplido 14 a?os. En Espa?a los ni?os no tienen derecho a publicar fotograf¨ªas o v¨ªdeos donde aparezcan sin permiso de sus padres hasta esta edad. Y eso quiere decir que aunque tuvieran m¨®vil no podr¨ªan usar Instagram, TikTok, Facebook, YouTube (salvo la app Kids) ni tampoco WhatsApp salvo que mientan sobre su identidad en las bases legales. Para explicarles esta idea no hace falta que les compremos un m¨®vil, igual que no les compramos cigarrillos para comunicarles que no pueden comprar tabaco hasta los 18.
En segundo lugar, los churumbeles tendr¨ªan que entender en qu¨¦ consiste una adicci¨®n antes de iniciar un consumo precoz. Algunos dir¨¢n que no es lo mismo la educativa y edificante tecnolog¨ªa que un narc¨®tico. Pero el hecho es que en nuestro pa¨ªs el 21% de los j¨®venes entre 10 y 25 a?os sufre trastornos del comportamiento por culpa de los m¨®viles, seg¨²n una encuesta del Plan Nacional sobre Drogas. Lo llaman la adicci¨®n sin sustancia y el fundador del proyecto Desconect@, el psic¨®logo espa?ol Marc Masip, lleva a?os luchando contra ella. Nada de m¨®vil hasta los 16, recomienda este experto en chavales ¡°empantallados¡±.
Otro detalle que debemos explicar a nuestros ni?os es c¨®mo funcionan los algoritmos de sus redes favoritas. Con siete u ocho a?os comprender¨¢n f¨¢cilmente que est¨¢n dise?ados para facturar dinero por su tiempo de uso y que las grandes tecnol¨®gicas invierten grandes sumas para hacer que su entretenimiento resulte lucrativo. Como TikTok, que en China ha tenido que limitar el uso de la app por parte de los menores debido a los problemas de adicci¨®n que puede generar. Llegados a este punto pudiera ser que nos exigieran protecci¨®n adem¨¢s de buenrollismo techie. Pero entonces tendr¨ªamos que exigir a las tecnol¨®gicas que adec¨²en sus apps a la edad y necesidades de los usuarios y eso es algo que a los padres se nos escapa. As¨ª que, mientras tanto, lo mejor es chutarle la droga en peque?as dosis, o eso dicen los techies sabiondos.
Antes de empezar es clave que dominen la relaci¨®n con su propio cuerpo y el de los dem¨¢s. Esto ser¨¢ especialmente sencillo dado que la adolescencia se caracteriza por una fuerte autoestima, ning¨²n complejo y una sana distancia sobre los modelos de belleza can¨®nica que a¨²pan las redes sociales. (Ja, ja, ja. Era ir¨®nico, ?vale?) Con todo, es importante que los menores se responsabilicen de su bienestar en este sentido dado que Facebook sabe, por ejemplo, que su algoritmo est¨¢ da?ando la salud mental de los m¨¢s j¨®venes (especialmente de las chicas) y no hace nada para evitarlo. Bueno s¨ª, ocultarlo hasta que se filtr¨®.
Otro detalle menor ser¨ªa el tema del acoso sexual que pueden padecer por el hecho de estrenar dispositivo, ya saben, el inc¨®modo asunto de la pedofilia en internet. Recuerden aclarar a sus hijos que van a darles un dispositivo que facilitar¨¢ a los pervertidos acercarse a ellos. De hecho uno de cada 10 estudiantes de ESO ha recibido al menos una proposici¨®n sexual de un adulto a trav¨¦s de internet o de videojuegos, seg¨²n el estudio que acaba de publicar Unicef. No dejen de explicarles a sus nueve o diez a?itos qu¨¦ es un nude (el env¨ªo de desnudos por WhatsApp a petici¨®n de colegas o enamorados de todas las edades) y h¨¢blenles de Only Fans, la red social donde podr¨¢n cobrar para que otros vean sus v¨ªdeos con contenido er¨®tico. Dir¨¢n que esta red es solo para adultos, pero seguro que sus peque?os tecnol¨®gicos consiguen falsificar su identidad como ya hicieran antes de los 14 para usar apps que no estaban dise?adas para ellos.
Luego est¨¢ el tema de la socializaci¨®n y las relaciones personales. A ver c¨®mo logran que comprendan que un m¨®vil no les dar¨¢ m¨¢s amigos ni les har¨¢ m¨¢s populares sino todo lo contrario. A menudo les provocar¨¢ aislamiento y soledad (igual que sucede en los adultos). Si le da un m¨®vil a un ni?o de nueve a?os ver¨¢ c¨®mo sus horas se derriten frente a la pantalla haciendo del mundo un lugar cada vez m¨¢s plano. Cualquiera puede hacer la prueba, pero casi mejor con los hijos del tal Saphiro que con los propios, puestos a elegir.
Ah. Se me olvidaba. Lo ¨²ltimo y menos importante (si lo comparamos con todo lo anterior), el asunto de los estudios. Tampoco para eso necesitan un m¨®vil, ni siquiera una tablet. Expliquemos a los ni?os que un dispositivo conectado a internet supone modificar su proceso de atenci¨®n, de b¨²squeda, curiosidad y memorizaci¨®n. Y esto me vale para el hogar, el aula y el restaurante donde les dejamos anestesiarse para que nos dejen un ratito en paz. Por fortuna la pandemia lo ha dejado claro y no hay docente, padre o alumno que prefiera la educaci¨®n digital antes que la anal¨®gica antes de los 18. Me encanta la tecnolog¨ªa, celebro su uso y disfrute y todas las oportunidades que nos ofrece. Sin embargo, el derecho a la infancia debe ir siempre por delante. Y si bien todas las ni?as y todos los ni?os occidentales tienen derecho a la tecnolog¨ªa, lo dif¨ªcil ¨²ltimamente es preservar su derecho a ser felices sin ella. La gur¨² digital m¨¢s contundente que he le¨ªdo al respecto se llama Pen¨¦lope Cruz, madre, espa?ola y con dos dedos de frente. Tiene seis millones de seguidores en Instagram a los que cuida y atiende con rigor profesional: no es precisamente una torpe con las pantallas. A lo mejor por eso, porque sabe de lo que habla, lo tiene tan claro: sus hijos no tendr¨¢n m¨®vil ni redes hasta los 16.
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